Martes, día 2
SEMANA 11
LITERATURA
A William Faulkner (1897-1962) se le considera la mejor voz literaria del sur norteamericano. En sus novelas y relatos cortos abrió nuevos horizontes estilísticos al tiempo que hacía frente a los grandes fantasmas sureños (la guerra de Secesión, la Reconstrucción y el declive de la vieja aristocracia).
Faulkner nació y creció en Misisipi, escenario además de la mayor parte de su obra. Miembro de una familia destacada y bien situada socialmente, cuyas raíces en ese estado se remontaban a varias generaciones (su bisabuelo fue un coronel confederado en la guerra de Secesión y una leyenda local), durante su juventud alternó varios empleos, entre ellos el alistamiento en las Fuerzas Aéreas canadienses o trabajar como oficinista en el banco de su abuelo. Entretanto, trataba de darse a conocer como poeta.
Su primer gran éxito no sería sin embargo un poema sino una novela, El ruido y la furia (1929), que aún está considerada como su mejor obra. Describe el lento declinar de la familia Compson, en su día muy relevante, que toca fondo con una última generación disfuncional de vástagos: el suicida Quentin, la promiscua Caddy, el odioso Jason y el discapacitado mental Benjy. Faulkner emplea el monólogo interior como técnica narrativa durante toda la obra y rechaza cualquier noción de trama temporal.
El ruido y la furia es sólo una de las muchas novelas en las que Faulkner explora el declive del viejo sur y la aparente irrelevancia de sus valores en el mundo moderno. Muchas de esas obras comparten un mismo escenario (el ficticio condado de Yoknapatawpha, en Misisipi), y numerosos lugares y nombres propios saltan aquí y allá en sus páginas. Entre las más destacadas novelas ambientadas en ese lugar, destacan: Mientras agonizo (1930), que describe el viaje de una familia para enterrar a su fallecida matriarca; Luz de agosto (1932), que cuenta las tribulaciones de un hombre con una dudosa herencia racial; y ¡Absalón, Absalón! (1936), que retrata a un individuo obsesionado con forjar su propia dinastía sureña.
Las obras de Faulkner son famosas por su complejidad temática y narrativa. Frases absurdamente largas que se ahogan en adjetivos, monólogos interiores, giros temporales, múltiples narradores (a menudo, poco fidedignos)… el camino del lector está plagado de espinas, pero el resultado final de estas técnicas es un cuerpo narrativo que explora el sur con mayor profundidad que ningún otro autor. Faulkner recibió por ello el Premio Nobel de Literatura en 1950. Murió en Byhalia (Misisipi) 12 años después.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Debido a su profundo acento sureño, pocos de los que asistieron a la gala de entrega de los Premios Nobel pudieron entender su discurso hasta que lo leyeron al día siguiente en los periódicos. Pero desde entonces se considera uno de los mejores de la historia de los galardones.