De los lentes de un botánico
cayó un cristal, se hizo piezas,
y quedó sobre una hormiga
un pedazo al dar en tierra.
Las hormigas al pasar,
deteníanse, y, sorpresas,
contemplaban á una hermana
de tan rara corpulencia;
y la pequeñuela hormiga,
debajo del cristal presa,
convertidas en gigantas
miraba á sus compañeras;
en tanto el sabio reía
del terror de todas ellas.
Entre cristales de aumento
¡cuánta gente se pasea!