Lunes, día 1
SEMANA 11
HISTORIA
Gengis Jan (1162-1227) fue un guerrero mongol que en el transcurso de dos décadas dirigió a su despiadado ejército de tribus nómadas a la conquista de grandes extensiones de Asia. Cuando murió, el Imperio mongol que había fundado era el más grande (en territorio contiguo) de la historia. Pese a que bajo el mando de sus herederos pronto se desintegraría, las sangrientas invasiones mongolas constituyeron un punto de inflexión en la historia de Europa y Asia, e hicieron a ese rey merecedor de una reputación de brutalidad que aún permanece viva.
Gengis Jan nació con el nombre de Temujin, hijo de un jefe tribal mongol. Los mongoles del este de Asia tenían tradicionalmente un estilo de vida nómada, vagando de región en región. Tras el asesinato de su padre, Temujin se convirtió en jefe de la tribu con tan sólo 13 años. Era un líder carismático. Con el tiempo, sería capaz de unificar al resto de las tribus mongolas, y sus jefes lo bautizaron como Gengis Jan: el «emperador de emperadores».
Tras unificar a los mongoles, Gengis comenzó una campaña de conquistas que duraría toda su vida. Sus ejércitos invadieron parte de los actuales China, Rusia, Mongolia, Irán, Afganistán, Pakistán, India, Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Kirguistán. En su momento de mayor apogeo, poco antes de su muerte, el imperio iba de Corea al este de Europa.
Los ejércitos mongoles eran disciplinados, eficaces y notablemente despiadados. Su estrategia habitual consistía en dar a la ciudad enemiga la oportunidad de rendirse pacíficamente, pero mataban a todos sus habitantes si se negaban. Gracias a ese reino del terror, Gengis Jan pudo convencer a todas las naciones para que se rindieran sin plantar batalla.
Antes de la llegada de los mongoles, el contacto entre Europa y Asia era mínimo. Pero el imperio fundado por Gengis Jan abrió la vía al intercambio comercial y de ideas entre ambos continentes. Los mongoles inauguraron la Ruta de la Seda, un camino comercial entre Asia y Europa; habitantes de esta última, como el italiano Marco Polo, aprovecharon para viajar a la tierra de los Jan.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Los nómadas mongoles vivían en tiendas circulares conocidas como yurtas, que podían ser transportadas allá donde migrara la tribu. Alrededor de la mitad de la población de Mongolia aún pastorea ganado, aunque muchos nómadas se asentaron en las ciudades durante la segunda mitad del siglo XX.
2. Durante siglos, los esplendores del Imperio mongol causaron fascinación a los escritores occidentales. Una lujosa capital de verano construida por Kublai Jan, nieto de Gengis, inspiró el famoso poema «Kubla Khan» escrito en 1797 por el poeta romántico británico Samuel Taylor Coleridge.
3. Los mongoles intentaron en repetidas ocasiones invadir la isla de Japón, pero su primitiva flota fue destruida por el viento. En Japón, la leyenda del kamikaze (viento divino) se transmitió durante siglos como prueba de su invencibilidad. En los compases finales de la Segunda Guerra Mundial, pilotos japoneses desesperados estrellaban sus aparatos contra los barcos estadounidenses en misiones suicidas con el objetivo de recrear el viento divino que salvó a Japón de los mongoles.