[1] W. H. Auden, Canción de cuna y otros poemas (Lumen, Barcelona, 2006), traducción, edición y prólogo de Eduardo Iriarte. (N. del T.). <<
[2] T. S. Eliot, La tierra baldía, Cuatro cuartetos y otros poemas. Poesía selecta, 1909-1942 (Círculo de Lectores, Barcelona, 2001), edición bilingüe de Juan Malpartida y Jordi Doce. (N. del T.). <<
[3] Philip Larkin, Poemas sueltos 1960-1984 (Ediciones de la Diputación de Albacete, Albacete, 1995), traducción de Valentín Carcelén. (N. del T.) <<
[4] Todo el cristianismo está contenido en la patética imagen del «rebaño». <<
[5] La escuela feminista ha mirado a menudo con clara desaprobación a su marido, Ted Hughes. Me resulta difícil imaginarlo maltratando a Sylvia físicamente, pero no hay duda de que podía mostrarse fabulosamente falto de sensibilidad. Una vez fui a tomar unas copas con él en el apartamento de mi amigo y editor Ben Sonnenberg, que por entonces estaba casi paralizado por completo a causa de la esclerosis múltiple. Hughes habló de forma monótona durante un tiempo lacerantemente largo sobre los poderes de un curandero de la aldea (quizá algo maníaco-depresiva) de Devonshire donde vivía. Al parecer, el chamán era inefablemente bueno con los lisiados. El encomio siguió y siguió. Yo no podía mirar a los ojos a Ben, pero desde su silla de ruedas preguntó por fin con loable ligereza: «¿Qué tal es con los enfermos de esclerosis múltiple». «Oh, no es nada malo», contestó Hughes, antes de retomar alegremente su relato, con la información de que ese chalado también podía curar a los animales de granja. <<
[6] En esa cena nos atendía un joven de rostro granujiento, cabello descuidado y conducta espantosamente pegajosa. Al devolver la tarjeta de crédito de Bill comentó que el nombre era casi el mismo que el de un escritor famoso. Bill no dijo nada. Atonalmente, el joven continuó: «Se llama William Styron». Dejé el asunto a Bill, que de nuevo esperó hasta que el chico dijo con naturalidad: «Bueno, el libro de ese tío me salvó la vida». En ese momento, Bill lo invitó a sentarse, y quedó finalmente convencido de que estaba en la misma mesa que el autor de Esa visible oscuridad. Parecía la escena de una transformación. Con voz entrecortada, nos contó cómo había buscado y encontrado la ayuda que necesitaba. «¿Esto te pasa mucho?», le pregunté más tarde a Styron. «Todo el tiempo. Hasta me llama la policía y me pide que me ponga y hable con el tío que quiere saltar». <<
[7] Crap significa «mierda» o «tonterías» y stone significa «piedra». (N. del T.) <<
[8] Cunt-splice designa un tipo de «gaza» (un lazo que se forma en el extremo de un cabo, doblándolo y uniéndolo con costura o ligada, y que sirve para enganchar o ceñir algo o suspenderlo de alguna parte, según la Real Academia de la Lengua). Pero, literalmente, cunt significa «coño», y splice significa «coser», «unir» o «empalme». (N. del T.) <<
[9] Extrañamente, sin embargo, el asunto de su edad también fue lo único en que lo pillé una vez incurriendo en una nimia falsedad. Solía decimos que había nacido en 1912. Mi hermano Peter y yo éramos aficionados a la numismática de niños, y en esa época todavía aparecían peniques Victorianos o eduardianos enormes entre tus cambios. Si encontrábamos una moneda de 1912, se la enseñábamos y a veces incluso la guardábamos y la mostrábamos. Fue algo desalentador descubrir que había nacido en 1909.Todavía no estoy seguro de por qué realizó ese atípico engaño: posiblemente para atenuar su diferencia de edad con Yvonne. Pero era imposible que la engañara a ella, como había hecho, absurdamente, con sus hijos. <<
[10] Hitchens cita la versión de la Biblia del rey Jacobo: «Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo eso tenedlo en cuenta». (N. del T.) <<
[11] W. H. Auden, Canción de cuna y otros poemas (Lumen, Barcelona, 2006), selección, traducción y prólogo de Eduardo Iriarte. (N. del T.) <<
[12] Franz Kafka, Obras completas II: Diarios. Carta al padre (Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona, 2000), edición dirigida por Jordi Llovet, traducción de Andrés Sánchez Pascual y Joan Parra Contreras. (N. del T.) <<
[13] Rubber significa «goma», «caucho»; guts se traduce como «tripa», «intestino» o «barriga». (N. del T.) <<
[14] Wog es un término ofensivo que designa en inglés a personas de piel oscura de África o Asia. (N. del T.) <<
[15] Notepaper y mirror significan respectivamente «papel de carta» y «espejo», como writing-paper y looking-glass, que eran los términos que prefería la clase alta. (N. del T.) <<
[16] La persistencia de ese ethos de «Arriba, abajo» es extraordinaria tanto a través del tiempo como del espacio. Más tarde me hice íntimo de Jessica Mitford, casi una hechicera en su habilidad de utilizar sus destrezas de clase alta para lograr los objetivos de la izquierda estadounidense. Cuando un sureño blanco le dijo en un cóctel que «no paice posible» que la integración escolar pudiera funcionar, replicó gélida: «Pa’ mí que sí», y se dio media vuelta, dejándolo mustio como un caracol con sal. Durante la era McCarthy, mientras sus compañeros comunistas se volvían pusilánimes, descubrió que la sección de Oakland aconsejaba a sus miembros negros que, cuando fueran a una reunión a la casa de un camarada, entrasen por la puerta de atrás, para distraer la atención del FBI fingiendo que pertenecían al servicio de la vivienda. «Bueno, quiero decir, me metí en medio y les dije que eso daba asco». <<
[17] Superé ese defecto y ahora puedo hablar, a menudo o preferiblemente sin interrupción, horas seguidas. Ojalá sirva como estímulo para los que se enfrentan a deficiencias infantiles. <<
[18] En un excelente ejemplo de que «la venganza es amarga» años después me encontré con Smith. Fue una mañana en el metro de Londres. Era un vagabundo abyecto, llevaba dos pesadas bolsas de periódicos viejos y declamaba a la gente indiferente que había a su alrededor. «E. A. M. Smith», le dije al oído. Saltó como si hubiera visto al diablo. «¿Cómo sabe mi nombre?». Contesté cruelmente: «Le vigilamos desde hace tiempo». Su rostro reflejó el miedo animal del paranoico desesperado, así que no pude seguir. «No es nada. Me acuerdo de ti de cuando íbamos a la escuela. Soy Hitchens». Dijo pálido: «Me acuerdo de ti. Eras un pecador. Rezaba por ti». Parecía más o menos correcto. <<
[19] Este libro, como varias películas que llevan su nombre, se ha convertido en un sinónimo de los valores de la vieja escuela y de un afecto sentimentaloide hacia los viejos tiempos. En realidad, la encantadora esposa del señor Chips, Kathie, es una feminista socialista que conquista todos los corazones; le obliga a ser sincero acerca de los juegos homosexuales entre los chicos; él termina simpatizando con los huelguistas del ferrocarril, oponiéndose al Imperio británico en la guerra de los bóers e insistiendo en tratar a los alemanes con respeto después de 1914. <<
[20] Más o menos en esa época leí Trampa-22 y me encantó cuando Yossarian se enfrenta a la versión del mayor Danby de la vieja pregunta-trampa oficial: «¿Y si todo el mundo fuera de la misma opinión?». Contesta: «Entonces sería un maldito idiota si opinara de otro modo, ¿no?». <<
[21] Guy significa «tipo», «tío». (N. del T.) <<
[22] Raper significa «violador». (N. del T.) <<
[23] De El rey Lear: «¡Bedel canalla, deten tu mano maldita! ¿Por qué has de pegar a esa puta?… Deseas ardientemente usarla para lo mismo por lo que la azotas». Por eso, cada vez que oigo que un bocazas de Washington o el bastión cristiano repica contra los males de la sodomía o lo que sea, apunto mentalmente su nombre en mi cuaderno, y pongo el reloj en hora. Más pronto que tarde, será descubierto sobre sus cansadas y viejas rodillas en algún sombrío motel o letrina, con una Visa caducada, tras intentar pagar demasiado para que un travestí apache se le mee encima. <<
[24] Fue Guy, que murió hace tiempo pero se convirtió en un asombroso seductor de chicas, quien insistió en que leyera las novelas ambientadas en la Grecia clásica de Mary Renault. Si hubiera sido lo único que hizo por mí, le estaría broncamente agradecido. Mientras otros chicos se abrían paso en las pueriles pero trabajosas páginas de Narnia, o se hundían en las estreñidas tripas de la Tierra Media, yo seguía el hilo de Ariadna y los pasos de Alejandro. El rey debe morir, El toro del mar: pocas veces ha vencido Atenas a Jerusalén con más garbo o estilo. <<
[25] Alderman significa «concejal». Ramsbottom suena muy parecido a ram’s bottom, «trasero de carnero». (N. del T.) <<
[26] Barker significa «ladrador». (N. del T.) <<
[27] «Creo que al final me quitarás el puesto y te convertirás en el hombre más odiado de Estados Unidos. Y esa posición solo es soportable si eres el número uno. <<
[28] No diré que no tuviéramos que lidiar con nuestra propia disonancia cognitiva. La clase obrera británica se mostraba mayoritariamente impasible ante nuestros esfuerzos. Recuerdo una manifestación, preparada por un reparto masivo de folletos en la puerta de las fabricas, en la que no se presentó ni un solo obrero. David Rosenberg, un amigo aficionado a la teoría, me dijo, al afrontar el desalentador resultado: «Confirma nuestro análisis: los burócratas de los sindicatos ya no pueden movilizar sus filas». Cierto hasta cierto punto; pero también es cierto que a aquellos que se dan cabezazos contra el muro de la historia les conviene llevar algún tipo de casco teórico. Me llevó un tiempo quitarme el mío. <<
[29] Visité a CLR en su lecho de muerte en Londres —en la esquina de Shakespeare Avenue y Railton Road— a finales de la década de 1980. Le pedí que me dedicara una nueva edición de Los jacobinos negros y, cuando preguntó qué me gustaría que pusiera, sugerí que usara el viejo saludo de la izquierda y escribiera: «Fraternalmente». Me dirigió una mirada penetrante. «No creo en la eternidad», dijo severamente. Durante un instante me sentí confuso y después pensé qué adecuado era que, al oírme mal pero repudiar la vida después de la muerte, CLR pudiera mezclar la eternidad y la fraternidad. <<
[30] Concern significa «preocupación», «inquietud», «concernir, «preocupar», «inquietar». (N. del T.) <<
[31] Iniciales de Venereal Disease («enfermedad venérea») y Body Odour («olor corporal»). (N. del T.) <<
[32] Fanny, además de un nombre de mujer, es un término vulgar para referirse a los genitales femeninos en Gran Bretaña. Uno de los orígenes que se le atribuye es la escandalosa novela Fanny Hill: memorias de una cortesana (1748). (Nota del T.) <<
[33] Más tarde supe que George Orwell, invitado por Philip Larkin para que hablara en un acto conjunto del Club Laborista y el Club Inglés, se había encontrado ante una cena incomible, porque Larkin se había gastado todos los fondos destinados a la hospitalidad en una desatinada fiesta para Dylan Thomas. <<
[34] Su nombre parecía exudar autoridad: el Antiguo Testamento unido a una capital brillante pero angustiada. El único rival en nomenclatura que se me ocurre es mi amigo Pascal Bruckner. Más tarde. <<
[35] Es aleccionador y deprimente pensar que McGuire, al que había influido sobre todo la guerra en Oriente Próximo el año anterior, es uno de esos bardos que disfrutan cantando sobre el apocalipsis porque es un cristiano milenarista y fundamentalista. Pero para entonces había llegado a preferir incluso los versos militantes, de línea dura, de Phil Ochs, al más indulgente Bob Dylan. <<
[36] En ese momento, nunca habría imaginado que Richard Nixon aboliría el reclutamiento forzoso y todavía menos que nombraría a Milton Friedman y Alan Greenspan para la Comisión Presidencial sobre el asunto. Dos libertarios de derechas condenaron el reclutamiento como «servidumbre involuntaria». Hoy en día, casi los únicos que piden el regreso del sistema son colectivistas y liberales. <<
[37] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[38] De manera similar al estado de Kentucky, que subsiste a base del bourbon, el juego y el tabaco, la economía de Cuba descansaba casi totalmente en la fabricación de agradables toxinas como el ron y el puro. Pero incluso entonces, su principal producto de exportación eran sus propios ciudadanos. Cuando volví a Cuba unos años después, no había rastro de las plantaciones de café y —en la era de la perestroika de Gorbachov, que Castro rechazaba— las posibilidades de conseguir una taza de café de verdad en un hotel de La Habana rondaban el cincuenta por ciento. <<
[39] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[40] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[41] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[42] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[43] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[44] Cuando estaba en Berkeley le habían dado un panfleto que hablaba de los contenidos de la biblioteca de la universidad como «inútil conocimiento blanco»; eso lo había distanciado un poco de la Nueva Izquierda del Área de la Bahía de San Francisco, donde te aseguro que todavía puedes encontrarla. <<
[45] Más tarde me enteré de que en su juventud había contraído tuberculosis ósea. <<
[46] Los libros sí amueblan una habitación, 1971. <<
[47] Comely significa «atractivo». Horn, «cuerno». Whipp solo tiene una letra más que whip («batir», «azotar»; «fusta», «látigo»). Sweet significa «dulce». (N. del T.) <<
[48] Gully significa «barranco», «quebrada». (N. del T.) <<
[49] Esa declaración resultó todavía más sorprendente porque fue preventiva, ya que yo nunca había osado hacerle una proposición. <<
[50] «Estás despedido» fueron las palabras exactas. <<
[51] Aparezco en un oscuro diccionario de citas online por decir que en parte me hice periodista para no tener que depender de la prensa para informarme. <<
[52] Quizá no sea tan cierto de mi siguiente confrontación con el viejo buitre. En 1980, su esposa, lady Diana —de la que se había distanciado su hermana, y mi futura amiga, Jessica Mitford—, escribió una reseña de un libro sobre la familia Goebbels para Books and Bookmen, una publicación en la que a veces yo también colaboraba. Aunque no me hubieran horrorizado sus efusivos elogios a los encantadores Joseph y Magda, habría trazado una raya con la metáfora que empleó para describir el asesinato de los cuatro hijos de la pareja. Lo llamó «una hazaña que recuerda a Masada». Pensé que se había pasado de la raya, y lo dije en el New Statesman, añadiendo un desagradable juego de palabras con el nombre del editor de Books and Bookmen, un hombre llamado Philip Dosse. Esa semana el señor Dosse se suicidó y en el Spectator Auberon Waugh me acusó de haberlo llevado a la muerte. Me gustaba y me disgustaba —afortunadamente me disgustaba más— la idea de que una polémica mía pudiera tener ese efecto. Cuando se descubrió, para mi alivio, que el señor Dosse se había matado sin haber leído mi texto, y a causa de una inminente colisión con sus acreedores de Hacienda, ya había abierto un sobre del «Chateau de la Gloire», la más bien grotesca dirección de las afueras de París que correspondía a la guarida de los Mosley, adecuada para su amistad con sus aterradores vecinos, el duque de Windsor y la señora Simpson. La carta que había dentro era de sir Oswald: se quejaba de que, aunque él era un blanco legítimo, no estaba bien criticar a su esposa. Puesto que ella había sido una nazi mucho más activa que él y había invitado a Hitler a su boda, me pareció un argumento débil. Más tarde, cuando abrí el Times de Londres de ese día, vi la necrológica de sir Oswald, lo que significaba que es bastante posible que yo fuera el destinatario de su última carta. Lady Diana le sobrevivió unas décadas, sin decir nada sobre su época del Tercer Reich. Cuando le pregunté a Decca si alguna vez había tenido contacto con su hermana, dijo: «¡Por supuesto que no! Creo que cedí un poco cuando me enteré de su funeral, pero no nos hablamos desde Munich». <<
[53] La explicación de primera mano más ingeniosa y penetrante se encuentra en la autobiografía de Kevin Myers, Watching the Door. <<
[54] Elbow significa «codo», «recodo». (N. del T.) <<
[55] Cuando Paul murió, el organizador de su homenaje me invitó a grabar en video un tributo, lo que hice encantado. En un trivial espasmo de resentimiento, las gárgolas que dirigían el Partido Socialista de los Trabajadores evitaron que se emitiera en el acto. <<
[56] Un limerick es un poema humorístico de cinco versos que rima AABBA. El esquema lleva el nombre de una localidad irlandesa y lo popularizó Edward Lear en el siglo XIX. Poke Doges podría traducirse como «atizó a los dogos». (N. del T.) <<
[57] Es característico de Martin haber señalado que el título de Dickens Nuestro amigo común contiene o es un solecismo. Se pueden tener amigos comunes pero no mutuos. <<
[58] Imagina mis emociones contradictorias al aparecer en su novela La viuda embarazada en el personaje de su hermano mayor. <<
[59] Lo más grosero que se me ocurre —porque es un elemento tópico de la fantasía masculina— era nuestra palabra, tomada de algo que dijo Clive James, para la posibilidad de disfrutar de dos chicas jóvenes al mismo tiempo. La expresión para esa contingencia intrigante y remota, que todavía creo que redimía al menos en parte su inventiva, era «lavar el coche». Piensa en ello, u olvídalo si puedes. Por cierto, la novela de Kingsley El hombre verde contiene la mejor representación de cómo esa fantasía puede salir muy mal en la práctica. <<
[60] Cuando escribo esto, acabo de leer una «lista» de opiniones de autores publicada en un periódico dominical de Londres coincidiendo con el sesenta cumpleaños de Martin. Es una de las cosas más desalentadoras que he visto por escrito. Con unas pocas excepciones, los escritores parecen provincianos, resentidos y hundidos en su propia mediocridad. Después de todo este tiempo, siguen obsesionados con la supuesta ventaja inicial de Martin por tener un padre ilustre, y con la cuestión de si es o no «misógino». Sobre el primer asunto ha respondido él mismo —«Sí, es como coger el bar de la familia»— y sobre el segundo he de resignarme molesto al hecho de que mucha gente nunca lo vio con su hermana, y nunca lo verá con sus hijas, o con su legión de amigas, no todas las cuales son viejas «conquistas». Así que, lejos de ser un Casanova hastiado, Martin posee el raro don —envidiable aunque puede consumir mucho tiempo— de ser capaz de encontrar algo atractivo en casi cualquier mujer. Si eso es misoginia, ojalá tengamos más. <<
[61] En 2008, cuando yo tenía por fin mi propio best setter, Martin me mandó una especie de respuesta a mi telegrama de 1974 que venía de las páginas del gran libro de Bellow:
Era mi momento de ser famoso y ganar dinero, de recibir muchas cartas, de que me reconociera gente influyente, de que me invitaran a cenar en Sardi’s y me propusieran matrimonio en acolchados reservados mujeres que se rociaban de almizcle, de comprar calzoncillos de algodón Sea Island y maletas de cuero, de vivir el intolerable entusiasmo del reconocimiento. (¡Yo tenía razón!). Experimenté el alto voltaje de la publicidad…
Eso también —el equipamiento de Sea Island y las mujeres almizcladas, por ejemplo— era bastante imperfecto como analogía, pero transmitía cierto ambiente. <<
[62] Hubo un tiempo en que también habría adoptado a Vladimir Nabokov, póstumamente, como padre por poderes. Se convirtió en un experto en el tema, llegó a conocer a miembros supervivientes de la familia, escribió un ensayo sobre Lolita que era aterradoramente exacto, hizo todo menos aficionarse a los lepidópteros. Pero cuanto más se metía Martin en la obra del hombre, más le parecía que en el asunto de la chica de doce años, recurrente en la obra de Nabokov, había algo más alarmante y perturbador que una osada estrategia literaria. Para comprobar su apreciación severa de esa inquietante cuestión, véase el Guardian del 14 de noviembre de 2009. <<
[63] Soy consciente todo el tiempo, querido lector, del elemento «quizá tenías que estar allí» que aparece en las memorias. Lucho por tenerlo todo el tiempo presente. En el caso de Kingsley, no hacía falta en absoluto estar allí. Prueba de esto es una de las muchas cartas maravillosas que le envió a Philip Larkin. Amis imita el obsequioso anunciante de un condescendiente programa semanal de la BBC llamado Record Requests: «… Archie Shapp en su versión más excitante. Ahora para recordarnos la variedad casi infinita del jazz, volvemos casi cincuenta años atrás, hasta Nogood Deaf Poxy Sam y One-Titted Woman Blues: “Wawawawa wawawaa wawa wawa Oh gawooma: shony gawon tia waah, wawa wa yeh ah gawooma shonv gawon tia wawawwa waah boyf she ganutha she wouno where tu put ia”». Leía eso muy tarde, por la noche, varios años después de la muerte de Kingsley, y tras leerlo en voz alta un par de veces sentí, a través de mis calientes lágrimas de risa asombrada, que era como si Kingsley estuviera en la habitación. ¡Y se tomó todas esas molestias en una carta privada! <<
[64] Flash significa «destello», «fogonazo». En este caso, walk puede traducirse por «paseo». (N. del T.) <<
[65] Escribo esto una semana después de releer La abadía de Northanger, y de reflexionar de nuevo acerca de la justicia del veredicto de Kingsley sobre la «inclinación de la señora Austen a dedicar mucho tiempo a lo que tiene poca importancia y poco tiempo a lo que tiene mucha». <<
[66] El mid-atlantic es una versión cultivada o adquirida del inglés que mezcla el acento británico y estadounidense sin que predomine ninguno de los dos. <<
[67] Me quedé bastante sorprendido, por no decir impresionado, cuando supe que había «acordado» toda esa «investigación» con su esposa de entonces, la fragante y altanera Antonia. La llamó a Londres, y, en vez de contemporizar, la informó inmediatamente: «Me voy a un sitio de pajas con Hitch». <<
[68] La única vez que me pareció literal fue con su obsesión por el fútbol. Incluso compraba tabloides al día siguiente «para leer crónicas de partidos que ya se habían jugado», como intenté definir con ánimo desalentador. De él aprendí a aceptar, como he aprendido a aceptar de mi hijo y de mi ahijado Jacob Amis y sus amigos, que hay hombres para quienes el resultado de esos acontecimientos deportivos es emocionalmente importante. Es un examen de masculinidad que, como la fascinación de algunos hombres heterosexuales con las lesbianas, parece que simplemente no puedo superar. <<
[69] El chiste es sobre A Shrophshire Lad, de Alfred Edward Housman. (N. del T.) <<
[70] De hecho, la insistencia sobre las capaces sutilezas del limerick era un sello distintivo. Conquest se lleva la palma otra vez: su condensación de las «Siete edades del hombre» muestra cuánta fuerza puede concentrarse en el marco engañosamente menor de una estructura de cinco versos. Así:
Siete edades: potar, lloriquear,
cabrearte por tener que estudiar,
después los polvos y las peleas,
y juzgar los derechos de los otros.
Luego zapatillas: y babear.
No es el único ejemplo del genio de Conquest para la compresión. ¿La historia del «experimento bolchevique» en cinco versos? Apenas es un problema.
Aquel viejo cabrón llamado Lenin
se cargó a dos o tres millones de hombres.
Es sin duda mucha cosa,
pero donde se cargaba a uno
el cabrón de Stalin mataba a diez. <<
[71] A veces se aplicaba una consideración comparable, si no equivalente, en el «otro» caso: pese a su indomable coraje moral, Solzhenitsin había empezado a dar señales de ser un nacionalista ruso extremista, partidario de la ortodoxia religiosa. La síntesis a la que uno aspiraba era la orwelliana: desarrollar un antitotalitarismo consistente e integral. <<
[72] Colin, que después se convirtió en un distinguido autor de libros sobre James Joyce y Jean-Luc Godard, me llamó años más tarde desde China, donde Deng Xiaoping acababa de anunciar que sus reformas significarían que todo el mundo se haría más rico, pero algunos se harían más ricos que los demás. «Parece que, después de todo, tu colega Orwell tenía algo de razón». Me pareció que era una concesión bastante bonita. Fue una compensación bastante pobre que yo dijera, cuando su amigo, el sombrío y fraudulento filósofo estalinista Louis Althusser, fue condenado por asesinar a su esposa: «Veo que el camarada Althusser ha obtenido la silla eléctrica de filosofía en la Ecole Abnormale». Juego de palabras con chair, «silla», pero también «cátedra». <<
[73] Quizá los lectores de más edad recuerden la definición de O’Brien del liberalismo como una posición que «hace que el mundo rico bostece y el mundo pobre vomite», aunque solo sea por la canción mordazmente satírica de Phil Ochs, «Love Me, I’m a Liberal». Arrestado en Oxford por interrumpir un partido de criquet con un equipo de la Sudáfrica del apartheid, pude salir absuelto del montaje policial porque un transeúnte se ofreció como testigo imparcial. Era un ciudadano y espectador de criquet muy respetable, y el tesorero del Partido Liberal local. En el juicio, tras testificar, vio que yo rechazaba jurar sobre la Biblia y explicaba la razón: era «ateo y marxista». Cuando terminó la audiencia, vino hacia mí y dijo que si hubiera sabido que yo era esa clase de persona, nunca se habría ofrecido a testificar. Durante años, esa figura de buenas intenciones pero invertebrada fue mi tipo ideal de la mentalidad «liberal», y todavía la recuerdo en momentos extraños. <<
[74] El Foreign Office británico quizá fuera una excepción. Sus burócratas siguieron soltando la mentira, nacida de la alianza bélica por Stalin, hasta que la Unión Soviética se les adelantó en la época de Mijaíl Gorbachov y aceptó oficialmente la responsabilidad por Katyn en 1990. <<
[75] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[76] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[77] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[78] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[79] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[80] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[81] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[82] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[83] Rudyard Kipling, Poemas, traducción de José Manuel Benítez Ariza, Renacimiento, Sevilla, 2002. (N. del T.) <<
[84] Para hacer justicia a Borges, hay que decir que unos años después se dio cuenta de que la junta lo había engañado y firmó una petición bastante valiente por los desaparecidos. A menudo, y pese a sus inclinaciones, hombres como él tienen un «patrón oro» natural cuando se trata de asuntos de principios. <<
[85] Le dijo: «We here greatly admire the stand of you —all in the Second World War». Y’all es una contracción de you all, «todos vosotros», «todos ustedes». (N. del T.) <<
[86] Chess significa ajedrez; man, «hombre». (N. del T.) <<
[87] Todavía conozco a alguien que estaba en la ya muy lejana reunión que fundó la facción Weatherman. También apoyaba unos eslóganes basados en Bob Dylan, pero quería que la secta se llamara Los Vándalos, porque, ¿no se decía en otro verso «soterrado» igualmente elocuente de «Subterranean Homesick Blues»: «La bomba no funciona porque los vándalos arrancaron las manillas»? Enferma, mejora… Mi amigo se ha recuperado. <<
[88] Un viejo chiste habla de un catedrático de Oxford que se encuentra a un exalumno estadounidense y le pregunta en qué trabaja. «Mi tesis trata de la supervivencia del sistema de clases en Estados Unidos». «Vaya, qué interesante. No pensaba que hubiera un sistema de clases en Estados Unidos». «Nadie lo hace. Así es como sobrevive». <<
[89] En mis primeros meses viviendo en Washington, D.C., fui a una concentración del Ku Klux Klan, en la que los ensabanados manifestantes eran protegidos de los furiosos opositores por falanges de imperturbables policías negros que se encargaban de que los derechos constitucionales de quienes los detestaban fueran debida y deportivamente respetados. <<
[90] Juega con el parecido entre el nombre del fiscal especial y cock, «polla; y de Cox-sacker y cocksucker, «chupapollas». Podría traducirse como: «Echa al chupapollas». (N. del T.) <<
[91] En castellano en el original. (N. del T.) <<
[92] Lo supe antes que la mayoría de la gente, gracias a una inducción de la que todavía me siento ligeramente orgulloso. Bob Woodward y Carl Bernstein habían jurado que no revelarían la identidad de Garganta Profunda hasta su muerte, o hasta que les diera más noticias. Pero Carl Bernstein se había casado con la tempestuosa Nora Ephron, y, al conocerlos a los dos, me parecía imposible que Nora no hubiera preguntado, y todavía más que Carl no se lo hubiera dicho. La mejor amiga de Nora era Annie Navasky, la adorable esposa de Victor. Por tanto, desarrollé el plan de preguntarle a Annie. Dijo —fue, por cierto, en una cena en honor de Alger Hiss— que le habían dicho el nombre, pero que no le sonaba y no era emocionante y lo había olvidado. Superando el desánimo, adopté la estrategia más directa de abordar directamente a Nora. También dijo que no era sensacional —en esa época, los locos creían que Garganta Profunda podía ser Henry Kissinger—, pero me comentó que, por lo que recordaba, era un hombre del FBI llamado Felt. Durante un tiempo no podía creer que fueran el mismo, así que perdí otra oportunidad de tener una exclusiva. <<
[93] A veces me preguntan la definición de «intelectual público» y, aunque encuentro la idea algo tonta, creo que idealmente debería significar que la persona identificada así debería ser autosuficiente y financiarse de forma autónoma. Susan era el ejemplo por excelencia. <<
[94] Una vez estaba sentado en un estudio de televisión con Newt Gingrich, esperando que comenzara nuestro debate, cuando el presentador hizo un comentario —que no se emitía— muy poco amable sobre Gore. El exportavoz republicano adoptó de repente una expresión remilgada y desaprobadora, y dijo que preferiría no escuchar ningún insulto hacia el autor de Lincoln: una novela que juzgaba irreprochable. Le di la noticia al propio autor, que juzgó ese homenaje igual que todos los demás: tardío y bien merecido. <<
[95] Fall significa «otoño», pero también «caer», «caída». (N. del T.) <<
[96] W. H. Auden, Canción de cuna y otros poemas (Lumen, Barcelona, 2006), selección, traducción y prólogo de Eduardo Iriarte. (N. del T.) <<
[97] En realidad, Jefferson nació bajo el antiguo calendario, el 2 de abril de 1743, y tuvo que cambiar su cumpleaños al 13 cuando se ordenó el histórico cambio al calendario gregoriano. Las dos fechas aparecen en el obelisco dedicado a su memoria en Charlottesville. A menudo me he preguntado qué hicieron los chantajistas de la astrología y el zodíaco cuando todo el mundo tenía que cambiar cumpleaños y mucha gente tuvo que cambiar de signo. Sin duda lograron adaptarse con suficiente zalamería. <<
[98] Hay un ondear de banderas y un ondear de banderas. Cuando la estatua gigante de Sadam Husein fue derribada de su pedestal en Bagdad en abril de 2003, me molestó ver que un soldado estadounidense daba un paso al frente y ponía las Barras y Estrellas sobre el rostro del dictador. Eso desobedecía sin duda la orden de no mostrar los colores estadounidenses. Pero después supe que ese soldado excesivamente entusiasta era el cabo de marines Edward Chin, un voluntario de etnia china cuyos padres habían escapado al infierno de Birmania y habían empezado una nueva vida en Brooklyn. La ofensa podría haber sido peor. <<
[99] Bien captado por Colin McInnes en sus novelas contemporáneas City of Spades y Absolute Beginners. <<
[100] Puede y debería añadirse que muchos textos religiosos —y el sagrado hadiz del islam no lo hace menos que otros— prescriben penas horribles para quienes apostatan de su religión, aunque hayan nacido en su seno sin su consentimiento. Eso matiza un poco el principio de «voluntariedad» y también tuvo su papel en la campaña para asesinar a Salman. Sin embargo, insisto en mi distinción entre un fenómeno creado por el hombre y el de la «raza». <<
[101] Más tarde, el personal de esas librerías presentó una resolución que decía que no vendían plátanos o condones y honrarían el deber profesional de ofrecer cualquier libro a cualquier cliente. Y ellos eran quienes estaban tras el escaparate. Ojalá ese ejemplo fuera más recordado y emulado. <<
[102] Más tarde aprendí que Salmanovitch era, la versión rusa de Koestler de Solomonovitch, el apellido de un editor judío israelí que había conocido, un enemigo acérrimo de los ultranacionalistas seguidores de Jabotinsky y Begin. Por seguir un poco con la nomenclatura, el apellido Rushdie corresponde a una derivación que realizó el padre de Salman: lo tomó de Averroes (Ibn Rushd), el gran erudito medieval de la síntesis judeo-cristiana-musulmana que floreció en Andalucía antes de que los fanáticos y los dogmáticos apagaran esa breve vela. <<
[103] Como hablo y escribo mucho sobre esto, a menudo me preguntan en encuentros públicos, de una manera que a veces parece un poco lasciva, si mi familia o yo hemos recibido «amenazas alguna vez». Mi respuesta es que sí, las he recibido, y también todo el mundo que está entre el público, si han prestado la atención necesaria a las emisiones relevantes de Bin Laden para apreciar el dato. <<
[104] Había pensado que quizá no volviera a ver a Norman Mailer después de plantearle, en un programa de televisión con Germaine Greer, si alguna vez se había preguntado por su aparente obsesión con la sodomía y sus circunstancias masculinas favorables (los cuarteles, la cárcel, el gimnasio de boxeo, incluso los intersticios de la «comunidad del espionaje» en El fantasma de Harlot), así como las femeninas, más notorias. En la sala de descanso, reaccionó tremendamente mal, tomando un ejemplar de Los tipos duros no bailan y dedicándomelo con una frase amenazadora que me conminaba a prestar atención a su siguiente entrevista. Cuando se publicó, en la revista londinense The Face, contenía la acusación de que la escena literaria de Londres había sido manipulada en su contra por parte de un círculo homosexual que dominábamos Martin Amis, Ian Hamilton y yo. Martin y yo nos entretuvimos brevemente con la idea de escribir para decir que era muy injusto… al menos con Hamilton. Sin embargo, después de la fetua, Mailer se volvió más cordial. Insuperable cuando la electricidad de la violencia estaba en el aire, al principio hubo que convencerlo de que abandonara un plan hipermacho para recaudar fondos que financiasen un «golpe» de represaba contra el ayatollah, pero reanudó el contacto conmigo porque, supongo, mi posición en ese momento me hacía parecer un poco menos maricón. <<
[105] Incluyendo una de mis favoritas, El suelo bajo sus pies. <<
[106] Documentos desclasificados recientemente revelan que la embajada británica en Bagdad informaba a Londres en estos términos: el ascenso de Sadam era «el primer traspaso de poder sin complicaciones desde 1958» y, aunque «se necesite mano dura para gobernar la nave, no flaqueará». <<
[107] Más tarde solía señalar en Washington que ninguna operación en Irak debía recibir el estúpido nombre en clave de «desierto». Mesopotamia no es un desierto. <<
[108] En la actualidad, haciéndose eco de la expresión latinoamericana sobre aquellos que fueron «desaparecidos», en vez de haber desaparecido, los kurdos dicen que algunas localidades o grupos fueron «anfallados». <<
[109] Kanan obtuvo su museo, y la Fundación para la Memoria es actualmente un archivo para víctimas y supervivientes cuyo relato jamás se habría escrito de otro modo. Este logro excepcional sigue siendo una causa constante de despecho y resentimiento. <<
[110] Por supuesto, estaba al tanto de que Ahmed había sido acusado —por un tribunal militar de Jordania, cuando era un país aliado de Sadam— de ser un turbio hombre de negocios. También he leído pruebas convincentes de que era un montaje, al igual que otras acusaciones —«títere de la CIA», por poner un ejemplo absurdo— que se vertían contra él. Mi principal diferencia con él era, y lo sigue siendo, su alineación con un bloque confesional en el Parlamento iraquí. Pero sin él, quizá no habría un Parlamento iraquí. <<
[111] Para conocer mejor el relato de ese acontecimiento en tiempo real, véase el libro de James Fenton The Snap Revolution. <<
[112] Para ser justo, Sábado, la novela extremadamente perspicaz de Ian McEwan, probablemente la mejor evocación de ese espectáculo de teatro callejero, capta la angustia de muchos «liberales» que acudieron. Su obra fue la primera en poner en entredicho la ilimitada autoestima que hay tras el mantra, de apariencia terriblemente correcto, «No en nuestro nombre». <<
[113] Me impresionó mucho ver que mis amigos kurdos, entre ellos el primer presidente elegido democráticamente en Irak, Jalal Talabani, manifestaran públicamente su oposición a la pena de muerte para Sadam Husein y el resto de los condenados por crímenes de guerra. Ese llamamiento a la clemencia se debía en parte a su adhesión a la Internacional Socialista, y también a su deseo de que Irak comenzara de nuevo, sin derramamiento de sangre. Después de lo que habían, tenido que soportar, su tolerancia resultaba extraordinaria. En el Kurdistán, donde la justicia retributiva tribal no era muy evidente, Barham Salih se negó personalmente a firmar las órdenes de ejecución de los gángsteres islamistas que habían asesinado a sus guardias y estuvieron a punto de matarlo en la puerta de su casa. <<
[114] El primero en publicar ese documento fue mi amigo Patrick Cockburn, acaso el mejor cronista de la guerra y sin duda su crítico más ferviente e inteligente. <<
[115] A menudo se confunde este relato verificado con un fallido intento de vender documentos falsificados de la embajada de Níger en Roma: una pista falsa que, por codicia o diseño, hizo perder el tiempo a varias «investigaciones» que ya eran una pérdida de tiempo. <<
[116] W. B. Yeats, Antología bilingüe (Alianza Editorial, Madrid, 2002), traducción de Enrique Caracciolo Trejo. (N. del T.) <<
[117] William Shakespeare, Tragedias, Teatro Completo I (Espasa Clásicos, Madrid, 2010), edición de Ángel Luis Pujante, que también es el traductor del fragmento. (N. del T.) <<
[118] George Orwell, Orwell en España (Tusquets, Barcelona, 2003), edición de Peter Davison, traducción de Antonio Prometeo Moya. (N. del T.) <<
[119] Se refiere a Letters to a Young Contrarían, que se publicó en castellano como Cartas a un joven disidente. (N. del T.) <<
[120] En la nota sobre nuestro arresto del periódico comunista praguense Rude Pravo, otra producción que si se leía en voz alta podía hacer que las criaturas volantes cayeran aturdidas al suelo, se informaba de que algunos de los detenidos eran sospechosos de ser simpatizantes de Liev Trotski. Como una suerte de codazo editorial destinado a mantener despiertos los prejuicios de los lectores, así como a los propios lectores, seguía un paréntesis que explicaba que Trotski era el seudónimo de Bronstein. Todo ayuda, o eso debió de pensar el excelente equipo editorial. <<
[121] La continuación, que no puedo no contar, fue esta. Recibimos una invitación para ir a Bagdad, que en esos días terribles todavía se consideraba letalmente insegura incluso en la Zona Verde. Le dije a Alexander que era su decisión y que nadie pensaría mal de él si declinaba. Contestó fríamente «Vamos», y eso hicimos. Intenté no mostrar lo orgulloso que estaba; ahora pienso que cometí un error. <<
[122] Muchos escritores, especialmente hombres, nos han dicho que el fallecimiento del padre abre la perspectiva del propio fin, y permite una vista sin obstáculos de la tumba sin excavar pero a la espera que dice «eres el siguiente». Por poco filial que parezca, no sucedió así en mi caso. Solo cuando vi nacer a Alexander supe de inmediato que el director de mi funeral había salido, de forma súbita pero inconfundible, al escenario. Me sorprendió la calma con que me tomé eso, pero también lo que me costaba decírselo a mis contemporáneos masculinos. Eso solo cambió cuando uno de ellos, mi amigo Chaina Tannenbaum, me invitó a casa para ver a su primer hijo, Moses. «No conoces el kaddish», fue su inolvidable manera de expresar la invitación. También entonces aprecié completamente la implicación del poema que me había recitado Jorge Luis Borges (véase la p. 240). <<
[123] Nuestra jerga de las comidas de los viernes, que solía diferenciar entre «puros idiotas» y «malditos idiotas», que subía o bajaba de categoría si era necesario con «puto idiota» y «jodido idiota», también podría haberme clasificado en el último lugar. <<
[124] En aras de la justicia, debería decir que mi hermano Peter cree firmemente que la segunda explicación —en otras palabras, xenofobia común en vez de odio a los judíos— es la más probable. <<
[125] Vale, incluso la palabra «transportado» tiene un desagradable tono moderno de deportación. De hecho, los primeros mártires del movimiento obrero británico eran campesinos del pueblo de Dorset, con el hechizante nombre de Tolpuddle, que fueron transportados a Australia por el delito de formar un sindicato. <<
[126] La intención había sido concienciar al mundo, enseñándoselas inicialmente al Vaticano. Ese llamamiento no funcionó. <<
[127] Me detengo para mencionar que, con el tío de mi cuñada Ernest Halperin, son tres los parientes ampliamente dispersos que lucharon por la República española: algo que contar a mis propios descendientes, algunos de los cuales llevan su sangre, si se quedan quietos y escuchan mis cuentos. Probablemente también es esa la mayor diferencia entre los dos lados de mi familia: aparte de las historias tradicionales de osadía británica, el único ejemplo de heroísmo y galantería que me contó alguna vez el Comandante fue el del coronel franquista José Moscardó, que se negó a rendir el Alcázar sitiado cuando las fuerzas rojas amenazaron con ejecutar a su hijo Luis. <<
[128] Mi valiente amiga Anne Applebaum está a punto de afrontar ese aspecto descuidado de la historia oculta de la región en su estudio sobre la imposición del comunismo. Por supuesto, no hace falta decir que, en cuanto Stalin consolidó su poder, empezó a eliminar a los rivales locales, muchos de los cuales, como Artur London y Lazslo Rajk, eran judíos. Es interesante que nunca hubiera un juicio espectáculo de esa clase en Polonia. <<
[129] Nacido en la extremadamente deprimida aldea de Chrzanów, a unos kilómetros al norte de Auschwitz, fue expulsado del Partido Comunista polaco por «exagerar los peligros del nazismo». Corría el año 1932. <<
[130] La última vez que oí una declaración marxista ortodoxa que resultó música para mis oídos venía de un miembro del Frente Patriótico de Ruanda, durante la matanza en su país. «Los términos hutu y tutsi —dijo con severidad— son solo construcciones ideológicas, que describen distintas relaciones con los medios y el modo de producción». ¡Por supuesto! <<
[131] La mejor crítica de ese libro es Defending the West, de Ibn Warraq. <<
[132] Me siento absurdamente orgulloso de que James Fenton me dedicara el poema «The Bailad of the Imam and the Shah», que apareció por primera vez en su libro Manila Envelope y presagia algunas de esas admoniciones cargadas de significado. <<
[133] Unsettling: la palabra significa «perturbador», pero el autor juega con otra interpretación, sobre el desmantelamiento de los settlements, «asentamientos». (N. del T.) <<
[134] Edward sentía un horror visceral ante la violencia y nunca la refrendó ni la excusó, aunque en un documental que hizo sobre el conflicto dijo que acciones como atacar con bombas a los peregrinos en el aeropuerto de Tel Aviv «perjudicaban más que beneficiaban». Recuerdo pensar que era a) un eufemismo, y b) una expresión descuidada indigna de un profesor de literatura inglesa. <<
[135] En sus ataques a otros árabes —Fouad Ajami era otro receptor de sus iras—, Edward era a menudo inquietantemente macarra y recurría a argumentos ad hominem. Quizá tenía razón cuando observé esa indulgencia con la Unión Soviética, que se distinguió singularmente en el uso de esas tácticas difamatorias. <<
[136] Cuando en su juventud le ofrecieron un trabajo como crítico literario para la revista Time, Bellow tuvo una entrevista con Whittaker Chambers, que le preguntó su opinión sobre William Wordsworth. Tras contestar acaso demasiado rápido que Wordsworth era un poeta romántico, Chambers le informó bruscamente que no había sitio para él en la revista. Bellow se había preguntado a menudo, nos dijo, lo que debería haber respondido. Sugerí que quizá hubiera conseguido el trabajo si hubiera contestado que Wordsworth había sido un poeta revolucionario que luego se volvió conservador y fue denunciado por Browning y otros por chaquetero. A Bellow le pareció que la propuesta era probablemente correcta. Más interesante era otra pregunta relacionada: ¿Y si hubiera conseguido ese trabajo? <<
[137] Anthony Powell, Una danza para la música del tiempo: Invierno (Anagrama, Barcelona, 2003), traducción de Javier Calzada. (N. del T.) <<
[138] El caso de mi hermano, más la reflexión que eso lleva hacia John Bunyan, me convence de nuevo de que quizá hubiera una revolución protestante o incluso puritana. Quizá el intento que hizo Christopher Hill de darle un tinte marxista a la idea no funcionase, pero el concepto de un tiempo anterior a los caballeros, los señores, los obispos y los papas en un viejo anhelo. Se encuentra en Thomas Paine y Thomas Jefferson, y en poemas como «Naseby», el magnífico pastiche de Macaulay, así como en 1984 de Orwell, donde la humilde lucha de Smith contra la «Neolengua» y el «Partido Interior» es el equivalente moral a las que sostuvieron Wyclif, Tyndale y Coverdale por traducir el lenguaje arcano y sacerdotal de la Biblia a un inglés claro. La expresión favorita de Orwell —«por las reglas conocidas de la antigua libertad»— era de John Milton. Eso también puede apoyar la idea satisfactoria de que exista un ateo protestante. Es mucho más fácil imaginar a Peter Hitchens como ateo que como musulmán, no digamos judío o católico. (Me agrada decir que, cuando William Tyndale fue por primera vez a la universidad en el Oxford medieval, el apellido de su familia era Hychyns.). <<
[139] Su historia es preferible a la que me contó Eric Hobsbawm, que en el momento de su dimisión del Partido Comunista era probablemente el único miembro con cierta reputación académica, intelectual o erudita que les quedaba. Cuando me lo encontré poco después de la caída del muro de Berlín en 1989, le pregunté si seguía perteneciendo al partido y me dijo: «No». ¿Qué había precipitado la separación? «Olvidaron mandarme el impreso anual de renovación —dijo con imperturbable serenidad— y decidí no escribir a la sede para recordárselo». Así de sencillo, entonces. <<
[140] Julian Barnes, Nada que temer (Anagrama, Barcelona, 2010), traducción de Jaime Zulaika. (N. del T.) <<
[141] Por ejemplo, se citó mucho a Julian cuando dijo que toda la lucha por Irak no valía la vida de un soldado británico, una frase que recuerda lo que dijo Otto von Bismarck sobre la totalidad de los Balcanes: «No valen los cojones de un solo granadero de Pomerania». Pero ¿por qué se considera esa clase de realpolitik de «izquierda» en vez de conservadora? Cuando me atacó en una revista de la derecha aislacionista estadounidense, Peter Hitchens denunció la guerra de Afganistán como el tipo de guerra «estúpida, de izquierdas», que solo apoyaría gente como su hermano. Me pareció que se acercaba más que Julian a la verdad. <<
[142] Por eso, La ley del silencio de Elia Kazan, que sugiere que la gente decente debería romper la ley de omerta de la Mafia, todavía les parece moralmente dudosa a muchos miembros de la izquierda estadounidense. <<
[143] Tiempo después, Bernard-Henri Lévy me invitó a escribir un ensayo sobre reconsideraciones políticas en su revista La Règle du Jeu. Le di el título parcialmente irónico: «¿Se puede ser neoconservador?». Impaciente ante la pregunta, un editor lo cambió para la portada: «Cómo me hice neoconservador». Quizá fuera un ejemplo del principio cartesiano opuesto al empirismo inglés: se decidía que yo era evidentemente lo que al parecer solo pensaba. <<
[144] Desde entonces Chomsky ha dicho algunas cosas que sugieren que nunca pensaba que yo sirviera de algo: poseo varios libros dedicados que demuestran lo contrario. Sucede que no me parece bien pagarle con la misma moneda. A finales de la década de 1970 me escribió para elogiar algo que había escrito sobre la necesidad de evitar que se hundiera la revista Encounter: sus posiciones libertarias (y su admiración por Orwell, rara en la izquierda) han sido relativamente consistentes. Si miras los ensayos que le dieron fama —sobre las primeras etapas de la guerra de Vietnam, sobre B. F. Skinner, sobre las memorias de Kissinger y sobre la Comisión Kahan que investigaba las matanzas de Sabra y Chatila—, encontrarás un talento polémico cuya pérdida merece la pena lamentar, y un sentido de la justicia que no debiera haberse vuelto rancio y resentido. <<
[145] Cuando reflexiono ahora sobre eso, creo que quizá quisiera estar segura, y que otros y yo nos diéramos cuenta, de que no podíamos dar su afecto por sentado y que siempre habría algún límite entre amistad y acuerdo. Probablemente, algo bueno. Muchas verdades o comentarios útiles no se dicen por miedo a romper la intimidad y, después de todo, nunca hubo un «círculo de Sontag», o una camarilla. Es el elemento de Sontag que Edmund White no logra apreciar en City Boy, las memorias libres de sus elevadas travesuras en Nueva York. <<
[146] No puedes ganar con todos al mismo tiempo: el producto históricamente más culto de la CIA Encounter publicó un texto de Melvin Lasky que me acusaba de haber eliminado las palabras relevantes de su texto. <<
[147] Pese a la general nulidad de la izquierda en este asunto, Susan solo era la más célebre de varios, entre quienes estaban Bernard-Henri Lévy, Peter Schneider, Daniel Cohn-Bendit, Adam Michnik y otros, que a su manera dibujaron una línea desde 1968 hasta 1989 para futuros combates contra el totalitarismo. <<