20. LA DULCE REINA MUTNEYEMET

LA HERMANA DE NEFERTITI

La dama Mutneyemet, hermana de la reina Nefertiti, vivió días felices y tranquilos en la ciudad del sol. Se casó con el general Horemheb, cuya personalidad poco tenía que ver con la de un soldadote grosero o la de un guerrero ávido de pelear con el enemigo. Horemheb, escriba real, fino hombre de letras y especialista en derecho, era uno de los responsables de la seguridad exterior de Egipto.

Horemheb se hizo construir una magnífica morada para la eternidad en Saqqara cuyos bajorrelieves ensalzan su actividad militar y su habilidad en el mantenimiento del orden. Ajnatón y Nefertiti depositaron su confianza en el escriba general, que supo mostrarse digno de ella. La carrera de Horemheb parecía ya trazada; su esposa, Mutneyemet, sería una gran dama de la corte y disfrutaría de una existencia lujosa.

La muerte de Ajnatón puso fin a la experiencia «atoniana» y alteró la situación establecida. La corte se instaló de nuevo en Tebas, Tutankamón se convirtió en el nuevo faraón, Horemheb se mantuvo como uno de los hombres fuertes del régimen y la hermana de Nefertiti pasó a convertirse en una personalidad pública. Sin embargo, a la muerte de Tutankamón no fue el general quien subió al trono, sino un viejo funcionario, Ay, cuyo reinado iba a ser breve (1325-1321 a. J. C.). Llegó entonces la hora de Horemheb, cuyo nombre significa «Horus está de fiesta». Durante veintiocho años presidió los destinos del país: fue el autor de una importante reforma jurídica; suprimió los derechos abusivos, con lo que se restableció la justicia y logró su consagración como un faraón de gran talla. ¿Qué papel jugó Mutneyemet?

MUTNEYEMET, ¿REGENTE DEL REINO?

¿Ocupó Mutneyemet la función de regente del reino[63] a la muerte del rey Ay? Si esta hipótesis es exacta, habría reinado en solitario antes de la designación de Horemheb como faraón. En cualquier caso llevó los títulos de «gran princesa hereditaria (repatet uret)» y de «soberana del Alto y Bajo Egipto», y participó en los ritos de coronación de su marido.

Hay un detalle insólito: en un documento de la época de Tutankamón, bautizado como «estela de la restauración» porque señalaba el regreso del gobierno a Tebas, el nombre de Mutneyemet sustituye al de la esposa de Tutankamón. ¿Se trataba de un acto mágico destinado a borrar la memoria de una reina que había pretendido casarse con un príncipe hitita?

En el grupo estatuario de la coronación, conservado en el Museo de Turín, Mutneyemet aparece representada de la misma talla que su esposo. Por poderosa que fuese la personalidad de Horemheb, no podía reinar sin una gran esposa real que justificara simbólicamente su función.[64]

MUT, LA GRAN MADRE

Mutneyemet significa «Mut la dulce, la graciosa, la agradable (neyemet)». El jeroglífico que resume estos conceptos es una vaina de algarrobo, un fruto dulce para el paladar de los antiguos egipcios. Con el nombre de Mut, en su aspecto positivo y benéfico, la reina encarnaba a la gran madre, la anciana que rigió las Dos Tierras.[65]

La palabra Mut significa «madre», esposa de Amón. Mut es, por excelencia, la madre del faraón, y su papel es esencial durante el verdadero nacimiento de éste, es decir, durante su coronación. La diosa puede, por lo demás, llevar la doble corona para hacer que nazca la luz de la que el rey es representante en la tierra.

Tal como señala el papiro Insinger, fechado en el siglo I d. J. C., «la obra de Mut y de Hator actúa entre las mujeres». Símbolo de la feminidad creadora, Mut era la protectora de los nacimientos felices.

Conviene no olvidar la otra cara de la diosa, cuyo nombre se escribe con la imagen de un buitre. Es verdad que los egipcios consideraban que el buitre hembra era una madre ejemplar; pero no dejaba de ser un animal carroñero y, como verdadera alquimista, se alimentaba de la carne muerta que le permitía vivir. No por casualidad la palabra Mut es sinónimo de otra palabra que significa «la muerte». La gran madre, efectivamente, podía aparecer bajo la forma de una terrible leona o de una cobra erguida sobre la frente del faraón para exterminar a sus enemigos. En el rostro de Mut flamea una llama cuando debe intervenir para disipar las tinieblas, esto es, aniquilarlas.

En Karnak, Mut era la soberana de un vasto espacio sagrado que comprendía el lago de Icheru, adonde acudía a beber la peligrosa leona Sejmet, a la que había que apaciguar con ciertos ritos para transformar su furor en energía positiva.

Allí estaba ubicada la matriz del mundo, gracias a la cual Mut hacía aparecer las formas de vida en armonía con Maat, la regla universal. El objetivo del «ritual de Mut» era precisamente salvaguardar el orden de Maat, que la humanidad, por ignorancia, pereza y violencia, continuamente intenta destruir.

La reina Mutneyemet tenía por lo tanto una responsabilidad considerable; al encarnar el aspecto dulce y maternal de Mut, su misión era ofrecer al mundo un nuevo Horus, un nuevo faraón que llevaría la alegría a Egipto, Horemheb.

MUERTE DE UNA MADRE

Después de su coronación, el faraón Horemheb se hizo cavar una morada para la eternidad en el Valle de los Reyes. Su magnífica tumba de Menfis sirvió quizá de sepultura a su gran esposa real, que tal vez murió prematuramente. Al lado de su momia, correspondiente a una mujer de unos cuarenta años, se hallan los restos de un embrión mal formado. ¿Era el testimonio trágico de un aborto natural, causante de la muerte de la reina, que se produjo hacia el año 13 del reinado de Horemheb?

La anécdota es conmovedora, pero conviene ser prudentes. La edad de la momia —¡e incluso su identificación!— es dudosa. Suponiendo que se trate de Mutneyemet, es probable que la presencia del embrión posea un valor simbólico y haga referencia a su función como diosa Mut en la tierra, como gran madre que da eternamente a luz en este mundo y en el otro.

A veces se considera, y no sin razón, que Horemheb fue el verdadero fundador de la XIX dinastía, la que proporcionó faraones excepcionales como Seti I y Ramsés II. Tal vez Mutneyemet, cumpliendo el deber que implica su nombre, fue la fuente de esa dinastía.