6
EL DELANTAL MASÓNICO

Los aprendices masones llevan un delantal blanco, los maestros un delantal donde predominan el rojo o el azul, según el rito al que pertenezcan. Para algunos historiadores masones del siglo XIX, esta vestidura sólo sería la prolongación de la librea que llevaban los obreros de las corporaciones londinenses del siglo XVII. De hecho, el símbolo se remonta mucho más en el tiempo. Los más célebres delantales son los de los faraones, cuyo particular corte alberga numerosos secretos geométricos utilizados en la construcción de los templos, ti delantal masónico, muy simplificado, ha perdido gran parte de ese esoterismo.

La tradición cristiana nos enseña que Tomás, el arquitecto, regresó de la India en una nube; dirigiendo grandes obras en ese país, había adelantado su regreso a Occidente en cuanto se anuncio la muerte de la Virgen. Por el camino, vio de pronto el cuerpo de Nuestra Señora acompañado por un cortejo de ángeles. Maravillado, suplica a la Virgen que le bendiga; ésta le entrega un cinturón que deberá conservar celosamente. Tomás es también un santo patrón de la masonería y el cinturón tiene el mismo sentido simbólico que el delantal. El propio Cristo llevaba un cinto de oro que poseía ya el rey Rampsinito; en el texto titulado El pastor de Hermas, la alusión a un rito de constructores es muy clara. El hombre que sigue al pastor se sienta junto a él y oye estas palabras: «Ponte un delantal y ayúdame».

Según el masón Oswald Wirth, el papel del delantal «es protegernos durante nuestro trabajo, pues no debemos resultar heridos por las esquirlas que se desprenden de nuestra piedra en bruto. Esas esquirlas son nuestras propias dificultades; corremos el riesgo, por otra parte, de un regreso ofensivo o un retroceso, cuando estamos haciendo esfuerzos para librarnos de ellas».

Signo de protección que, en su forma primitiva, era sobre todo un símbolo geométrico, el delantal es, pues, la pieza esencial del vestido masónico. Sin embargo, varias logias lo suprimieron en el siglo XIX, olvidando que había estado siempre presente durante la tradición iniciática occidental con el aspecto de un cordón, un cinto o un delantal de proporciones diversas.