Martes, día 2

SEMANA 31

LITERATURA



Henry James

A finales del siglo XIX, a medida que Estados Unidos se iba convirtiendo en una potencia mundial frente a Europa, autores de ambos lados del Atlántico empezaron a tratar la que ya se consideraba como inevitable colisión entre el Viejo y el Nuevo Mundo. De entre ellos, el observador más atinado fue Henry James (1843-1916).

Había nacido norteamericano pero posteriormente se naturalizó como ciudadano británico, lo que lo convertía en el ejemplo vivo de la experiencia del expatriado. Nació en la ciudad de Nueva York en el seno de una familia de buen nivel cultural; su padre, Henry, era un teórico y teólogo de renombre, y su hermano mayor, William, acabaría convirtiéndose en un filósofo de fama mundial. Esto hizo que James creciera en un entorno claramente cosmopolita: vivió en Londres, París y Ginebra en varias etapas de su vida hasta que su familia acabó asentándose en Newport, Rhode Island. Durante los años que pasó en la Facultad de Derecho de Harvard, James escribió cuentos y críticas literarias antes de empezar a dedicarse a la literatura a tiempo completo. Entre los 20 y los 40 años siguió viajando frecuentemente por Europa en la creencia de que esos periplos lo ayudarían a convertirse en un mejor escritor.

En su primera novela, El americano (1877), se adentra en un conflicto que sobrevuela muchas de sus obras: la inocencia e ímpetu del Nuevo Mundo frente a la corrupción y buenas maneras del Viejo. En esta novela, un hombre de negocios norteamericano, un nuevo rico, aterriza completamente perdido en medio de la aristocracia altisonante y de puñalada trapera francesa, que lo conduce inevitablemente al fracaso. Del mismo modo, en su obra Daisy Miller (1879), una joven decidida de origen norteamericano se burla de las convenciones de la alta sociedad expatriada, lo que la arrastra a la tragedia. En Retrato de una dama (1881), una heredera norteamericana cae víctima de un grupo de depredadores expatriados en Europa.

Además de poseer un ojo certero a la hora de retratar las costumbres del entorno cosmopolita, James también era un estilista de prosa impecable. Su gusto por las frases largas y enrevesadas se hizo evidente durante toda su carrera, pero de manera especial en las últimas novelas, como Los embajadores (1903). En todos los trabajos de James queda constancia de la atención pormenorizada que prestaba al detalle, en particular a las motivaciones psicológicas de sus personajes y al potencial dinámico de las relaciones interpersonales. En este sentido, a pesar de que sus novelas encajan perfectamente en la tradición realista del siglo XIX, es considerado un pionero de las novelas psicológicas del XX.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. James publicó varias colecciones de libros de viajes, entre los que se incluyen A little tour in France (1884), Horas inglesas (1905) y Horas italianas (1909).

2. Después de pasar décadas viviendo en Europa, finalmente decidió convertirse en ciudadano británico en 1915. Murió en Londres al año siguiente.

3. La productora de cine Merchant Ivory Productions hizo varias adaptaciones de sus novelas con bastante acierto, entre ellas Los europeos (1979), Las bostonianas (1984) y La copa dorada (2000).