Es preciso que los ritos de los que han sido objeto estas murallas se realicen espiritualmente dentro de nosotros. Lo que los obispos han hecho con este edificio es lo que Jesucristo, el pontífice de los bienes futuros, realiza cada día en nosotros de manera invisible […]. Entraremos en la casa que la mano del hombre no ha erigido, en la eterna morada de los cielos. Esta morada se erige con piedras vivas, que son los ángeles y los hombres.
SAN BERNARDO