CAPÍTULO 6
FORMAS DE LA ENERGÍA

La energía de resurrección es ofrecida por Isis al Faraón identificado con Osiris; llena de ella a su esposo muerto para que se convierta en un padre capaz de transmitir la vida. En el momento de su [1] resurrección, el Faraón recibe una triple forma de energía: el agua, la abundancia y la leche de Isis. Otra ternariedad salida de Osiris: el agua, la abundancia y las linfas emanando de la momia osiriana, concebida como soporte de resurrección. [2][3]

El concepto de abundancia (bah) es particularmente puesto de relieve: Es su hermano el Antiguo quien trae la abundancia al Faraón. [4]

Puedes disponer de abundancia de hierbas verdes, al igual que los hijos de la Tierra divina (Geb). [5]

Tu abundancia se encuentra en el campo de Dios. [6]

Tu agua y tu agua fresca son la abundancia que sale de ti. [7]

El movimiento es doble: el Faraón recibe la energía cósmica bajo la forma de la abundancia que hacer reverdecer la tierra de la que es responsable, y este flujo fertilizador la restituye para garantizar esta fertilidad.

El Faraón es el fluido (redju) que mana y brota de la mutación de las aguas: el rey debe conquistar y poseer esta forma de energía, flujo vital y secreto del cuerpo osiriano, pues, gracias a ella, su corazón deja de ser inerte y vive. [8][9]

Vive igualmente de la «gran ola» que está en el cielo, a la que se consagran dos capítulos (344 y 348): [10]

¡Salve, gran ola!

Copero de los dioses, que guías a los que veneran la luz. [11]

Apacigua a hombres y dioses para el Faraón,

Que le ofrecen una comida. [12]

¡Salve, gran ola!

Copero de los dioses, que guías a los que veneran la luz.

Apacigua a los dioses para el Faraón,

Que ellos lo vuelvan floreciente.

Que le amen y mantengan en buena salud. [13]