Domingo, día 7
SEMANA 5
RELIGIÓN
Sara era la mujer de Abraham y la matriarca de los judíos.
Sara era tan guapa que cuando huyó con Abraham a Egipto durante una hambruna, su belleza hizo temer al patriarca por su seguridad. Preocupado porque el faraón ordenara matarlo para quedarse con su mujer, Abraham hizo creer a todos que eran hermanos. El faraón sí se quedó con Sara, pero le perdonó a él la vida y le colmó de regalos. Dios castigó al faraón, permitiendo a la pareja escapar juntos de Egipto.
Pese a su belleza, Sara fue estéril durante la mayor parte de su vida y no pudo darle un hijo a Abraham. Por ello, como era costumbre, le facilitó a su criada, Hagar, para que pudiera dar continuidad a su linaje. Hagar dio entonces a luz al primer hijo de Abraham, Ismael.
Tras el nacimiento, la relación de Sara con Hagar se hizo tensa. La criada ya no le guardaba respeto, y ella estaba celosa. Sara pidió finalmente a Abraham que desterrara a Hagar y a su hijo. De acuerdo con la tradición judía, Sara tenía mayor visión profética que el propio Abraham, y por tanto él accedió a sus deseos.
Cuando Sara contaba 90 años de edad, Dios le dijo a Abraham que al fin podría engendrar a su hijo, lo que hizo reír a éste. Dios insistió, pero cuando Sara escuchó de pasada esas palabras también se rió. Sin embargo, se sintió avergonzada por haber dudado de Dios y reafirmo su fe. Un año después dio a luz a Isaac, de cuyo linaje saldrían las 12 tribus de Israel.
Casi 40 años después, Sara moría en Hebrón a la edad de 127. De acuerdo con algunos escritos, su fallecimiento tuvo relación con el sacrificio que estuvo a punto de llevar a cabo Abraham con Isaac. En una de esas historias se cuenta cómo Satanás le dijo a Sara que Abraham había matado a Isaac; cuando descubrió que en realidad no había sido así, murió de alegría.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Sara está enterrada junto a su marido, Abraham, en la Cueva de los Patriarcas de Hebrón. También yacen allí su hijo Isaac y la mujer de éste, su nieto Jacob y su primera esposa, Lea.
2. La única de los patriarcas y las matriarcas del judaísmo que no está enterrada en Hebrón es la segunda mujer de Jacob, Raquel, que yace en Belén.