CAPÍTULO 24
EL FARAÓN, TERCER TÉRMINO
Y CONCILIADOR DE LAS DOS
POTENCIAS CÓSMICAS
 (HORUS Y SET) 

Nada está perdido para ti, nada cesa para ti, se dice al Faraón que es a la vez Horus y Set. En su persona simbólica, en efecto, están unidos y [1] pacificados los dos hermanos enemigos que se reparten a la vez el universo y Egipto: es por ello por lo que la reina lleva el título ritual de «la que ve a Horus y a Set», a saber, al Faraón mediador y conciliador.

El Faraón ha nacido para Horus, es concebido para Set: o dicho de otro modo, debe llevar a cabo en la tierra las funciones creadoras que desempeñan [2] esas dos potencias divinas en el universo. Horus y Set toman de la mano al rey para llevarle hacia la duat, el espacio estelar de creación: abre, Horus, se le ordena; protege, Set, a fin de que el Faraón brille [3][4] en el Oriente del cielo cuyas puertas están, por otra parte, abiertas [5] para Horus y Set que poseen una «grande en magia». Horus y Set levantan 6] su escala para permitirle al rey subir al cielo. [7]

Horus teje la tienda que recubre a su padre, Set extiende la tela de esta tienda protectora que oculta los misterios de la resurrección. Según el capítulo 455, el Faraón es purificado gracias a la saliva de [8] Horus y al escupitajo de Set, al tiempo que se ve liberado de las [9] acciones malvadas que hubieran podido llevar a cabo: Horus frota su carne: Set, sus pies. [10]

Pero los dos dioses viven también una relación más conflictiva, pues Horus tiene el deber de herir a aquél que ha herido a Osiris, de maniatarlo y abolir el mal, por tanto de castigar a Set, actuando al mismo tiempo [11] para que este último no se escape del Faraón. Y existe una solución ritual [12] para volver útil a Set: obligarle a colocarse debajo del cuerpo del Faraón para levantarle y servirle así de medio de soporte y de desplazamiento: Set no será dispensado de levantar a Osiris, eternamente. Y se [13] precisa: Horus ha golpeado a Set para ti. Set está maniatado, y tú eres su [14] potencia vital (ka): Horus lo ha apartado de ti, tú eres más grande que él. Él nada llevándote, te eleva, a ti que eres más grande que él. Sus seguidores te han visto, tu fuerza es mayor que la suya. No pueden oponerse a ti. [15]

El mito ilustra el conflicto que enfrenta a Horus con Set: el ojo de Horus ha sido arrancado, así como también los testículos de Set. Es al Faraón a quien corresponde curar estas heridas y reparar estas mutilaciones que perturban la armonía del cosmos. Si se borran mutilaciones y [16] heridas, el Faraón no se verá ni mutilado ni herido; y los servidores de Horus le traen al rey su ojo: los de Set, sus testículos. [17]

Si la potencia de Set se empareja con el fuego sexual, la de Horus radica [18] en la mirada creadora, indispensable para prolongar y conservar la vida. Por eso el Faraón emite un juicio desfavorable con respecto de Set porque ha escondido el ojo de Horus sobre el que no puede reivindicar [19] ningún derecho de propiedad. Como Set no ha «comido» más que una [20] pequeña cantidad de este ojo que contiene todas las medidas del universo, el Faraón consigue recuperarlo y sacarlo de la cabeza de Set, que se [21][22] ha alegrado a propósito del ojo de Horus. [23]

El Faraón coge el ojo blanco de Horus que ilumina la punta del dedo de Set, y coge el dedo de Set que permite al ojo blanco de Horus ver: y [24] es en «el ala de su hermano Set» donde es puesto el ojo de Horus: así se [25] afirma la complementariedad de los dos dioses cuya reconciliación, clave [26] mayor de la armonía dinámica del universo, el Faraón acoge favorablemente. [27]