CAPÍTULO 31
LA PURIFICACIÓN

Para gobernar rectamente y con el concurso de los dioses, el Faraón debe ser puro; y porque es puro, porque su potencia vital (ka) es pura, está vivo. El Faraón se ha purificado con la purificación del dios puro (uab) [1] y es este acto ritual el que le vuelve divino, él que es puro como Dios y [2][3][4] que se purifica como Dios. Dios, cuyos lugares son puros, el Faraón asciende [5] del lugar puro. [6]

Los dioses son purificados viendo al Faraón que asciende de la región [7] de luz, cada día, la pureza de los dioses es la del Faraón. [8]

Es por el creador (Atum) por quien el Faraón se libera de su impureza. Así como el cielo es puro para la luz divina (Ra) y la tierra pura para [9] Horus, el Faraón debe ser puro para ascender hacia la luz. [10][11]

«¡Qué él venga, es puro!», dice el sacerdote puro de Ra al guardián de la puerta del cielo líquido. La luz divina purifica por sí misma al Faraón [12] que puede permanecer firme y ver irradiar la luz. El Faraón se ha [13][14] purificado, toma para sí el trono que está en el cielo. [15][16]

Numerosos pasajes de los Textos de las Pirámides desarrollan el tema de la purificación y sus modalidades: según el capítulo 451, no sólo el Faraón en sí mismo y su potencia vital deben ser puros, sino también su capacidad de manifestación (ba) que está entre los dioses y su potencia (sejem) que está entre los seres de luz. Purificando al rey, la [17] diosa Cielo le evita la vacuidad negativa, la escasez. [18]

La pureza del Faraón es la pureza del aire luminoso (Shu).

La pureza del Faraón es la pureza del fuego creador (Tefnut).

La pureza del Faraón es la pureza de los cuatro seres de luz que se regocijan en (la ciudad santa de) Pe. [19]

Su purificación es la purificación de Horus.

Su purificación es la purificación de Set.

Su purificación es la purificación de Tot.

Su purificación es la purificación de aquél que despliega sus garras (el halcón Dun-Anuy).

Su purificación es la purificación de su potencia vital. [20]

Su purificación es la purificación de su purificación.

Tal vez por eso se dice al Faraón:

Esta purificación que es tuya se lleva a cabo también entre tus hermanos los dioses.

Tu purificación está en tu boca.

Vuelve puros todos tus huesos. [21]

Equípate de lo que te corresponde.

Varias entidades divinas se preocupan de la necesaria pureza del Faraón, entre ellas Horus, el protector de la realeza: El Faraón ha sido purificado [22] en medio del ojo de Horus, el Faraón es purificado con la [23] purificación que Horus ha hecho para su ojo. Los Seguidores de Horus [24] purifican al rey, le bañan y le secan. La serpiente celeste, hermana del [25] Faraón, le purifica y le incensa; y, en el espacio subterráneo de la resurrección [26], es Sokaris quien lleva a cabo esta tarea ritual.

Un cierto número de partes del cuerpo del Faraón deben ser completamente [27][28] puras: el rostro, la boca y la lengua, la mano y las uñas, los pies. [29][30][31] Los huesos del Faraón son elevados, pues el Faraón es puro. [32]

Purificado de todo mal, el Faraón puede apaciguar la corona roja, [33][34] temible serpiente de fuego, descender en la barca solar y remar en [35] ella. Purificado, el Faraón ocupa su sitio a la cabeza de aquéllos que [36] son más grandes que él, se instala en la región pura y juzga allí a los vivos.

El ritual de purificación se efectúa en varios lugares del cielo: el [37][38] lago de agua fresca, el campo de los juncos, el lago de las adoratrices, el lago [39][40] del chacal y el lago de la duat, los lagos de la mañana, los lagos del aire [41][42][43] luminoso, el lago de las ocas.

Los Textos de las Pirámides se hacen eco del ritual que se celebra a la vez en el cielo y en la tierra. Los grandes dignatarios del reino y la gran Enéada se sientan y contemplan la purificación del rey, realizada con natrón, saliva salida de la boca de Horus y un escupitajo salido de la boca de Set, sustancia con la cual Horus se ha purificado y que ha permitido neutralizar el mal que Set ha hecho contra él, y con la cual Set se ha purificado y que ha permitido neutralizar el mal que Horus ha hecho contra él. [44]

El Faraón es «un puro, hijo de un puro», es purificado con cuatro jarras llenadas en la orilla del canal de Dios, en la ciudad de Dios, allí donde se encuentra el aliento de la gran Isis, allí donde ella le seca tal como lo ha hecho por Horus. [45]

El agua no es la única sustancia utilizada en el momento de la purificación: es preciso mencionar también el incienso (o el natrón), cuyo nombre egipcio significa «lo que vuelve divino» o «el hermano de Dios». Cualificado de «gran estable», es «el padre», se presenta bajo la [46] forma de bolitas que se hacen calentar, y cuyo perfume diviniza el rey; [47] le permite estar en compañía de los dioses, vivir con ellos, amarlos y ser amado por ellos. Salidas de la rodilla de Horus, las bolitas de incienso le permiten al Faraón ascender, trepar y elevarse. Este último utiliza, por [48] otra parte, el humo del incienso para ascender al cielo y se identifica incluso [49] con dicha sustancia: la boca del Faraón es de incienso, los labios del Faraón son de mirra. [50]

Ungüentos, óleos santos y perfumes completan el proceso de purificación. El ungüento (medet) permite reagrupar los miembros de Horus; la frente, el ojo del Faraón y sus cejas son ungidos con óleos santos, lo que [51] tiene por finalidad volverle luminoso, conferirle el poder sobre su cuerpo, [52] inspirar un temor respetuoso a todos los seres de luz que le ven y a todos los que escuchan su nombre. El ungüento, que reconcilia a los hermanos [53] enemigos, Horus y Set, abre la boca del rey. [54]

El perfume es el ojo de Horus; el Faraón lo toma y se equipa con él, [55] pues le purifica y le protege de todo olor nefasto conservándole intacto. [56] El perfume del Faraón es el perfume de Dios y el de Osiris, agradable [57] como el perfume de Ra cuando asciende de la región de luz. [58][59]