A menudo se traduce por «magia» el concepto egipcio heka, que es uno de los modos de conocimiento de lo invisible y de lo abstracto. Su papel consiste en pertrechar al Faraón para que consiga ascender al cielo, y esta magia conocedora de las leyes secretas del universo puede encontrarse [1][2] a sus pies, en sus costados o en su vientre. El Faraón se regocija [3] cuando la magia de los dioses está en su vientre, pues este dinamismo [4] pasa de su ser al suyo; el rey come, por lo demás, la magia de los dioses y se siente muy contento de ello. [5]
Este conocimiento mágico es un formidable poder de formulación: ¡Oh, dioses, no es el Faraón quien os da la fórmula (para ascender al cielo).
Es el conocimiento mágico el que os la da!; [6]
El Faraón recita las fórmulas mágicas del Horus de la región de luz. [7]
El Faraón es un mago, posee la magia que él concede y distribuye a [8] los dioses, aunque no a todas las entidades celestiales. A los escribas [9][10] del Más Allá se les pide que no se ocupen de la magia que está en la mano del rey, que no le reclamen esta magia, pues poseen su propia magia y el monarca, la suya. Así, él no romperá sus accesorios de escritura. [11]
Este heka que, según la Instrucción para el rey Merikara, sirve para precaverse contra los reveses del destino, es a la vez una ciencia de lo invisible y una capacidad personal de acceder y de estar en relación con él. Los seres dan prueba de más o menos «magia», existe una «Grande en magia», a la vez ojo de Horus y corona de la que el Faraón recibe los poderes.
La Grande en magia es la corona roja del Bajo Egipto, una serpiente [12] de fuego que reside en el naos (la región de luz) cuyas puertas abre el Faraón; ella le trae al mundo y lo adorna. Y su magia es decisiva en favor [13][14] del Faraón: ¡Oh, Faraón, Horus ha hecho que tu magia sea grande en tu nombre de Grande en magia; el ojo de Horus está en tu frente en tanto [15] que Grande en magia; el ojo ha salido de tu cabeza como la [16] Grande en magia del Alto Egipto! (la corona). [17]
Esta Grande en magia, la serpiente-corona, equivale, así pues, al ojo de Horus, y proporciona al Faraón una mirada creadora; por otra parte, [18] es con «la azuela del templo de dios», a saber, la Grande en magia, con lo que Horus abre los ojos del Faraón en el momento de la resurrección. [19] Y es identificado con Set, por lo tanto señor de la temible potencia cósmica, como el rey es provisto de la Grande en magia. [20]
El conocimiento mágico del Faraón se presenta como una mirada abierta a las realidades más ocultas; y sus ojos son sus coronas.