ADVERTENCIA

Este libro es una novela, pero tiene la particularidad de haber sido escrito por un egiptólogo para elogiar la memoria del primero y más genial egiptólogo, Jean-François Champollion (Figeac, 1790-París, 1832). A Champollion se le conoce como el descubridor del significado de los jeroglíficos, pero a menudo olvidamos su obra científica y literaria, que comprende gramática, diccionario, ensayos históricos, reseñas descriptivas, cartas.

De julio de 1828 a diciembre de 1829 Champollion vive los momentos más excepcionales de su breve existencia: él, a quien llamaban El Egipcio, por fin consigue ir a ese Egipto con el que tanto había soñado. La novela de Christian Jacq relata ese viaje extraordinario por su intensidad, sus dramas y sus descubrimientos. El autor da la palabra al mismo Champollion, integrando las frases capitales que pronunció o escribió. La mayor parte de los acontecimientos narrados corresponden a la realidad de los hechos. El papel del novelista ha consistido en recrear un viaje que también fue una peregrinación a las fuentes del espíritu, en amalgamar ciertos personajes y en colmar las lagunas que dejó Champollion en sus escritos.

Aunque el propósito de la novela no es ser fiel, al pie de la letra, a la verdad histórica, sí pretende serlo a Jean-François Champollion, uno de los mayores genios de todos los tiempos.