De acuerdo con las leyes de la Colonia que gobiernan la diseminación y conservación de importante información histórica, el comentario oficial del Consejo clave, organizaciones de un mismo nivel acompañan la transmisión de la Proclamación del Ciclo 447. De especial interés, para aquellos involucrados en el proyecto de repatriación de la Concha Exterior, son los siguientes extractos del informe del Consejo de Ingenieros:
… La primera repatriación a la Concha Interior se llevó a cabo sobre una base ad hoc, transportando simplemente los seres vivos, en masa, a su región original, o a otro entorno similar de un sector cercano. Esto se llevó a cabo conduciendo una redada de criaturas tranquilizadas a sus hábitats del Zoo, cargándolas en enormes naves de transporte que mantenían condiciones internas parecidas a las del hábitat, y luego dispersándolas en su nuevo hogar. Este proceso funcionó adecuadamente siempre que se tratara de pequeños grupos a corta distancia. También resultaba barato. Sin embargo, tenía graves deficiencias que lo hacían prácticamente inservible para operaciones continuadas.
Primero y principalmente, el desarrollo ontogenético de las criaturas fue interrumpido del todo por la repatriación. Estaban asustadas por su traslado, turbadas por la necesaria estrechez de sitio durante el trayecto, una vez situados en sus nuevas residencias, molestos por las pequeñas diferencias con su anterior hogar. Su recuerdos, aunque electrónicamente lavados, retenían una intensa sensación de pérdida que minaba su adaptación. Todas estas condiciones, en conjunto, conducían a un marcado aumento filogenético del coeficiente de agresión que, de todos modos, no disminuía significativamente en algunas de las especies en diez o quince generaciones…
… Desde el punto de vista del diseño de naves espaciales, teniendo en cuenta tamaño y distancia del traslado, no era aconsejable trasladar ejemplares adultos antes de que los problemas biológicos y de desarrollo fueran del todo conocidos. Cuando la Proclamación del Ciclo 432 reclamó más repartición dentro de la Colonia y de la Concha Exterior, hubo cierto pánico en el Consejo de Ingenieros porque se creyó que harían falta vehículos a escala planetaria. Afortunadamente, los Comités de Ingeniería Biológica y de Robótica Avanzada propusieron que los futuros traslados se hicieran utilizando zigotos en suspensión junto con nuevas versiones de robots superinteligentes sirviendo como monitores de Zoo.
Después de algunos problemas preliminares con la técnica de los zigotos, ésta fue más o menos perfeccionada, por lo menos en cuanto a las formas de vida A y B, tan prevalentes en la colonia. La proporción de éxitos de repatriación es muy alta, incluso con los Tipos C y D que son más difíciles. Sin embargo, esta proporción de éxitos no debe esperarse en la Proclamación del Ciclo 447. No sólo algunas de las nuevas formas de vida son las menos comprendidas en el complejo zoológico, sino que éstas serán repatriadas, en muchos casos a un entorno distante, biológicamente poco documentado, donde la vigilancia será tan infrecuente como cada dos o trescientos miliclos. Algunas de las formas más avanzadas del Tipo E tienen los lapsos de vida inteligente muy cortos, tan cortos como cinco o seis miliciclos, lo que significa que pueden pasar de cincuenta a cien generaciones sin que se compruebe su evolución…
… Pero, en conjunto ello, es un magnífico reto para la ingeniería. Muchos vehículos de transporte volarán fuera de la infraestructura estándar del transporte y por consiguiente deben poder buscar materias primas por su cuenta. Las condiciones en los mundos blancos pueden haber cambiado, así que la adaptación y el proceso de nueva información tendrán un papel crítico en el esquema. Los componentes electrónicos tendrán más fallos debido a la larga duración de los vuelos, significando esto que habrá que probar y desarrollar nuevos sistemas extraordinarios de corrección de faltas…
Y por parte del Consejo de Historiadores:
Es útil empezar nuestro más negativo comentario del plan de repatriación a la Concha Exterior recordando a todos los colonistas que nuestro Consejo incluye el mayor depósito de inteligencia en continuada actividad, de cualquier Consejo del Directorio. Dos de nuestros grupos tienen memorias directas de la Era del Genio a través de varias generaciones de biología refrescada. Así es natural que nuestra tendencia hacia cualquier proyecto propuesto sea comprobar su mérito en relación con su papel en la evolución general y/o la estrategia de nuestra sociedad. No es deseo nuestro desalentar las ansias juveniles que se exaltan ante la adquisición de conocimientos nuevos, o el proyecto de una gran aventura; pero preferiríamos establecer un sentido de perspectiva en todos los esfuerzos de la Colonia y medir el futuro impacto de cualquier cambio notado en la política de base…
… El programa propuesto de repatriación es un paso más en la peligrosa locura del frontierismo desatado, que empezó, en opinión nuestra, con el Decreto de Límites del Ciclo 416. En lugar de discutir los detalles del plan propuesto, sin referencia a su contexto histórico (hay excelentes descripciones de los elementos del plan en el informe del Consejo de Ingenieros… algunos de los significativos del riesgos a corto plazo están expuestos en el informe del Consejo de Biólogos), deseamos esbozar sus peligros incluyéndolos en nuestro amplio enjuiciamiento del entero tipo de aventuras provocadas por el Derecho de Límites…
… Las justificaciones presentadas para el frontierismo siempre parecen buenas superficialmente. Los que las proponen señalan que el cambio social está producido por nuevas informaciones al margen de los acontecimientos ordinarios, que el frontierismo está esencialmente dirigido a la producción de este tipo de nuevo conocimiento, y que el cambio resultante en la perspectiva que procede de «una nueva visión del Universo» obliga a la apropiada y seguida revalorización de nuestra cultura…
La Historia suele estar generalmente de acuerdo con los abogados del frontierismo y es indudablemente por esto por lo que esta proposición de repatriación y otras actividades similares y previas han sido apoyadas con tanto entusiasmo. No obstante, hay limitaciones a los beneficios que redundan de la nueva información, especialmente cuando las investigaciones fronterizas revelan un conocimiento que es, o bien enemigo de la estructura fundamental de la sociedad, o está más allá de la comprensión de sus grupos más instruidos. En estos casos, la difusión, a través de la sociedad, de la nueva información es perturbadora y en lugar de enriquecer y elevar mina realmente la seguridad de las instituciones establecidas.
Un perfecto ejemplo de lo que ocurre cuando el frontierismo es abrazado sin reservas puede verse en los acontecimientos de los últimos treinta ciclos, que condujeron a la recepción del Mensaje del Poder 2 en mitad del Ciclo 444. El Decreto de Límites inició el proceso al establecer, en efecto, un nuevo dominio jurisdiccional para los colonistas. La vieja Colonia central carecía de límites rigurosos. Un desarrollo significativo se extendió solamente a dos miliciclos-luz de distancia del centro administrativo. La estación más alejada del centro y permanentemente mantenida estaba entonces a diez miliciclos-luz de distancia. También se crearon tres Conchas específicas, definiendo la Concha Exterior como la región entera distanciada entre doce y veinticuatro miliciclos-luz del centro administrativo.
Esta Concha Exterior contenía cincuenta mil sistemas estelares no explorados, en un volumen mil veces mayor que el de la vieja Colonia central. Durante el período situado entre los Ciclos 425 y 430, casi la mitad de las iniciativas más importantes identificadas con las proclamaciones cíclicas, se vieron involucradas de un modo u otro en la exploración de la Concha Exterior. (Debería tenerse en cuenta que durante esos cinco ciclos también hubo especulación documentada sobre que una expansión tan rápida en la base de nuestro conocimiento podría tener ramificaciones imprevistas, pero los negativistas, como se les llamaba, quedaron ahogados por la fascinación colectiva de la oleada exploratoria). Entonces, en el Ciclo 433, nuestra nueva clase de zumbadores interestelares, específicamente diseñados para estudiar y categorizar los muchos mundos de la Concha Exterior se encontraron con una nave espacial, grande y obediente, de origen desconocido. Cuidadosas investigaciones in situ no tuvieron éxito en su intento de comparar los componentes de ingeniería de la nave espacial con cualquier base tecnológica conocida en navegación espacial.
Evitando la cautela sugerida por muchos de los Comités, el Consejo de Líderes hizo remolcar la enigmática nave a una de las ciudades desarrolladas de la Concha Interior. Allí se expuso y analizó detalladamente. La conclusión inicial de los zumbadores se confirmó. La nave espacial no procedía de ninguna parte de los dominios de la Colonia. El Consejo de Ingenieros llegó a la conclusión de que la capacidad técnica de los constructores era más o menos equivalente a la de los colonistas en el principio de la Era del Genio. Pero ¿cuándo se había construido? ¿Y de dónde procedía? Y, lo que era más importante, ¿quién la había construido?
Al tomar la decisión de traer la nave muerta a la civilización, el Consejo de Líderes garantizó básicamente que la desconcertante cuestión de su origen sería primordial en las mentes de los colonistas. Esta búsqueda desatinada para recoger información pudo de nuevo desestabilizar la cultura. La sociedad por entero estaba colmada de explicaciones rumoreadas, a las preguntas inquietantes y sin respuesta provocadas por la nave espacial. La opinión dominante era la de que el aparato había sido un prototipo colonial, jamás puesto en producción, que por alguna razón había sido omitido en la Enciclopedia de Vehículos Espaciales oficial. Esta opinión era coincidente con la tendencia general de los colonistas que creían ser superiores innatos a todas las demás formas de vida.
Pudo haberse dejado que las dudas y los temores sobre la nave desconocida acabaran en nada, pero el Consejo de Líderes resucitó la ansiedad colectiva anunciando, en la Proclamación del Ciclo 434, que el más importante proyecto nuevo de la Colonia sería el diseño y eventual despliegue de una nueva generación de órdenes de recepción en la Concha Exterior. El propósito de estas órdenes o formaciones sería el de interceptar y descifrar cualquier mensaje radiofónico coherente que pudiera emanar del interior de la Brecha. Era una clara indicación de que la jefatura creía que la silenciosa nave podía ser de origen extracolonial.
En los Ciclos 435 y 436, oleada tras oleada de información perturbadora dejó a la colonia estupefacta. Primero, hubo el prematuro anuncio de que se habían descifrado varios mensajes extracoloniales. Esta revelación confirmaba el extendido rumor de múltiples Poderes en la Galaxia, algunos de ellos más adelantados que la Colonia. Este terrible concepto perduró por espacio de medio Ciclo antes de que el Consejo de Astrónomos, respondiendo a la proliferación de medias verdades, anunciara finalmente que todos, excepto unos pocos mensajes, podían atribuirse a un solo poder, el Poder 2, cuyo centro de actividad parecía estar a unos doscientos miliciclos-luz de distancia. Poco después, su nuevo y sorprendente comunicado identificaba sin ambigüedad las transmisiones del Poder 2 como procedentes de fuentes separadas por una distancia de ciento cincuenta miliciclos-luz, o sea, más de tres veces el diámetro de toda la jurisdicción colonial.
Entre el Ciclo 438 y la recepción del Mensaje, el Consejo de Líderes ignoró el Consejo de que la Colonia debería administrar cuidadosamente sus recursos mientras analizaba el impacto del descubrimiento de la extraña nave espacial. Se crearon programas de choque en inscripción avanzada, es cierto, sobre todo para calmar la preocupación de que el Poder 2 podía controlar todas nuestras transmisiones. Esta actitud fue ampliamente alabada como un paso en la buena dirección. No obstante, se intensificó a la vez la exploración de la Concha Exterior, con la intención de llegar a la identificación del nuevo Tipo E de formas de vida, y la subsiguiente y mal disfrazada caza de las especies en peligro. Todas las sugerencias para frenar el programa de exploración fueron ignoradas. En realidad, en el Ciclo 442, el Complejo del Zoo creó varios planetas artificiales sólo para llevar a cabo experimentos de capacidad genética en las especies Tipo E.
Entonces llegó el Mensaje del Poder 2. Tan simple, tan directo, tan terrorífico. Estaba codificado en nuestra más avanzada inscripción algorítmica. Reconocía nuestro mutuo conocimiento y sugería la apertura de comunicaciones bilaterales. Mada más. Fin del Mensaje…
… No es el miedo a la hostilidad del Poder 2 lo que motiva nuestra objeción a la exploración continuada de la Concha Exterior. Todo lo contrario. Nosotros, al igual que los historiadores, creemos que la naciente preocupación por la posible agresividad del Poder 2 es infundada. Estudio tras estudio, se ha demostrado que hay una significativa correlación positiva entre el coeficiente de alta agresividad y la incapacidad de evolucionar en una sociedad con un alcance mayor al de un sólo sistema solar. De hecho, la probabilidad de que una sociedad tan avanzada como la nuestra pudiera haber retenido la agresión y la territorialidad como constitutivas de su aspecto psicológico, es infinitamente pequeña. Sin embargo, acontecimientos tan monumentales como el Mensaje del Poder 2 requieren reflexión y síntesis, y no actividades exploratorias adicionales. Deberíamos emplear nuestros recursos en estudiar y comprender el amplio surtido de impactos que el Mensaje tendrá sobre nuestra sociedad, sin malgastarlos en atrevidos esquemas de repatriación… Es una cuestión de prioridades, y de nuevo los abogados del frontierismo, exaltando la nueva información y desarrollo tecnológico sobre la estabilidad de la sociedad, están ciegos ante los riesgos de sus empeños…