CAPÍTULO 14
LA DUAT, ESPACIO ESTELAR
DE GÉNESIS

La duat es una región celestial. La palabra, formada a partir de la raíz dua, «venerar, adorar», se escribe con una estrella de cinco puntas puesta en el interior de un círculo. Más allá del espacio y del tiempo, no es localizable de manera racional y puede ser considerada como un medio estelar creador, en la periferia del mundo conocido. Dua es igualmente la mañana, sinónimo de nacimiento para la especie humana; y la duat trae al mundo al Faraón, le toma de la mano para llevarlo hacia el lugar [1] donde se encuentra Orión y darle a luz en compañía de Orión. [2]

Horus y Set cogen de la mano al Faraón y le conducen hacia la duat, la cual es también la descendencia del rey, fruto de su unión con Sothis. [3] De igual modo que Orión y Sothis están rodeados, envueltos por la duat y y viven en la región de luz, también el Faraón está envuelto por la duat, puro y vivo en la región de luz. Es en este medio creador, estelar, [4] luminoso, donde el Faraón se convierte en un espíritu luminoso, el cual reside en la duat y brota de ella. [5][6]

La diosa Cielo ofrece la duat al Faraón a fin de que éste sea preeminente; el Faraón es de corazón generoso en tanto que es quien preside la [7] duat. No obstante, subsiste allí una fuerza misteriosa con la que el rey [8] debe dialogar para establecer un pacto:

El Faraón pide a Aquél que está en la duat que no le ignore. Si aquél que está en la duat le (re)conoce, el Faraón le reconoce. [9]

El rey navega por este espacio estelar con Osiris, lo atraviesa, se purifica [10][11] en el lago de la duat donde es incensado y liberado de toda traba. [12][13][14]

Es en este espacio estelar donde se encuentra el ojo de Horus, y el Faraón [15] asciende como Horus de la duat, que está a la cabeza de las estrellas imperecederas. [16]

Cuando el Faraón se sienta entre las potencias divinas de este espacio de génesis, estas últimas le sostienen, le elevan y le aman. Se les dice: [17]

Alzad vuestros rostros, vosotros, dioses que estáis en la duat.

Ha venido el Faraón (para que) le veáis.

El que se ha convertido en el Gran Dios. [18]

Aquéllos que están en la duat han identificado sus cuerpos.

Han destapado sus oídos a la voz del Faraón,

El desciende entre ellos. El Todopoderoso les ha dicho:

«¡El Faraón es uno de vosotros!».

El Faraón es grabado entre vosotros como el Grande que es grabado.[19]

Así grabado, inscrito, registrado en la duat, el Faraón forma parte para siempre del espacio estelar de génesis. [20]