Notas

[1] En egipcio, mer. <<

[2] Ver Porter-Moss, Topographical Bibliography, III, 2, p. 596 y ss., y N. de G. Davies, The Mastaba of Ptahhotep and Akhetetep at Saqqarah, II, Londres, 1901.

Según Ann Macy Roth, Egyptian Phyles in the Old Kingdom, Chicago, 1991, la tumba de Ptahhotep sería la de Ptahhotep 1 (ver A. Murray, Saqqara Mastabas, 1:8-17), situada al oeste de la pirámide escalonada, y al sur de la avenida de las esfinges. La prueba de su identificación vendría del hecho de la «deificación» del propietario de esta tumba. <<

[3] Otros nombres del rey: «Estable de las apariciones (djed khâou)», «el halcón de oro es estable», «el estable», «Justa es la potencia creadora de la luz divina (Maât-ka-Rá)». El acento se pone sobre las nociones de estabilidad y duración, encarnadas por el pilar djed, símbolo de Osiris resucitado. El significado del nombre Isesi es incierto; quizá signifique «el antiguo». <<

[4] Los intertítulos y los títulos de las máximas son de nuestra mano, pero corresponden a las divisiones del texto egipcio. <<

[5] Estos números corresponden a la división del texto en versos establecida por el egiptólogo Dévaud. Ello facilita a los especialistas la cita de los pasajes. Nuestra traducción sigue el texto íntegro del papiro Prisse, la única fuente completa. Si algunos números faltan [por ejemplo, en estas primeras líneas, se pasa de (1) a (4)], es porque los versos numerados (2) y (3) por Dévaud corresponden a otra fuente, que traduciremos en nota (ver, por ejemplo, nuestra nota 6) cuando la variante al texto principal suministre aclaraciones notables o procure un texto diferente. <<

[6] Literalmente: «el que está en la boca». Variantes: «(enseñanza) que ha compuesto el noble, el jefe, el padre divino, el amado de dios, la oreja de los seis grandes tribunales, la boca que apacigua al país entero». <<

[7] Es decir, el Faraón, el rey del Alto y del bajo Egipto, simbolizados por el junco, material utilizable en muchos dominios, y por la abeja, productora del oro vegetal. <<

[8] La eternidad de los ciclos (djet) está ligada a Osiris y al mundo subterráneo; la del instante (neheb) a Re y a la luz. <<

[9] Como a menudo sucede en los textos egipcios, el autor cambia con facilidad de pronombre, lo que choca a nuestra lógica; aquí, Ptahhotep pasa de la 1.a a la 3.a persona para hablar de sí mismo. <<

[10] En egipcio, «los vivientes». Siendo la escucha el principio espiritual de base, la vida penetra en el hombre por la oreja. En los Evangelios apócrifos se dice que la Virgen dio a luz a Cristo por la oreja. <<

[11] A saber, «la facultad de pensar (ib, el corazón) se halla ausente (tem)». <<

[12] Lit.: «los huesos duelen por todas partes», o «los huesos son dolorosos a causa de lo largo (de la existencia)». <<

[13] En nuestra opinión, la expresión designa a la vez al hijo espiritual al que Ptahhotep se dirige en el verso siguiente, y al texto de enseñanza al que confía su pensamiento. <<

[14] Ptahhotep vuelve a la primera persona. <<

[15] El término sedjemyou designa también a «los jueces», los que deben escuchar por excelencia. <<

[16] El término es traducido, de ordinario, como «los ancestros», pero se pierde así la idea de que los ancestros se hallan por delante de nosotros, nos preceden, y que su pensamiento nos abre el camino del conocimiento. Los ancestros son a la vez anteriores y esclarecedores. <<

[17] El verbo «escuchar» tiene aquí el matiz de «obedecer». <<

[18] El término rekhyt es particularmente difícil de traducir. A menudo se considera que significa «el pueblo», «la gente ordinaria», de donde nuestra traducción. Pero la palabra se forma a partir de la raíz reke, «saber», y debe por tanto incluir la idea de «los que saben». Más aún, existían tres «clases» de hombres, no comprendidos como castas, sino como categorías simbólicas: los pât, los rekhyt y los henmemet. Si estos últimos son claramente «los de la luz», los dos primeros tipos de seres son todavía difíciles de discernir. <<

[19] «Las dos riberas» (del Nilo) son una de las designaciones simbólicas de Egipto, comparable a «las dos tierras» (el Alto y el Bajo Egipto). Esta visión dual del mundo es frecuente en el pensamiento egipcio; el papel del Faraón es el del tercer término, el que une lo que parece estar disociado, o incluso ser opuesto. <<

[20] En este contexto, la palabra «dios, potencia creadora» (net-jer,) designa al Faraón mismo. No se trata en modo alguno de idolatrías; nunca han creído los egipcios que un individuo, sometido al ciclo del crecimiento y la decadencia, al juego de la vida y de la muerte, sea un dios. Pero la función del Faraón es de origen divino; pensemos en la estatua de Kefrén, en el museo de El Cairo, donde se ve al rey sentado, majestuoso, con los ojos alzados hacia el cielo; sobre su nuca, el halcón Horus. El ser del más allá está unido a la envoltura humana: es la ka del Faraón, su potencia creadora, lo que representa esta estatua, no el individuo perecedero. El Faraón es el canal por el que pasa esta divinidad; sin él, no hay lazo posible con el cielo, ninguna armonía es posible sobre la tierra. Como bien subraya Ptahhotep, no es un individuo cualquiera el que se expresa, sino el dios presente en el Faraón. <<

[21] La construcción de la frase egipcia es particularmente interesante; en castellano, se enseña algo (complemento directo) a alguien (complemento indirecto). El acento se pone sobre la materia a enseñar, no sobre el ser; en egipcio es al revés: se enseña a alguien (completo directo) algo (complemento indirecto), utilizando el verbo seba, que sirve para formar los términos «enseñanza, sabiduría». El acento se pone, pues, sobre el ser del estudiante y del discípulo, mucho más que sobre la materia enseñada. Es toda la diferencia entre una civilización en la que la espiritualidad es puesta en primer plano, y una cultura materialista donde las cosas y los hechos cuentan más que los seres y su formación.

Traducimos por «tradición» la expresión kher-hat, «el antaño», «el ayer», «el pasado», literalmente «lo que antecede», «lo que está antes». Volvemos a encontrar aquí el doble sentido del término at, que significa también «comienzo, principio». Como los ancestros, la tradición no está detrás de nosotros, sino por delante; es ella la que nos enseña los principios de base de la sabiduría, en el origen de una conducta recta. Quien olvidare el ayer, quien no tuviere en cuenta la tradición, sería un ignorante, sin corazón y sin pensamiento creador. <<

[22] Con esta fortísima conclusión acaba el prólogo. Egipto piensa que ciertos individuos, en razón de su condición de nacimiento, querida por los dioses, son incapaces de acceder a la sabiduría; como contrapartida, incluso los más favorecidos por la suerte deben efectuar un enorme trabajo para aproximarse a ella. <<

[23] Traducimos repá por «noble», y hat-á (lit.: el de brazo preeminente) por «jefe»; otros traductores proponen «conde», «príncipe», «responsable». Es difícil encontrar, en nuestras lenguas, equivalencias que pudieran corresponder a las responsabilidades jerárquicas y sociales que describen los términos egipcios. <<

[24] Esta frase es de una importancia considerable. Ptahhotep indica aquí, de la manera más clara, que es hijo espiritual del Faraón, su discípulo fiel a la enseñanza recibida; sin embargo, precisa «de su cuerpo», lo que podría llevar a creer que es su hijo camal. En realidad, el término utilizado debe comprenderse como «corporación, entidad»; Ptahhotep insiste para decir que es un ser salido directamente de la entidad «Faraón», que forma parte de su «corporación» más próxima, en tanto que hijo auténtico. Este tipo de expresión explica por qué hay que ser muy prudente cuando se trata de establecer las genealogías en el antiguo Egipto; siendo así que el marido recibe el nombre de «hermano» y la esposa el de «hermana», muchos textos no deben ser tomados al pie de la letra. <<

[25] «Útil», «provechoso» (akhet). <<

[26] En el original aparece como párrafo 42, que ya existe. Asignamos el correlativo: 51. (N. del E. D.) <<

[27] Literalmente: «grande (áa)». Ptahhotep emplea la expresión áa-ib, «de corazón grande», en un sentido negativo, y our-ib, que tiene prácticamente el mismo significado, en un sentido positivo, «magnánimo, generoso». <<

[28] En el sentido de artesano, de capacidad de trabajar la materia volviéndola bella y armoniosa, al senado de una idea simbólica. El personaje del artista moderno, esclavo de sus compulsiones y que actúa al capricho de su fantasía, es inconcebible en el Egipto antiguo. El arte es un rito, un acto esencial, pues permite a la energía celeste y creadora encarnarse en una materia. El escultor, por ejemplo, porta el nombre de «aquél que hace vivir», pues anima una materia aparentemente inerte, deviniendo la piedra el receptáculo de lo divino. <<

[29] Rendimos así akhou, que implica los conceptos de eficiencia, de luminosidad del acto, de excelencia. <<

[30] Se han propuesto numerosas identificaciones: turquesa, malaquita, feldespato, esmeralda. El término utilizado, otidjat, está ligado a la raíz que significa «crecimiento, expansión». Este tipo de piedra era colocada bajo la protección de la diosa Hathor, encarnación del amor celeste. Se ve que esta «piedra verde» es una especie de Grial; sin embargo, la palabra perfecta es todavía más preciosa, pues sirve de vehículo a la energía creadora en estado puro. <<

[31] El término utilizado, hemout, deriva de una raíz, hem, que es una de las más sorprendentes de la lengua egipcia. Aquí está implicada la noción de «servir»; pero este mismo término es aplicado igualmente al Faraón y traducido por «¡Majestad!». De hecho, se trata de una mala costumbre, pues también es el Faraón un servidor, e incluso el primer servidor de su pueblo, ya que se halla en contacto directo con lo sagrado y lo divino, que debe a continuación redistribuir bajo la forma de bienestar moral y material. Un simple término, como el de esta raíz hem, nos muestra la profunda coherencia de la sociedad egipcia y pone en evidencia su tejido metafísico. <<

[32] La palabra utilizada es benout, ahora bien, la raíz ben significa también «piedra primordial», «piedra original», es decir, una de las primeras manifestaciones de la creación. Sobre esta piedra se posó el Fénix, el pájaro bendito. El piramidión era una de las formas aparentes de esta, piedra única, conservada en el gran templo de Heliópolis. <<

[33] Literalmente: «si encuentras un discutidor (djaisou) en su momento (at);» este término, at, significa el «momento de acción». Es también el instante, breve e intenso, en el que la acción se cumple en toda su potencia; por ello es por lo que at puede ser utilizado para designar una intervención divina. <<

[34] El verbo kherep, «dirigir, conducir, administrar, controlar», indica que el discutidor es maestro de sí mismo y no pierde su sangre fría; es por tanto iqer, es decir, «excelente, hábil». Otra traducción posible de este pasaje: «controla el corazón en presencia de uno más hábil que tú», es decir, domínate y no reacciones. <<

[35] Esta actitud es la del respeto debido a un grande o a un superior; se trata de una muestra de deferencia. <<

[36] «Coger el corazón» parece ser aquí empleado en el sentido de «ser agresivo». Zába lo comprende de otra manera: «y no podrá igualarte», porque no estará de acuerdo contigo. Como se trata del debate con un superior, la interpretación que proponemos parece preferible. <<

[37] Con la idea de disminuir su facundia, de aminorar su importancia. <<

[38] Literalmente: «en su momento». Conviene dejar que caiga en su propio lazo el que actúa mal; su comportamiento inarmonioso lo conducirá a la derrota. <<

[39] La frase es difícil de interpretar. Se podría igualmente comprender: «desde el momento en que tu corazón (tu conciencia) habrá contrapesado su (falsa) superioridad». Ptahhotep estima que la clara conciencia de lo real es forzosamente superior á la vanidad del ignorante, alimentado de charlatanería y de prolijidades inútiles. <<

[40] Es decir: «del mismo nivel que tú». <<

[41] Seguimos a Zába. Otra posibilidad de traducir: «quienes le escuchan hablarán mucho (y mal) de él». Ptahhotep estima que el silencio es un arma de una perfecta eficacia contra el discutidor que pronuncia malas palabras. Acabará por humillarse ante su auditorio. <<

[42] El término hourou designa al «humilde», el «pobre», sin noción particularmente peyorativa. <<

[43] A esta debilidad se añade una noción de incompetencia; hay que comprender que el inferior de que se trata no dispone de las cualidades necesarias para discutir correctamente. <<

[44] Poner a un hombre en tierra es abandonarle a sí mismo y dejarlo solo. Ptahhotep recomienda no entablar un combate desigual para el adversario. <<

[45] «Aliviar el corazón» equivale aquí a desembarazarnos de nuestros problemas personales abrumando a otro porque es más débil o incompetente. El sabio desaprueba esta actitud. <<

[46] La misma idea que en la frase precedente, con una noción suplementaria: no hay que reaccionar de manera afectiva «lavando el corazón», pues ello traduce una falta de dominio de uno mismo. <<

[47] Habiéndose todos dado cuenta de la inutilidad del debate con un incompetente, el sabio no tendrá que esforzarse por recoger los sufragios. Su decisión será considerada como excelente; por ello es por lo que se le seguirá sin esfuerzo. No tiene por tanto interés alguno en desperdiciar su energía. Para comprender el consejo de Ptahhotep, hay que suponer un auditorio de seres sabios, o que reconocen el valor de la sabiduría. <<

[48] Ptahhotep recomienda no abrumar al que está vencido desde antes del debate. Si, por estupidez, le ha provocado, su peor castigo será el de perder todo crédito ante los Grandes. <<

[49] Seshemy, «el jefe», «el que conduce», «el que guía». <<

[50] El término menekh implica las ideas de eficiencia, de eficacia, de habilidad. Un trabajo que es menekh, está «bien ajustado», «bien acabado». <<

[51] O: «que tu conducta sea irreprochable», desprovista de toda injusticia. <<

[52] Our Maât, «Grande es la Regla». Variante del papiro L2: akh Maât, «irradiante (luminosa, útil, provechosa) es la Regla». <<

[53] La noción de ineficacia está indicada por el término seped, «ser preciso». La Regla no yerra nunca su diana; con ella, nada puede escapar. Otros caracteres: su duración, a saber la eternidad, y su estabilidad, que las peores malversaciones humanas no pueden comprometer. <<

[54] La noción de «perturbación» está indicada por el verbo khe-nen, utilizado para describir trastornos graves, la contusión y las consecuencias que de ellos se derivan. El signo que determina el verbo, es decir, que precisa la categoría de ideas a que pertenece, es el ánima del dios Seth, señor de la tempestad y del relámpago, y responsable de todas las perturbaciones cósmicas. La Regla escapa a este trastorno; en el origen de toda creación, ella no es ni debilitada ni disminuida por esta creación, y no está sometida ni al envejecimiento ni a los azares temporales. «El tiempo (rek) de Osiris» es el de la eternidad. Nuestro mundo y la especie humana, por ser nacidos en el tiempo, están condenados a desaparecer; pero la Regla y Osiris, porque no están encerrados en el tiempo, perdurarán. <<

[55] El término hepou, «leyes (humanas)», debe relacionarse con hep, «cuerda de deslinde». Las leyes deben servir para organizar la sociedad, para delimitar los territorios del individuo y de los diferentes grupos; el legislador supremo, el Faraón, actúa a la manera del agrimensor. <<

[56] Traducción hipotética. Otras posibilidades: «es lo que escapa al corazón del ávido»; «aunque el ávido no se preocupa de ello». La traducción de Faulkner, «es una transgresión incluso a los ojos de los rapaces», nos parece menos probable. Una variante indica que el tribunal (de los muertos) le parece lejano al ignorante, cuando pudiera hallarse bien próximo. <<

[57] Nedjyt, «bajeza, villanía»; para Egipto, es lo contrario de «tener cuidado» y de «estar atento». El que no está atento no puede cumplir sino actos sin valor, y acaba en la iniquidad. Ptahhotep, que es un hombre de la tierra sin ilusiones, sabe que el dominio de la cantidad es el terreno privilegiado de la injusticia. Esta noción es indicada por el término áhat, «montón, pila, cantidad, amontonamiento, acumulación». Cuando la calidad reina, la bajeza no predomina; cuando reina la cantidad, la mediocridad y la injusticia pueden extenderse. <<

[58] Djayt, «el mal». La palabra está formada según la raíz dja, «transgredir, oponerse»; «el que tiene la boca que se opone» es el querellador. El mal es lo que se cruza en el camino justo; es exactamente el sentido del término diabolus, el diablo. En un sentido positivo, el mismo verbo djai significa «atravesar, pasar al otro lado», y por tanto evitar todos los obstáculos. «Llegar a buen puerto (meni») es sinónimo de morir de manera dichosa, tras haber atravesado con rectitud el río de la vida. <<

[59] Sekhet. «adquirir, coger en una trampa, coger en una red». <<

[60] Henet. «ocupación, trabajo, oficio, servicio de ofrenda». La idea es que el justo no debe enriquecerse él mismo, sino enriquecer la función que le es confiada. <<

[61] Otra traducción: «de suerte que un hombre pueda decir: es la adquisición de mi padre». Se puede igualmente comprenden he allí la enseñanza de mi padre espiritual, a saber, la Regla. La palabra ou, sin determinativo, significa sin duda «territorio, distrito, dominio» (ver Faulkner, Concise Dictionary, 52; Meeks, Année lexicographique 2, 83). L2 da como variante la palabra khet, «los bienes». <<

[62] Heryt: «maniobra, maquinación, complot». Otra traducción: «no mantengas a los hombres en el terror, ante ti». <<

[63] Es decir, del alimento más elemental. Si un hombre está decidido a sembrar el terror alrededor suyo, conviene no concederle el menor alimento. <<

[64] El término utilizado es ouser, que implica la idea de poder resultante de la riqueza. <<

[65] Otras traducciones: «lo que percibo me pondrá una trampa», a saber, mis propias percepciones pueden abusar de mí; «adquiero para mí lo que percibo» (Faulkner); «mi habilidad me ha pillado en una trampa» (Lichtheim). Hay que tener en cuenta el hecho del que el conjunto del contexto es negativo; el que quiere imponerse por la riqueza o sus percepciones (sin) se atrapa él mismo; la voluntad de poder, si se ejerce en detrimento de otro, conduce a la prisión interior. <<

[66] Ptahhotep estima que el ladrón será robado por un ladrón mejor que él, cuya naturaleza no habrá discernido. Otra interpretación: el ladrón deberá dejar su lugar a alguien a quien no conoce, siendo a su vez pillado en una trampa. Quien roba será robado. <<

[67] El sentido general de la frase es seguro, pero su construcción gramatical plantea problemas. <<

[68] El término utilizado es heret, que implica la idea de contentarse con los bienes adquiridos, pues esta actitud procura la tranquilidad de espíritu. En esta máxima, Ptahhotep formula de manera clara y poderosa una de las visiones egipcias más sobresalientes: el hombre no tiene plenos poderes frente a su propia vida. Maniobra, se agita, puede incluso combatir contra sí mismo, pero se engaña creyendo que sus estrategias más o menos oscuras serán coronadas por el éxito. La verdadera libertad del hombre es la de inscribirse conscientemente en el plan divino, o excluirse de éste. Para quien alcanza un cierto desapego, para quien ya no lucha por adquirir cada vez más, para quien acepta su condición, los dones divinos vienen por sí mismos, sin necesidad de maniobra alguna. <<

[69] Literalmente: «en el lugar de la mesa en que se come». <<

[70] Literalmente: «(a quien está delante tuyo) no le atravieses con numerosas miradas». <<

[71] El término bout significa «la abominación de lo detestado»; otras traducciones: «importunarlo (al Grande) ofende a la ka», «contrariarlo es la abominación de la ka.» La idea central es que no hay que contrariar la buena circulación de la energía, de esta ka que se encarna tanto en la persona del Grande que recibe, como en los alimentos que ofrece. Cuando el convidado come, es la ka del alimento sólido o de la bebida quien le ofrece su energía y le hace vivir; de donde la necesidad de concentrarse en los manjares y no dispersar la mirada. El banquete era vivido como un rito de celebración de la ka, y apelaba a un cierto comportamiento de parte de los convidados. <<

[72] Literalmente: «el mal sobre el corazón». Si el anfitrión está mal dispuesto, una intervención intempestiva puede irritarlo aún más. La educación y la inteligencia recomiendan dejarle dirigir el ritual de la mesa a su manera. <<

[73] Literalmente: «el bien sobre el corazón». Invitado a un banquete, el sabio debe adoptar una actitud positiva, y extender el bien y la dicha a su alrededor. L2 131-4 añade: «Ríe después de que él se ría (el anfitrión del banquete); ello será muy bueno para su corazón, y tu comportamiento será bueno para el corazón. No se sabe (nunca) qué se encuentra en el corazón». <<

[74] Es la posición del noble, dignamente sentado tras la mesa de las ofrendas, sobre la que se hallan dispuestos los panes, símbolo aquí de todas las formas de alimento. <<

[75] La ka es la potencia creadora, que no se limita al hombre, pero que lo anima y le permite vivir, en la medida en que está unido a la energía del cosmos. La ka no puede morir, pues no ha nacido nunca. El hombre puede elegir: seguir el camino de lo perecedero, el de sus instintos más bajos, o bien «seguir la ka», acomodarse a sus directivas, es decir, marchar sobre la vía de la eternidad y de los valores intangibles. <<

[76] Traducción preferible a: «es el consejo de la noche que se cumple» .Al designar la palabra hotep tanto la puesta de sol como la mesa de las ofrendas, se trata quizá de una alusión a un acto ritual, siendo el momento tan particular del final del día propicio al acto de ofrecer. Fecht comprende: «de suerte que el comportamiento del calmo sea coronado de éxito». <<

[77] Dicho de otro modo, es la potencia creadora la que se despliega en toda su tuerza. La frase es una descripción del jeroglífico mismo, que representa dos brazos alzados para encarnar el ascenso y la omnipotencia de la energía vital. Ptahhotep pone este despliegue de energía en relación con el acto de dar; quien toma se agota, quien da adquiere una verdadera fuerza. <<

[78] Traducción incierta. Lichtheim propone: «al hombre escogido, dichoso». El sentido parece ser: no dar a cualquiera (cf. la recomendación de Cristo de no dar perlas a los puercos), y aseguramos de la calidad del destinatario del regalo. Ptahhotep no practicaba un humanismo beato; la regla de Maât exige un justo reparto de las energías, excluyendo toda ceguera. Un regalo mal hecho puede volverse catastrófico. Fecht: «el grande se acuerda de dar, cuando no es importunado». <<

[79] Es Dios quien ofrece el alimento del banquete, no el hombre; quien no lo comprende es un ignorante que emite una queja inútil. La idea es aún más fuerte, cuando se trata del banquete celeste, donde sólo Dios invita a los huéspedes que ha escogido. <<

[80] Literalmente: «el hombre de la entrada (áq») es decir, el que puede penetrar en un lugar porque es admitido con toda confianza, o quien puede entrar en el corazón de otro. <<

[81] Mety. «ser exacto, justo, regular, preciso, escrupuloso». <<

[82] Un cierto número de traductores estiman que se trata aquí de evitar la calumnia. Lichtheim habla de «discurso injurioso». Según el contexto, se trata de una mala utilización de la propia lengua, que deforma el mensaje a transmitir, utilizando mal las palabras; de ahí nuestra traducción. <<

[83] La consecuencia de una misión mal cumplida es indicada por el verbo seken: «volver triste, refunfuñado, amargo». Quien ha transmitido mal el mensaje causa una perturbación social de una gravedad real, ya que los Grandes pueden embrollarse a causa suya, perder la alegría creyendo una mala noticia. Sociedad de comunicación anterior a la escritura, Egipto fue plenamente consciente de la importancia del lenguaje; los jeroglíficos permiten obtener una precisión de pensamiento y de formulación determinante para el bienestar de un pueblo. <<

[84] En toda circunstancia, es la Regla, Maât, quien debe inspirar la conducta y el lenguaje del hombre justo. Si la respeta, no cometerá error; si quiere hacer de más, si la sobrepasa, caerá en el error y la inarmonía. Hay aquí una condena de la charlatanería y el exceso. <<

[85] Es decir, ceder a lo afectivo, sea a la cólera, la efusión, el lagrimeo, o cualquier otra manifestación intempestiva o excesiva que denote un alejamiento en relación a la Regla. Que el hombre cede a veces al «lavado del corazón», Ptahhotep lo sabe muy bien, y no considera siquiera que pueda ser de otro modo; pero exige que esta actitud no sea repetida. <<

[86] Quizá con el sentido de «calumniar». No se trata, sin duda, de la simple crítica, sino de una palabra anormalmente agresiva. <<

[87] «Hablar en contra de» es una falta grave y de peligrosas con secuencias, pues hace perder la energía creadora (ka;) Ptahhotep exige que el sabio conserve la palabra para construir y transmitir lo que es justo. <<

[88] Es decir: no te jactes de tu buena fortuna humillando a vecinos menos acomodados. La versión L2 da: «No te jactes de ello, no importunes a quien no posee nada». <<

[89] El término utilizado es qed, que significa «carácter, buena naturaleza, firmeza». <<

[90] El verbo itji significa «tomar posesión de, coger, apoderarse» y, en mala parte, «quitar, hurtar». Qenbet es el tribunal, la corte de justicia. El sentido de la frase es enigmático; en nuestra opinión, significa que quien sabe «tomar, coger», en una perspectiva positiva, conserva esta misma naturaleza incluso si se encuentra (¿en tanto que juez o en tanto que acusador o que acusado?) en el tribunal. Conserva, pues, su facultad de percepción, incluso en las circunstancias más solemnes. <<

[91] O, siguiendo a Fecht, «no seas presuntuoso, soberbio, vanidoso». <<

[92] Hourou, «criticar, hablar mal»; hourou es también «el hombre pobre». <<

[93] Ahou: «desgracia, pena, problema, herida, enfermedad, sufrimiento». <<

[94] El verbo utilizado aquí es muy significativo; sekheper significa «hacer ser», «hacer existir», «hacer devenir», «hacer crecer», y asimismo «criar» un hijo. Se podría por tanto traducir: «es sólo al que Dios cría (como a su hijo)». La idea está en relación con la entrada en el templo; para viajar ahí de manera definitiva, hay que estar libre de todo apego, asumir una cierta forma de soledad. Este pasaje capital de las máximas de Ptahhotep es a menudo omitido en las traducciones, y muy raramente comentado, pues se halla en contradicción con la imagen humanista que se ha querido dar de la familia egipcia. Ptahhotep no descarta la vida familiar, pero indica aquí sus límites. Quien se apega exclusivamente a los valores familiares, no puede ir hacia Dios, o, dicho de otro modo, hacia el templo. <<

[95] Para ouhyt, «clan familiar», ver Revue de egyptologie 26, p. 57, nota 7. Quien tiene a su cargo una familia, se preocupa de su sucesión y del bienestar de sus hijos; no hay apenas posibilidad de que se desprenda de esta forma de realidad. <<

[96] Khes, «ser débil», física o moralmente. <<

[97] El término utilizado para toda esta expresión es iqer, «ser de elite, excelente, competente, hábil, en quien se puede tener confianza». <<

[98] Seshem: «conducta, comportamiento, capacidad de gobernarse a uno mismo, manera de ser». Otra manera de traducir el pasaje: «cuya conducta es impecable frente al dios (el Faraón)». <<

[99] Si se interpreta la m del comienzo de la frase como «no», se comprenderá: «no te preocupes de saber si fue anteriormente de condición de humilde». <<

[100] Literalmente: «el corazón grande (áa)». <<

[101] Senedj: «temer, estimar, respetar». <<

[102] Khet, una de las palabras egipcias más rica en sentidos: «cosas, bienes, propiedades, fortuna», pero también «ofrendas, ritos». Para un egipcio, las «cosas», o dicho de otro modo, los elementos más corrientes, eran los ritos que impregnaban cada momento de su vida cotidiana. <<

[103] Las «cosas» esenciales no son algo debido al azar, sino a la voluntad divina. Existe un orden del mundo que la conciencia humana tiene por deber y función descifrar; así nace el amor entre el hombre y lo divino. <<

[104] La riqueza material es un evento de importancia secundaria; el que la desea es libre de desplegar sus esfuerzos en dicho sentido. El hombre de calidad se apoya en sí mismo y en sus propias tuerzas. Pero, como lo precisa la siguiente frase, es Dios quien hace que un ser posea cierta calidad; Ptahhotep considera un equilibrio entre un determinismo que se constata en todas las manifestaciones de la naturaleza, de la que forma parte la especie humana, y una capacidad de acción que reposa en la responsabilidad individual. No niega una ilusoria igualdad y una no menos ilusoria libertad absoluta. <<

[105] Traducir esta expresión por «haz lo que te plazca, diviértete» es un contrasentido. El corazón es el órgano inmaterial de la conciencia, un vaso capaz de recoger lo sagrado. «Seguir el corazón», es respetar nuestro deseo espiritual, llevar una existencia en conformidad con aquél. <<

[106] Ptahhotep, y muchos otros textos egipcios, insiste sobre la necesidad de la justa mesura. No actuar correctamente en relación con la Regla es una insuficiencia grave, pero observarla en exceso haría caer al individuo en el dogmatismo y el fanatismo. <<

[107] En toda existencia humana hay un tiempo para vivir una aventura espiritual y abrir nuestra conciencia a lo sagrado; abreviar este tiempo en provecho de otras tareas condenaría al hombre a no franquear la prueba del tribunal del otro mundo. <<

[108] Hedji: «hacer mal, desobedecer, destruir, desperdiciar». <<

[109] En ciertos momentos, los rituales por ejemplo, la conciencia humana está en contacto con lo sagrado; desperdiciar estos momentos es una pérdida de energía catastrófica. <<

[110] Gereg. el término implica las dos ideas de «fundar» una casa y de mantenerla. <<

[111] El ser que vive una experiencia espiritual no debe trabajar más de lo que conviene en asumir tareas materiales en las que dispersaría su energía. Lichtheim traduce: «no dilapides tu tiempo en tareas cotidianas más allá de la educación de tu casa». <<

[112] Pase lo que pase, sean buenos o malos los acontecimientos, el sabio «sigue el corazón», es decir, su conciencia de lo esencial. No se deja aprisionar por la materialidad, no se deja envolver ni por la suerte, ni por la desdicha. El corazón es el órgano del equilibrio interno, nacido de la comunión con lo sagrado. <<

[113] Si no hay que desperdiciar la energía en las tareas materiales, tampoco hay que ser sefa, «negligente, perezoso». Quien descuidara sus obligaciones materiales se manifestaría igualmente indigno de ser un sabio, pues sucumbiría bajo el peso de las tareas no cumplidas. Ni pereza, ni agitación: cualquiera que sea el caso, el exceso es una traba. <<

[114] Traducimos así la palabra iqer. <<

[115] De lo que precede, y según el contexto, resulta claramente que es cuestión del hijo espiritual, como lo advierte por otra parte Brunner. <<

[116] Mety: «ser recto, ser exacto, estar en rectitud». <<

[117] Literalmente: «si gira alrededor de tu carácter» (pekher.f n ked.k), es decir, si se desplaza armoniosamente con respecto a tu forma de ser. La versión L2 añade: «si escucha tu enseñanza, y vuelve útiles sus disposiciones de espíritu en el interior de la casa». <<

[118] Traducimos khet por «bienes»; el sentido es sin duda muy amplio, incluyendo las adquisiciones espirituales del maestro, a las que el discípulo debe acordar la mayor atención. <<

[119] Literalmente: «el lugar del bien (bou nefer)», implicando nefer el bien, la bondad, la belleza, la perfección que se renueva por sí misma. <<

[120] La raíz setji significa «sembrar, extender». El hijo espiritual no nace de la carne, sino de la ka, de la potencia creadora misma. En realidad, incluso en un nacimiento corporal, no es el hombre quien actúa, sino esta potencia que crea a través suyo. <<

[121] «Separar (ioud) el corazón» equivaldría a romper todo contacto espiritual con el discípulo. <<

[122] Si bien la ka, potencia creadora, no puede engendrar más que una creación armoniosa, la intervención humana puede desviarla de su finalidad; por ello es por lo que «la simiente de un hombre» es a veces portadora de shenetj, es decir, de «conflicto, querella, cólera, oposición». La misma palabra designa tanto al policía que pone fin a este desorden deteniendo a quien ha cometido el delito, como al castigo que es infligido a éste. <<

[123] Nenem: «errar, engañarse, divagar», «marchar en la dirección equivocada». <<

[124] Teheb «desobedecer, atacar, extraviarse», de donde el sentido de transgredir. Versión complementaria: «de suerte que no cumple tu enseñanza y que su comportamiento es vil en tu morada». <<

[125] Beten: «desobedecer, desafiar», con una noción de insolencia y de ensañamiento. <<

[126] Versión de L2. Para una reciente traducción de este pasaje, ver C. J. Eyre, Studies Lichtheim, 1990, p. 155. Una versión complementaría parece precisar que el mal hijo que actúa así es irresponsable, y carece del dominio de sí mismo. La recomendación es severa e inapelable: el maestro no debe mantener a su lado a un mal discípulo, el cual, como vemos, ha cometido una serie de faltas graves e irreparables. La desobediencia pretenciosa, el rehúse a rectificar, el enconamiento en el error, el discurso no armonioso, son los signos de estos errores. <<

[127] Una última oportunidad, empero: rectificar la totalidad del discurso del discípulo, pero ¿no es esto, acaso, utópico? Es al ser entero que se tendría que rectificar; el término utilizado es bak, «castigar», con la idea de «ponerlo a trabajar», «ponerlo a la obra». <<

[128] La noción de hostilidad es implicada por el verbo oudi, «implantar un obstáculo, proferir una ofensa, causar una herida». <<

[129] Sedeb: «obstáculo, impedimento, mal»; en los papiros de medicina, el término designa la profundidad de una herida. Ptahhotep pone aquí de relieve un determinismo cierto; si un hijo espiritual escogido por un sabio se comporta mal, y se sale del camino justo, es porque portaba en él una especie de tara que ninguna educación podrá suprimir. <<

[130] El término ioui, «carecer de barca», designa al que no tiene modo alguno de circular por el río, y que se halla por tanto reducido a la inmovilidad de la muerte. La barca es el símbolo mismo del viaje en la eternidad; montar en la barca celeste y vivir en compañía de los dioses es el destino dichoso de los justos. El «sin barca», que no ha querido rectificar su ser y llevar a cabo el viaje interior, no podrá pertenecer a los seguidores del sol. <<

[131] Egipto contempla la existencia humana como la travesía de un río, de la una a la otra orilla, del nacimiento a la muerte. La «buena muerte», es decir, el buen abordaje, es el verdadero nacimiento al universo divino. <<

[132] Rouyt: «la corte de justicia», y, con más precisión, «el pórtico del juicio donde se escuchan las quejas». Sabemos, en electo, que en la Época Baja la justicia se despachaba a la puerta de los templos; la costumbre, en realidad, debe ser mucho más antigua. El visir mismo, señor de la justicia (en este caso Ptahhotep), puede oficiar bajo este porche, a la vista de todo el mundo. Hay que recordar que la profesión de abogado no existía en el Egipto antiguo; el reclamante daba directamente la cara al acusado, en presencia del jurado; era asunto del juez repartir la palabra de manera equitativa. <<

[133] O: «álzate». <<

[134] Literalmente: «la marcha a seguir». <<

[135] Brunner: «no menosprecies eso». El verbo soua significa «pasar al lado, pasar sin autorización», sin duda «sobrepasar». <<

[136] Pasaje de difícil interpretación. Siguiendo a Brunner, es posible comprender que sólo se otorga libre acceso a quien es anunciado oficialmente. La presencia de la palabra «rostro» (her), de donde «vista» nos incita sin embargo a proponer nuestra traducción. Fecht: «pues (sólo) es eficaz la opinión del que entra». <<

[137] El autor parece referirse aquí a un juego de palabras emparentadas, sólo posible en el francés del original; el término empleado aquí para rostro es visage construcción que equivale a «lo que se ve» —el rostro es el frontal que se muestra a la vista. Otra palabra próxima: viser, visar. (N. del T.) <<

[138] O bien: «el lugar». <<

[139] Tep-heseb, literalmente: «cabeza del cálculo o del buen juicio», «método correcto», «norma», «cuenta exacta». <<

[140] Khay, «plomada», dando la medida y la regla de conducta. Es un símbolo del dios Thot, quien inspira el acto preciso y perfectamente justo del maestro de obras que construye un templo. A notar un sinónimo, khay, «altar». <<

[141] Se interpreta a menudo esta frase como una alusión a la benevolencia divina que acuerda una promoción social. A nosotros nos parece que el sentido es más profundo, en razón de un juego de palabras (sekhenti); Dios hace progresar al ser que viaja, le permite navegar y, por tanto, marchar hacia el verdadero destino del alma, la eternidad. <<

[142] Zába: «Pero no se establece a quienes son ayudados por el brazo (de otro)». Ptahhotep condena a quienes «hacen la pelota» para obtener un puesto, a quienes usan la «escalera corta», a quienes se benefician demasiado de la «designación a dedo». La sociedad egipcia condenaba severamente la corrupción y los tráficos de influencia, pues se hallaban en contradicción con la regla de Maât, y causaban por tanto una pérdida de armonía y de energía. La moral social estaba fundada sobre una metafísica, garante de la dicha del pueblo. Fecht traduce: «sin embargo, no se reacciona, si los hombres sobornan». <<

[143] Peh ib, «alcanzar el corazón», es decir, saber ganarse la confianza profunda de otro, ser reconocido por el corazón de otro, y por tanto por su conciencia, como un ser de calidad. Variante L2 I (con la expresión kefa ib): «los partidarios cuya confianza experimentarás». <<

[144] El verbo utilizado es pekher, «girar alrededor, retornar»; variante L2: «Quien no obedece a lo que dice su vientre, deviene el señor de las cosas, pues puede decir: que se me deje conocer eso». La expresión del papiro Prisse, que no es fácil de compren der, describe un estado negativo, opuesto al hecho de «alcanzar el corazón», y con el riesgo mismo de impedir este anhelado resultado. Se podría comprender también «envolver el lenguaje por medio de su vientre». Sea como fuere, la palabra se halla prisionera; el vientre no es su lugar normal de estancia. El lenguaje, que debe ser portador de valores creadores y transmitir un pensamiento que toca al corazón, es aquí deformado, aminorado, incluso aniquilado por el aspecto material y materialista que simboliza el vientre. En cierta manera, «en el vientre» el lenguaje se corrompe y desnaturaliza. Si el vientre habla, no emite más que palabras de su nivel; ya no es, como debería, la lengua quien expresa el pensamiento del corazón (encaminamiento normal de la creación según la piedra de Shabaka.) <<

[145] El término utilizado es tjes, que implica a la vez las nociones de «lazo» y de «palabra». Las palabras pronunciadas por un hombre que alcanza el corazón tienen el valor de una orden justa, pues enlazan a los seres entre sí. <<

[146] Las traducciones difieren; por ejemplo, Zaba: «¿Quién es rico en tu opinión?», y Lichtheim: «Un hombre que tiene medios, ¿a qué se parece?». Nosotros no consideramos m-á como una partícula interrogativa, sino como una enclítica simple, de donde nuestra traducción. <<

[147] Lichtheim: «no eres calumniado»; Brunner: «y no hay chismorreos sobre ti». La idea parece ser la de que un verdadero renombre existe por sí mismo, sin que el individuo tenga que hacerse su propia publicidad; si no, fuerza la realidad y transgrede por tanto la regla de Maât. Quizá exista la idea subyacente: «que tu nombre se realice», siendo el nombre considerado un aspecto esencial del ser que debe sobrevivir tras la muerte. <<

[148] Poseyendo bienes, un renombre, estando alimentado correctamente, el hombre de corazón debe preocuparse de su prójimo y asegurar el bienestar de éste; si no, todo lo que creía haber adquirido desaparecerá. <<

[149] Traducción hipotética. El verbo áb, «ofrecer» (?) es de lectura y sentido incierto. Zába: «y se te alaba por algo de lo que ni te das cuenta»; Faulkner: «los hombres te presentarán algo que te es desconocido»; Brunner: «se te alaba a espaldas tuyas». <<

[150] Escuchar, con el sentido de «obedecer». L2 da, como variante, el verbo nen, «errar, extraviarse», de donde: «el corazón se extravía escuchando su vientre». El papiro Prisse va más lejos, utilizando el término oun, «morir, desaparecer, marcharse» (ver Meeks, Année Lexicographique, II, 95). <<

[151] Fak, con las ideas complementarias: «estar desolado, estar triste». No vivir en conciencia, según el corazón, desencadena una serie de desdichas, pasando por la tristeza, la miseria y, a fin de cuentas, la desaparición del corazón mismo. La dictadura del vientre y la ley del corazón no son compatibles; para una vida en armonía, el corazón debe vencer al vientre y regularlo. <<

[152] Variante L2: «y su rostro será abatido, bajo el efecto de lo que su corazón ha hecho contra él». No ser ungido es no beneficiarse de la higiene cotidiana, y no participar en los ritos de resurrección. <<

[153] Para «grande», el término utilizado es our. También en este caso, no debe el hombre jactarse de la calidad de su corazón-conciencia; es Dios quien le ha ofrecido esta dimensión. A él le corresponde utilizarlo de manera positiva. Variante L2: «el corazón se inflama bajo el efecto de lo que da Dios». <<

[154] Ptahhotep sabe que la existencia humana es lugar de un lugar de combate permanente. Igual que el Faraón tiene el deber de luchar contra las fuerzas de las tinieblas y mantenerlas prisioneras bajo sus sandalias, del mismo modo el sabio debe combatir cada día contra «el enemigo», a saber, el conjunto de las tendencias que intentan imponer el desorden, el mal y el caos. <<

[155] «Olvidar el corazón», es perder la conciencia de lo real y de la importancia de lo que se debe transmitir. Para Brunner, se trata de transmitir sin olvidar un elemento del discurso. <<

[156] Seh, «consejo», «sala del consejo». El señor es sin duda el Faraón, que escucha a su visir y dialoga con él. Pero el texto puede también aplicarse a la relación entre un maestro y su discípulo. <<

[157] Zába lo comprende de otro modo, literalmente: «en cuanto a la abundancia (el exceso), ciertamente, cuando dice no»; y Brunner, cuya traducción alemana rendimos libremente: «si el destinatario pierde el hilo durante la exposición». <<

[158] Zába, siguiendo su interpretación del pasaje precedente, traduce: «le es difícil al mensajero hacer su relato»; Brunner: «para el mensajero, que transmite, no es malo». La frase, de hecho, tiene un sentido positivo. <<

[159] Habiendo hecho el mensajero correctamente su trabajo, el señor está bien informado, y no tiene de qué inquietarse. No formulará, por tanto, acusación alguna contra el mensajero. <<

[160] Seguimos a Lichtheim para la traducción de este difícil pasaje. Brunner comprende: «Sólo el que se preocupa de ello (del mensaje) puede llegar a cometer un error», pero su traducción no nos parece fundada. <<

[161] Her, por her djed, «en diciendo», «en concluyendo». Conforme a la conclusión de esta máxima, el Grande que castigase injustamente a un mensajero que le hubiere comunicado correctamente el mensaje de que era portador, vería su buena fortuna desaparecer. El texto subraya, una vez más, la profunda aversión de la civilización faraónica por la injusticia, considerada como un mal mayor, sobre todo cuando es acto de un Grande o de un responsable. Cuando el mensajero ha practicado correctamente el arte de comunicar, el Grande sólo tiene que inclinarse y concluir el diálogo por medio de un silencio respetuoso del trabajo cumplido. <<

[162] Sekher, «consejo, manera de orientar, de guiar». <<

[163] Hemos estado tentados de conservar el sabor de la expresión egipcia. Gobernar no es ser rígido, e imponer por la tuerza ciega y dictatorial nuestras decisiones, sino tener una actitud, una manera de ser que «viaja», que va de un ser hacia los otros seres, portadora de las órdenes a cumplir. Ni laxitud ni rigidez, sino una forma de proceder que da por resultado, en gobernando, el de guiar a los seres, conducirlos más lejos sobre el camino, y no el de someterlos. Es la grandeza del Estado faraónico haber puesto a punto esta forma de gobierno de los hombres, fundamentalmente diferente de la tiranía de los fascismos, y de las hipocresías, las mentiras y las vilezas de las democracias. Otras traducciones: «y que tus intenciones rengan el poder de cambiarse en (tus) órdenes» (Zába); «extiende ampliamente un buen gobierno por medio de rus decretos» (Foster); «cuya autoridad llega lejos» (Lichtheim); «sé de gran alcance para gobernar, en lo que te es confiado» (Faulkner); «haz conocer tus decisiones para las misiones a cumplir» (Brunner). <<

[164] Tenou: «cosas excepcionales, sublimes, distinguidas». He ahí otra clave del buen gobierno: no ir hacia lo bajo, sino hacia lo alto; no llevar a cabo cosas viles que adulan a la masa, sino intentar siempre llevar a cabo acciones elevadas, pues sólo ellas suscitarán una armonía capaz de aprovechar a todos. <<

[165] Literalmente: «Que él sueñe», con paso a la tercera persona. <<

[166] Hemos traducido medet «discurso, palabra, asunto, materia» por «desgracia», con la idea de un «mal asunto», de un «caso desdichado». Hesout significa «alabanzas, elogios, recompensa, favor». La idea expresada es muy fuerte: quien gobierna, no se debe dejar aturdir por la fortuna presente, ni embriagar por el concierto de alabanzas que escucha forzosamente a su alrededor. Actuar así, no es va gobernar, sino ser condicionado, y por tanto no dominar ya la situación y, fatalmente, atraer una desgracia que va a sobrevenir de manera inesperada. <<

[167] El nombre utilizado para el cocodrilo es aquí kapou, «el que sabe ocultarse». De hecho, se ha constatado que este formidable saurio, tenido por maestro en el arte del disimulo, posee, en pocos metros, una rapidez de ataque muy extraordinaria. Y cuando coge a su presa, ésta no tiene ninguna posibilidad de escapar. Así sucede con la desdicha que sobreviene de improviso y sorprende a quien se ha dejado aturdir por los favores de que gozaba. <<

[168] Sefa, término de difícil traducción; quizá «odio, pereza (?)». L2 añade: «vuélvete hacia el deber (hen)». La acción del cocodrilo de desgracia sólo será eficaz si el hombre encargado de gobernar se ha alejado de la Regla y ha cometido una falta, debido a su vanidad y a su falta de lucidez. <<

[169] Dicho de otro modo, limpiar (sek) su interior (khet) librándose de sus quejas y peticiones. <<

[170] Iou, «mal, injusticia», a poner en relación con ioui, «carecer de barca». <<

[171] Versión L2: «Se regocija con ello más que cualquier otro que solicite, más aún que la realización de lo que se atendió. Cuando el hombre habla bien, es volver dichoso al corazón». Ptahhotep estima que es indispensable permitir a cualquiera, pequeño o grande, expresar su petición, es decir, aquello que considera una injusticia. La administración egipcia, desde la audiencia del visir hasta el tribunal de aldea, había puesto una serie de cortes de justicia que permitían a todo reclamante exponer su caso. <<

[172] Snáa: «volver liso, aplanar, pulir, igualar, quitar las asperezas», de donde, sin duda, el sentido de «calmar». El hombre que sufre una injusticia, o cree sufrirla, debe «lavar su corazón» expresando sus quejas; el sabio debe escuchar y «aplanar su corazón», sea dándole razón y satisfacción, sea demostrándole que se engaña. Rechazar una petición sin motivo alguno es una falta grave que pone en peligro la armonía social. <<

[173] Toda palabra egipcia está provista de un signo bautizado como «determinativo»; no se lee, sino que «determina» la categoría en la que entra la palabra. El término «amistad», en egipcio henmes es determinado, bien por el hombre de pie que sostiene un bastón (para insistir sobre la necesaria nobleza de una amistad), bien por el hombre sentado (la amistad es estable y reposada), bien por un papiro enrollado y sellado, que indica que la amistad es una idea abstracta. <<

[174] Khenou: «casa», con el matiz de «interior de la casa», «intimidad» de la casa. <<

[175] Sen, «hermano», designa a menudo al esposo, y senet, «hermana», a la esposa. <<

[176] Teken: «acercarse a tocar, alcanzar, aproximarse» (Meeks, Année Lexicographique, III, 327). La palabra «mujer», hemet se escribe con un útero de vaca, sin duda alguna en relación con la diosa Hathor, que encarna la belleza y la Feminidad dichosa. Hathor es también el gozo celeste, en relación con el gobierno (hem) de la barca solar. <<

[177] Literalmente: «el rostro». <<

[178] Traducción hipotética. Faulkner: «No es hábil revelarlas», es decir, verlas tal cual son. Lichtheim: «malvenido el que comete una intrusión junto a ellas». Nosotros pensamos, sin embargo, en la insistencia puesta sobre la necesaria lucidez del hombre que debe señalar a las seductoras. <<

[179] El término utilizado es akh, «ser provechoso, útil, luminoso». L2 precisa: «se es seducido por un cuerpo de loza, pero se transforma a continuación en cornalina». Dicho de otro modo, el cuerpo de la seductora parece maravilloso cuando se sucumbe a sus encantos; a continuación, disipadas la pasión y la ilusión, no es más que frío e inercia. <<

[180] El instante (at) es calificado de ketet, «pequeño, insignificante». <<

[181] La palabra resout significa a la vez «alarma, despertar» y «sueño». <<

[182] L2: «el final aporta la muerte, de suerte que se sufre cada palabra importante a causa de la ligereza del carácter. Un hombre así su duelo de millares de cosas. No es provechoso actuar así. El enemigo es quien conduce al crimen». Ptahhotep hace alusión a la pena de muerte (teórica) que castiga al adúltero, y sobre todo a la muerte espiritual que golpea al ser débil que se rinde sin cesar a la seducción. <<

[183] Este «adversario» es quizá un rival en el amor. Sea lo que fuere, Ptahhotep recomienda no acusar a otro cuando se ha cedido a la seducción. La falta no se debe más que a uno mismo. <<

[184] Variante L2: «No lo hagas, es verdaderamente abominable; evitarás a tu corazón un sufrimiento diario». <<

[185] Variante L2: «A quien resiste a la avidez, todo le saldrá bien». La última idea de la máxima no concierne ya a quien es seducido, sino a quien busca sin cesar seducir y zozobra; concentrándose en esa actividad, perderá su energía. Su existencia será un fracaso total. <<

[186] Nefer, «bueno, cumplido». <<

[187] El verbo nehem, «librarse de, quitar, levantar», es determinado por un personaje que sostiene un bastón. Esta liberación, por tanto, es concebida como un serio esfuerzo, e incluso como un combate; djout, «el mal», implica también la noción de tristeza, de soledad dolorosa. <<

[188] Áoun ib. El término áoun implica también la rapacidad, el deseo de hurtar algo a alguien, la voracidad. Un mal así corroe el alma y condena a muerte a la conciencia, pues la avidez es insaciable. <<

[189] La palabra enfermedad es khat, en relación con «cadáver», «masacre»; hay que comprender el término como una enfermedad fatal que conduce inevitablemente a la muerte. La noción de «incurable», betjou, se aplica a un mal galopante que el médico es incapaz de tratar. <<

[190] Ha de comprenderse: una enfermedad del interior para arrancar su raíz, y por tanto penetrar en ella. Lichtheim traduce: «no hay para ella tratamiento». <<

[191] Si es que hay que leer bien el verbo sebin. Faulkner traduce «alienar, alejar»; Zába y Lichtheim: «confundir». <<

[192] Tjaout. «conjunto, acumulación, montón, reunión, compuesto». El sustantivo está formado por la raíz tjaou, «coger, atrapar, quitar». <<

[193] El verbo ouah significa «ser duradero, vivir largo tiempo», pero también «ser ponderado». Pensemos aquí en una analogía con el concepto del hara extremo-oriental, según el cual el hombre es equilibrado y duradero si posee, en su Hiero interno, cierto «peso» espiritual. El ser «ponderado» es dueño de sí mismo. <<

[194] Áqa: «aplicar correctamente». Conocer la regla, Maât, no basta; hay que ponerla en práctica de manera directa, leal y precisa (áqa). <<

[195] Nemtet, «marcha» (a seguir), con la idea de dar grandes zancadas. <<

[196] Imet-per, literalmente: «lo que se encuentra en la casa», que a menudo se traduce por «testamento», «estado de los bienes», «inventario». Brunner comprende: «así podrá disponer de sus bienes». <<

[197] El término egipcio is es rico en sentidos. Designa «la tumba», pero también «el taller», donde los artesanos preparan los objetos que entrarán en esta tumba, la morada para la eternidad. Is significa también «ser antiguo», y se relaciona por tanto con el valor de la tradición. El ávido de corazón será privado de tumba, a saber, de la matriz de resurrección; quien ha acumulado bienes, habrá dilapidado su ser de manera irremediable. <<

[198] Brunner «no seas ávido de bienes cuando el reparto de la sucesión». <<

[199] Henti: «ser ávido, glotón, voraz». El verbo es determinado por un hombre que maneja un bastón (acto agresivo) y por un cocodrilo (aspecto terrorífico de la voracidad). Brunner traduce: «no codicies lo que no te corresponde». <<

[200] Kherou, «los bienes materiales», literalmente: «lo que está por debajo de ti». <<

[201] Sefou, «dulce, clemente, gentil», opuesto, en este contexto, a nekhet «fuerte, poderoso, vigoroso». <<

[202] Lichtheim: «pobre quien huye de su prójimo»; Brunner: «pobre quien (tras una disputa semejante) debe evitar a sus padres». <<

[203] Es decir, según Lichtheim, de relaciones sociales y de relaciones con los demás. Según Faulkner, cuando el ávido habla, no obtiene más que rechazo. <<

[204] «El hombre de vientre frío» es ponderado y calmo; no existe en él el fuego destructor que le volvería apasionado en exceso. Sin embargo, incluso en el caso de este hombre, la avidez, por ínfima que sea, causa los mayores estragos transformando su ponderación en agresividad. El espíritu de querella, que conduce a toda suerte de conflictos, nace de la avidez. Quien quiere arrebatar a otro, quien quiere adquirir sin cesar, es la encarnación de todas las clases de mal. <<

[205] Iqer. Variantes: «Desposa una mujer según la ley». <<

[206] Es decir: «aliméntala». <<

[207] Merhet, aceite utilizado como ungüento. <<

[208] Soua ib, «alargar el corazón», «volver dichoso». <<

[209] Ahet, «tierra fértil»; akhet, «útil, luminoso». Ptahhotep ha encolado voluntariamente estas dos palabras para hacer uno de esos juegos de asonancia y de colores, tan frecuentes en los textos egipcios, y que estamos lejos de haberlos identificado todos. Los dos términos pueden, por otra parte, ser sinónimos, significando a veces akhet «tierra arable». El juego de sentidos nos indica que la buena esposa es a la vez terrestre y luminosa, fecunda material y espiritualmente. <<

[210] El fin de la máxima es muy difícil de comprender, hasta el punto de que muchos traductores han preferido renunciar. Es posible, no obstante, tener ciertas certidumbres. Para esta frase, la traducción es tanto más delicada cuanto que el texto mismo está nial establecido. Lichtheim y Brunner dan una traducción poco más o menos equivalente: «no disputes con ella delante de un tribunal». También se puede pensar en la expresión audjaryt, «decidir» (Meeks, Année Lexicographique, 2, 113). <<

[211] Traducción muy incierta. Otros traductores proponen una interpretación según la cual habría que alejar a la mujer del poder, y restringir su influencia, pero estas ideas se enmarcan mal en el tema de la máxima. <<

[212] Brunner: «una mujer es un torbellino»; Zába: «su ojo es un huracán cuando mira». El sentido literal está más o menos establecido, pero ¿qué significa la imagen? El viento es portador de poder; es un aliento que anima, salvo cuando es viento de huracán o viento del desierto. Suponemos que la mirada de la mujer amada es portadora de una energía cierta, pero que puede marcharse, como el viento, si el marido no le presta atención.

Además, la mujer corresponde al elemento aire, como lo muestra la «canción de los cuatro vientos», encarnados por cuatro mujeres jóvenes. Se encuentra la misma simbólica entre los indios yaquis: «El viento se desplaza en el interior del cuerpo de una mujer… Los; cuatro vientos son mujeres… Los vientos y las mujeres son semejantes» (Castañeda, El segundo anillo de poder). <<

[213] Literalmente: «el agua». <<

[214] Kat, «vagina», es sinónimo de «trabajo, construcción, obra». La frase puede leerse literalmente: «la vagina es lo que ella da a sus brazos», de donde nuestra traducción. El término no es otro que el concepto ka, «energía», al que se añade la t del femenino para formar kat. <<

[215] Pensamos en el verbo sheni, «forzar, constreñir» (ver Coffin Texis, VI 152 b, y Meeks, Année Lexicographique, I, 372).

La palabra «canal», mer, es sinónimo de la palabra «amor», y es sin duda en esta dirección donde hay que buscar el significado de la frase. El canal de que se trata es el medio privilegiado en que puede circular el amor, semejante al agua vivificadora que vuelve la tierra fértil. Hablar de un canal, para un egipcio, es evocar una obra vital, sin la que ninguna fortuna sería posible. <<

[216] Sehotep: «apaciguar, satisfacer, contentar, poner en plenitud». <<

[217] Aqou: «quienes entran», «los que penetran», «los que tienen acceso», «los familiares» (sobre todo de un templo). <<

[218] Kheperet, «lo que adviene», de la raíz kheper, «venir a la existencia, devenir, transformarse». Ptahhotep recomienda al sabio, cualesquiera que sean su suerte y condición, extender la dicha a su alrededor. <<

[219] Juego de sentidos con la misma raíz, kheper. <<

[220] Áab, «placentero, deseable, estar satisfecho», de donde ciertas traducciones: «egoísta». Según el contexto, el sentido es negativo; quien no vuelve dichosos a sus familiares, sufre una alteración de su energía, la ka; en lugar de ser creadora, se encierra sobre sí misma. Por su falta de contacto con el corazón de los demás, el egoísta acaba por asfixiarse a sí mismo. <<

[221] Literalmente: «lo que sobrevendrá». <<

[222] El término utilizado es sia, «conocer intuitivamente»; es la forma suprema del conocimiento, próximo al pensamiento divino. Pese a esta disposición de espíritu, que hace del ser un verdadero vidente del mañana, el futuro permanece desconocido, sin duda porque no está trazado de antemano y porque el mundo se crea permanentemente. Tener sentido del futuro, poner nuestro pensamiento en el flujo de energía que lo engendra, no es, sin embargo, predecir el porvenir. <<

[223] Traducimos ka por «potencia creadora»; ella es justa (mety), y por tanto plenamente eficiente, cuando está en conformidad con lo real y no se nutre de ilusiones o de artificios. La máxima revela un lazo estrecho entre el pensamiento intuitivo y la potencia creadora. <<

[224] Zába traduce: «si se producen señales múltiples de favores»; Faulkner: «si ocasiones de favor se presentan». Si la potencia creadora es desplegada correctamente, los actos serán justos; beneficiarán entonces a los familiares, que se regocijarán de ello ostensiblemente. <<

[225] Hetepet, «paz, plenitud, ofrenda, aprovisionamiento (de ofrendas)»; demi: «ciudad, barrio de ciudad, residencia, morada». Variante L2: «en tanto que extranjero, no se adquieren presentes». La situación normal es una ciudad, o una residencia en paz, surtida del necesario aprovisionamiento; el sabio, cargado de responsabilidades, debe velar porque así sea. Si tal no es el caso, sobrevendrá la desgracia; como lo precisa la frase siguiente, habrá entonces que apelar a los familiares, o encontrar refugio a su lado, con b esperanza de que ellos puedan restablecer la armonía. Por esta razón el sabio debe volver dichosos a sus familiares, formarlos, a fin de que estén prestos a actuar si es necesario. <<

[226] Aq: «ruina, carencia, aflicción, pena». L2: «sólo se encuentra refugio junto a los familiares, si es preciso». <<

[227] Meski n medet, «una maledicencia de palabra», expresión a menudo traducida por «calumnia». Ver Meeks, Année lexicographique, I, 173. <<

[228] Perou: «manantial, declamación, manera de expresarse». El rumor maledicente proviene del «ardiente de vientre», aquél al que inflaman la pasión y la exaltación. <<

[229] Literalmente: «está ordenado responsabilizarse de lo que ella hace». <<

[230] Variantes L1 y L2: «la maledicencia es sólo como un sueño». Cierto, el rumor maledicente no tiene realidad alguna, no es sino una especie de mal sueño, pero es preciso desconfiar de las consecuencias que produce, y mostrarse muy severo, conforme a la Regla, contra quien utilizare la calumnia para perjudicar a otro. No sólo no es subestimado el peligro, sino firmemente combatido. De una parte es necesario destruirlo, de la otra, protegerse. <<

[231] Lichtheim: «la calumnia es como un sueño contra el que nos cubrimos el rostro». <<

[232] Saq-ib, que podemos traducir por «confiado, seguro de sí» (Meeks, Année lexicographique, III, 240). El texto porta neb, «todo», mientras que los traductores leen «tu corazón», que parecería más lógico. Se le pide al sabio que reúna «todo corazón» hacia la perfección, es decir, que cree la armonía en el consejo. Variante L1 y L2: «ten cuidado con tu boca». <<

[233] Según Lichtheim. <<

[234] Ouhá: «disolver, desatar un nudo, aclarar un problema». <<

[235] Hemouou, «el artesano», el que sabrá trabajar la palabra. <<

[236] El mismo término ouhd que es utilizado en la línea (366), aquí con el sentido de «disolver, explicar, interpretar». <<

[237] . Literalmente: «quien la pone sobre el bastón». El sentido es difícil de establecer; Ptahhotep parece indicar que el uso de la palabra, tan delicado que es comparado a un trabajo artesanal de gran calidad, necesita profundización, estudio e interpretación correcta de las «sabidurías». Sin este esfuerzo, la palabra permanecería inerte y carente de eficacia. <<

[238] Ouser, «ser fuerte, poderoso, rico». <<

[239] Senedj, con la noción de temor respetuoso. <<

[240] Rekh parece indicar un conocimiento fundado en el saber, la experiencia, en la diferencia de sia, «conocimiento intuitivo». <<

[241] Heret, «tranquilidad, calma, gravedad». <<

[242] El verbo oudj tiene un sentido muy fuerte: «ordenar, mandar». Traducimos seshem por «circunstancias», «el estado de los asuntos». Ptahhotep recomienda a un ser responsable y poderoso no dar órdenes a ciegas, bajo pena de crear confusiones y volverse ineficaz. Toda forma de autoritarismo es condenable. <<

[243] Shetem: «provocar» (ver Lichtheim y Revue d’egyptologie, 7, 1950, 71-83). Meeks, Année lexicographique, 1,381: «ser vehemente, calumniar». Iouyt significa «mal, injusticia, falta, mala acción». <<

[244] Literalmente: «no tengas el corazón alto, y no será rebajado». La máxima ha pasado al Evangelio. <<

[245] Khened, «herir, magullar». Pero Lichtheim comprende: «por temor a recibir una reprimenda». <<

[246] O Bien: «cuando respondes al que está furioso». <<

[247] Seheri: «alejar, rechazar, poner a distancia». Para el control de uno mismo, el verbo empleado es hen, «proveer, equipar, mandar», con extensión de sentido. <<

[248] Ta-ib, «corazón fogoso». Brunner comprende: «las llamas… se propagan». Mas nosotros leemos la expresión sekher-á, «menospreciar, despreciar». (Meeks, Année lexicographique, III, 270). Literalmente: «las llamas del fogoso de corazón, es despreciado». Lichtheim: «las llamas… destruyen». <<

[249] An, «bello, brillante, encantador, placentero». <<

[250] Qed: «construir, edificar». Brunner comprende: «mas cuando viene un hombre amigable, su camino es allanado». <<

[251] Traducción hipotética, siguiendo el comentario de Zába. Brunner: «el objetivo será alcanzado». <<

[252] Ir hemou, «sostener el timón» (Meeks, Anné lexicographyque II, 248), es una expresión en relación con la conducta de nuestra existencia. El timón permite al barco seguir su justo camino y evitar los escollos. Ni el hombre triste ni el frívolo son capaces de manejarlo correctamente. Este buen manejo del timón es uno de los objetivos del sabio. <<

[253] El abordaje del barco es una de las imágenes empicadas para evocar la muerte dichosa, tras una buena travesía de la existencia. Haber conducido bien nuestra barca, gracias al timón, es abordar de manera apacible a la otra orilla, a fin de entrar serenamente en la eternidad. <<

[254] Nedjer. «tomar, coger, detener». No ser capaz de sostener el timón, es ser incapaz de navegar y, por tanto, no poder viajar. De donde la noción de aprisionamiento y de inmovilidad, castigos para el ser carente de rectitud. <<

[255] Hen: «ordenar, organizar», de donde las nociones de «mandar, controlar, equipar, proveer». Es el corazón-conciencia quien da una coherencia real al ser; escuchando a su corazón, obedeciendo sus directivas, los elementos constitutivos de un ser se disponen según su justo lugar, y le permiten ejercer una maestría sobre sí mismo. <<

[256] Ptahhotep recomienda no agobiar al responsable que ya está ocupado en múltiples tareas; atacarlo de frente acabará por desencadenar inútiles hostilidades. <<

[257] ¿Por qué el consejo que precede? Para no utilizar la ba, la energía creadora, intempestivamente. El sabio debe liberarla (sefekh) para que sea plenamente eficaz, y la agresividad no es nunca el buen camino para llegar a ello. En lo que concierne a este pasaje, no vemos a qué corresponden las traducciones de Brunner. <<

[258] Kaou, plural de ka, sin duda a comprender aquí como la totalidad de las ka reunidas en una sola unidad, «la potencia». <<

[259] La idea es capital: el sabio es quien extiende a su alrededor una potencia; es un «ser fuerte», por su sola presencia y por la calidad de su palabra. Esta actitud hace de él un compañero de Dios, encarnado en el Faraón. <<

[260] La lectura de este verbo plantea problemas, pues para obtener este sentido, que parece satisfactorio, hay que proceder a una corrección del texto propuesta por Dévaud y aceptada por Faulkner. La idea es la de que el sabio debe restablecer la calma tras la tempestad, sabiendo apaciguar el furor de su interlocutor. Pero es preciso aceptar la lectura sehotep. Si se lee seked, se puede comprender: «evitar el rostro». La traducción «tornar el rostro» de Zába y de Lichtheim es otra posibilidad. <<

[261] Nesheni, «cólera, tempestad, desastre», perturbación atmosférica importante, con viento y lluvia. Es una de las manifestaciones de la potencia creadora del dios Seth. <<

[262] Ka, «potencia creadora», en singular. En la línea siguiente, es el plural kaou lo que se empleará. En esta máxima sobre la energía, Ptahhotep juega con el singular y el plural de la palabra ka, con la unidad y la multiplicidad de la energía de la ka que, en todas sus manifestaciones, sigue siendo una. <<

[263] La paz, la plenitud, la armonía (hotep) emanan de la energía de la ka; es ella quien las hace existir y sostiene su realidad. De una potencia hostil no hay que esperar sino la hostilidad; creer lo contrario sería dar pruebas de una ingenuidad culpable. <<

[264] El amor (mer) crece y se engrandece (sered) como una planta o como un templo; para que este crecimiento se efectúe, es preciso que sea alimentado perpetuamente por la energía de la ka. Él no es aquí el dominio de lo afectivo y el sentimiento, sino una fuerza de la creación en espíritu. <<

[265] Literalmente: «enseña a un grande (our) hacia lo que le es útil». <<

[266] Sekheper, «crear, favorecer, suscitar, producir». <<

[267] Saa, «sabiduría», fundada en el conocimiento. <<

[268] La expresión «caer (kher) sobre» es comprendida como «influenciar a» por Zába, e «impresionar» por Lichtheim. Es, quizá, de otra idea de lo que se trata, a saber, que el éxito del discípulo debe ser llevado al crédito del maestro, y no al suyo propio. <<

[269] Los alimentos (djefaou) provienen, para el discípulo, de la ka del maestro; hay que entender aquí los alimentos espirituales y materiales que son ofrecidos por un Grande. <<

[270] Llenar el vientre, alimentarlo correctamente, es apaciguar las compulsiones y las necesidades elementales a fin de no trabar la búsqueda de la sabiduría. <<

[271] Leyendo á «condición, estado». Si se lee shesep a.f, como Zába, se traduce «si su brazo es guiado»; otras posibilidades: «cuando es aceptado, tu rostro estará hacia la vida de tu casa» (Faulkner); «y su ayuda estará ahí para sostenerle» (Lichtheim). Nosotros hemos traducido bastante libremente, siendo la idea sostenida la de que hay que realizar las condiciones enunciadas precedentemente (obtención de los alimentos y de los vestidos) para poder ocuparse correctamente de una casa. <<

[272] La preposición kher parece tener aquí el sentido de «dependiente de»; «noble» es significado por el término sah, que implica también «dignidad». Las traducciones de Faulkner, «gracias al rango que deseas», y de Lichtheim, «para tu superior al que amas», no nos parecen convenir. Para que la casa sea dichosa y próspera, la protección de un Grande es necesaria. <<

[273] Si el Grande protege y vuelve dichoso, es porque la Regla le dicta este deber. Más aún, no puede vivir sino cumpliendo este deber esencial que implican su función y su buena fortuna. Es el principio mismo de la sociedad egipcia: cuanto más elevado se está en la jerarquía, cuanto más afortunado se es, más responsable se es del bien de los otros. El señor de un gran dominio debe asegurar la subsistencia de todos los que trabajan para él. <<

[274] Literalmente: «una buena curvatura de brazo (káh nefer)». <<

[275] ¿Qué debe legar un ser a la posteridad? El amor que irradiaba de él y que ha sabido inspirar. Este amor será una verdadera energía para el entorno, pues penetra «en el vientre». <<

[276] La ka, la energía creadora, está perpetuamente a la escucha de la creación; desde el momento en que se crea una forma armoniosa, por ejemplo, una estatua «viviente», la ka se introduce en ella y la anima. Puesto que también el hombre es animado por esta energía, que la refuerce y la haga expandirse sabiendo escuchar. Ptahhotep volverá largamente sobre este tema de la buena escucha en el epílogo de su enseñanza. <<

[277] La palabra sa, «hijo», no implica una filiación carnal; puede tratarse de un discípulo. Es la qenbe, «la corte de justicia», la aquí evocada, y no sólo «la jerarquía», como en muchas traducciones. <<

[278] Leemos shed madou nou á, comprendiendo madou como «somnolencias» (Meeks, Année lexicographique, II, 154-5), de donde «inutilidades», y á como «documento escrito, registro». Las traducciones de Lichtheim, «traza una línea recta», y de Faulkner, «adopta la imparcialidad cuando juzgues», no nos parecen corresponder al texto egipcio. <<

[279] Literalmente: «no te pongas sobre un costado». <<

[280] Brunner: «ha falseado el asunto». <<

[281] Siguiendo la interpretación de Lichtheim y de Brunner. <<

[282] Sin duda con el sentido de «delito, falta». <<

[283] La idea es que la benevolencia y la indulgencia de un juez no pueden ejercerse más que si un culpable ha dado pruebas de su rectitud, demostrando así que se ha enmendado. No se trata en modo alguno de un favoritismo cualquiera, sino de una justa apreciación de la realidad. La palabra áqa significa: «rectitud, exactitud, equitativo». <<

[284] La frase es difícil de traducir. Lichtheim comprende que hay que perdonar una falta a un hombre de bien; Faulkner, que no hay por qué recordarle viejas faltas a un arrepentido que va recto; Brunner, «pues él no te habla ya de ello al día siguiente (?)». Se puede suponer que el hombre arrepentido ha «digerido» realmente sus errores pasados cuando ya no habla de ellos y no hace referencia a su condenable pasado. Este «silencio» no es simplemente un olvido, sino una toma de conciencia y un ir más allá que justifican la indulgencia. <<

[285] Áa, «grande» (que puede tener un sentido peyorativo), opuesto a nedjes, «pequeño» (que puede designar simplemente una condición humilde). En esta «grandeza» social se corre siempre el riesgo de manifestar una vanidad de la que el sabio debe desconfiar. <<

[286] Literalmente: «si haces cosas», en el sentido de acumular bienes. <<

[287] Gaou: «carecer, estar privado de», con el sentido primero de «ser estrecho, carecer de espacio». <<

[288] La antigua traducción de Zába, «al contrario (?) de lo que adquirías anteriormente», reposa en una mala lectura. Faulkner propone «no te jactes». Nuestra interpretación se funda sobre la lectura sesha, «suplicar, implorar» (Faulkner, Concise Dictionary, 247), que presenta la ventaja de no corregir el texto. <<

[289] Ptahhotep significa que todo espíritu de competición debe hallarse ausente del corazón de quien ha tenido la suerte de poseer bienes materiales. No será menos rico que otro rico, no experimentará resentimiento alguno, ninguna envidia, si se desapega de su propia fortuna, reconociendo que es un don divino del que no es realmente propietario. Según el ideal del noble, en el antiguo Egipto, su primer deber es el de hacer beneficiario de ella a los demás. <<

[290] El superior de que se trata no es un «pequeño jefe», sino un allegado al Faraón. <<

[291] Djeba: «pago, recompensa, lo que vuelve a uno». El respeto de un ser hacia un superior implica una justa retribución, garante del buen orden social. <<

[292] El término qesen significa «dolor, molestia, pena, infortunio, desgracia». Quien no respeta una justa jerarquía (correspondiente, en Egipto, a un orden universal), se pone él mismo en peligro y rompe una armonía que lo conduce al desequilibrio. <<

[293] Ptahhotep evoca aquí una salutación ritual debida al superior; el subordinado desnuda su brazo y lo dobla en signo de deferencia. No hacer este gesto sería un insulto. <<

[294] El ladrón será denunciado, y su crimen conocido muy pronto; acabará por darse cuenta, pues será acusado y condenado. Lichtheim lo comprende de otro modo: «por temor a que te denuncie antes de que seas escuchado», es decir, «antes de poder defenderte»; Faulkner: «por temor a que porte una queja contra ti antes de que hayas oído hablar de ello». Nosotros hemos seguido a Brunner. <<

[295] Mejor que: «la envidia aporta la pena de corazón», o «un querellador es un hombre indolente». Pensamos que el verbo beq-beq es un intensivo de beq, «ser hostil» (?) (Faulkner, Concise Dictionary, 85). <<

[296] Sheni, en el sentido de «querellarse, atacar en justicia» (Mecks, Année lexicographique, 2, 377). <<

[297] Hemet-khered, literalmente: «mujer niña». Algunos comentaristas entienden «afeminado», y ven esta máxima como una condena de la homosexualidad, que era efectivamente considerada como un vicio del alma; pero el texto de Ptahhotep parece hablar más bien de ese tipo de mujer tan particular que, a cualquier edad, hace el papel de niñita y se refugia en una inmadurez fingida o real. <<

[298] «El agua que se halla sobre su corazón» es probablemente la afectividad inarmoniosa de la mujer infantil. <<

[299] Su deseo nunca es apaciguado; quien creyera poder satisfacer a la mujer infantil, se llevaría un gran chasco. <<

[300] Siendo condenable la actitud de la mujer infantil, no debe permitírsela entregarse a sus falsas pasiones. <<

[301] La expresión hedj-ib, «tristeza de corazón, ofensa», parece tener, en los textos de «sabidurías», el sentido de «poner límites, acabar». Zába traduce: «para que ella se calme tras haber mortificado su deseo». El único medio de impedir hacer daño a una mujer infantil es el de no alimentar su deseo, de manera que vuelva a la calma y abandone sus tentativas de seducción. <<

[302] Djár, «sondear, preocuparse de, prestar atención, experimentar». <<

[303] Qed: «naturaleza, carácter». Aquí se halla implicada la noción de «verdadera naturaleza». <<

[304] Otra traducción, según Brunner: «no aceptes comentarios, sino ve a buscarlo en persona». Comprender «no preguntes a quien está cerca de ti» nos parece menos satisfactorio. <<

[305] La palabra sep significa «asunto, problema, caso, dificultad». <<

[306] Literalmente: «pasado un tiempo (áháou)». <<

[307] Oushem, determinado por una cabeza de ave que escruta: «poner a prueba, escrutar» (?). <<

[308] Literalmente: «de la palabra», es decir, de la palabra intercambiada, y por tanto de una entrevista. <<

[309] Literalmente: «si lo que ha visto sale de él», con el sentido de «alejarse, escaparse (per… m-á)». Con el amigo al que se quiere poner a prueba, Ptahhotep recomienda mostrar cierta actitud; en ciertos casos, ello debe bastar para hacerlo rectificar o descubrirlo, y conocer así el fondo de su corazón. Pero es posible, en otros casos, que este amigo no vea nada y no perciba nada. Es necesario entonces seguir poniéndolo a prueba. <<

[310] Shepet, «estar descontento, enfadado, encolerizado». Literalmente: «al sujeto por el que te irritas». <<

[311] Precisión aportada por la versión L2. Ptahhotep manda evitar la agresividad hacia el amigo cuyo corazón se quiere sondear; o bien se conserva una actitud simpática, a fin de que no se encierre en sí mismo, o bien se permanece silencioso, a fin de percibir bien sus intenciones reales. <<

[312] La interpretación de Brunner y de Lichtheim, «no lo ataques», nos parece alejada del texto. Se trata más bien de no huir de la dificultad, de no ocultarse, y de ver bien cara al amigo del que se quiere conocer la naturaleza, incluso si se debe ser cruelmente decepcionado. <<

[313] El verbo saq significa «ser reservado, contenerse, reunir las energías propias», de donde, igualmente, el sentido de «ser dueño de uno mismo». Ouba medet se traduce literalmente por «abrir la palabra», es decir, «resolver el asunto». Ptahhotep recomienda, por tanto, que concluya sus investigaciones e indique a su amigo lo que realmente piensa de él, que se mantenga perfectamente calmado, dueño de sí mismo, mesurado en sus palabras pero enérgico y coherente. <<

[314] Los traductores comprenden generalmente la primera parte de la frase: «no te alejes de él», «no te separes de él», pero nos parece que la preposición r tiene aquí el sentido de «contra». En la versión L1 se lee: «guárdate de hacerle reproches». <<

[315] Ptahhotep indica que no sirve de nada encarnizarse con un amigo indigno, y que la agresividad no tendrá utilidad alguna para descubrir la verdad; de hecho, esta última acabará siempre por imponerse ella misma, y por aparecer de forma cierta si se adopta la actitud justa indicada más arriba. <<

[316] La palabra utilizada es sha: «fijar el destino, determinar, predestinar». <<

[317] Los traductores rinden generalmente el término hedj como «liberal, generoso, alegre», pero el sentido primero es más bien «luminoso, irradiante». <<

[318] Mekher, «almacén, hórreo, granero», que contiene los mek-herou, «los medios de subsistencia» (ver Meeks, Année lexicographique, 2, 171). <<

[319] Ptahhotep evoca aquí un aspecto de la economía egipcia, a saber, la redistribución de los alimentos, que era uno de los deberes de los templos y de los funcionarios del Estado. Cada egipcio aguardaba la parte que le correspondía. Pero una vez consumido el pan (símbolo del alimento sólido), ya no puede ser devuelto al granero para convertirse de nuevo en bien común. El sabio hace sin duda alusión a quienes consumen lo suyo sin pensar en los demás. <<

[320] Sekhery, literalmente: «el que hace conocer», en el sentido de «acusador». <<

[321] Seguimos a Lichtheim para la lectura de sahehou. Ptahhotep recomienda desconfiar de quien reclama sin cesar, del individuo perpetuamente insatisfecho de lo que recibe. <<

[322] Imat, «bondad, benevolencia, gentileza, dulzura de carácter». <<

[323] Ouas, literalmente: «el cetro», es decir, el ejercicio del poder, la función. Según Ptahhotep, quien cumple una función oficial no debe dejar de sí más que un importante recuerdo: su benevolencia, su carácter abierto y agradable. Este memorial tiene un valor espiritual, ya que hace perdurar el nombre de un ser en la boca de los hombres. <<

[324] Es la traducción más probable leyendo shoutyou, término formado sobre shout, «lado»; se podría asimismo comprender maâtyou, «los justos». <<

[325] Khes, que tiene como sentido primero «débil», significa también «vil, malvado», no pudiendo la debilidad conducir sino al mal. <<

[326] Bit, biat, implica las cualidades de un ser, su carácter excelente, su virtud. El término se forma sobre la raíz bia, «cosa maravillosa, prodigio, milagro». <<

[327] Zába traduce «sembrar», interpretando así el verbo meh, «llenar, ser llenado». Nosotros pensamos más bien en meh, «ser inundado», dando la inundación la fertilidad a la ribera, pero hay un juego de sentidos entre ambos términos. <<

[328] El sufijo f, masculino, reenvía a la palabra oudjeb, «ribera», masculino en egipcio. La ribera cultivable, que da el alimento, es más importante que los bienes materiales, lo que produce es más precioso que lo producido. <<

[329] Sa n s, «hijo del hombre», traducido con frecuencia por «hijo de un hombre», indicando la expresión que el individuo evocado es un ser de calidad, hijo de un hombre importante. No es imposible que la expresión del Evangelio haya sido recogida de la sabiduría egipcia. <<

[330] Akh, «ser útil, luminoso». Los términos empleados en esta frase son notables; biat, «virtud», indica el carácter excepcional de este último, y akh, su cualidad de irradiación espiritual. Ptahhotep describe aquí al sabio realizado, al ser luminoso. <<

[331] Qed nefer, «carácter dichoso», «naturaleza cumplida», pues designa la naturaleza propia de un ser, y nefer, «bello, bueno, perfecto», su cumplimiento. Sekha, «memorial», «aquello de lo que nos acordamos», dicho de otro modo, el recuerdo de un ser carece de otro valor duradero que el positivo y luminoso. <<

[332] El sentido de los dos verbos es claro: khesef «castigar, rechazar»; seba, «instruir, enseñar». Pero la traducción de ambas preposiciones da mala cuenta de todos los matices que implican, Her-tep, literalmente: «sobre la cabeza», «en la cima», nos parece hacer referencia a un acto esencial, primero, de donde «principalmente». Her-qed, literalmente: «sobre el carácter», «sobre la forma», significa también «completamente», es decir, sin omitir un solo aspecto de la forma. <<

[333] La traducción de Brunner: «pues si se atrapa al mal, servirá de ejemplo» (por la intimidación) nos parece insuficiente. La traducción «el mal» permanece hipotética, pero cuadra bien con el contexto. <<

[334] Sep, «fechoría»; iyt, «lo que puede suceder, la desgracia». Las traducciones «un castigo exceptuado para el crimen» (Lichtheim), «para un caso que no concierne a una mala acción» (Faulkner), «un castigo, pero sin fechoría» (Brunner) no nos parecen convenir. La idea de Ptahhotep, según nosotros, es la de que toda fechoría, y por tanto una mala acción cometida voluntariamente, transforma de manera negativa la naturaleza del hombre. La desgracia, en cambio, es un acto del destino; el hombre no puede ser acusado de ella. <<

[335] Ánáy: «quejarse». El que se conformaba con quejarse se convierte en un ser peligroso cuando se pone a actuar, cuando comete un delito. <<

[336] Ir Hemet, lit.: «hacer una mujer». <<

[337] La traducción del término shepenet es hipotética. Existe una palabra shepenet, «cántaro panzudo (para la bebida)» (Meeks, Année lexicographique, 3, 287). Faulkner conocía una palabra shepenet (Concise Dictionary, 264), «medida de bebida». Shepen es una raíz comparable a khepen, «craso, panzudo, atascado», y el WB IV, 444, 16, evoca el término como la «buena calidad» de una mujer. La traducción «craso» no puede corresponder, de donde nuestra proposición: «fiable». La calidad indicada por Ptahhotep, en efecto, no podría ser física. <<

[338] Ouefet-ib, literalmente: «ligera de corazón». No amarrando ninguna traba a esta mujer, puede ser alegre. <<

[339] Hepouy, «la doble ley». No se trata en este caso de Maât, la Regla universal, sino de las leyes de costumbres. Se puede pensar en una doble ley correspondiente al país doble, es decir, a la totalidad de Egipto. <<

[340] Án, «bello, afable, agradable»; la palabra servirá para formar án, «piedra fina, bella». <<

[341] Nou, palabra determinada por el sol, significa «momento, lapso de tiempo». <<

[342] Traducimos la expresión sip áqaa por «aportar el equilibrio», pero implica muchos otros matices. Sip significa «atribuir, confiar, asignar, inspeccionar, controlar, enumerar»; áqaa está formada sobre la raíz áqa, «preciso, directo, leal, ir recto, progresar»; áqayt significa «(verdadero) equilibrio». Se puede también comprender que una mujer alegre y risueña ofrece y controla una buena energía, única capaz de asegurar el equilibrio de una pareja. <<

[343] Sekher. «plano, consejo», más bien que «circunstancia de la vida», según Brunner. <<

[344] Quizá con el sentido de «todos tus consejos serán preeminentes». Comprendemos que el sabio verá sus justos designios realizarse de manera correcta. <<

[345] Sep n Maât, «acto de rectitud». <<

[346] La frase significa que las máximas han sido transmitidas y repetidas; al pronunciarlas, los hombres aseguran su supervivencia. <<

[347] Nefer. «carácter cumplido», en este contexto. Traducimos tjesou por «discurso coherente», pues el término (igualmente traducido por «máximas») implica a la vez la idea de una palabra pronunciada y de un lazo interno. Más simplemente, pero perdiendo estos matices, se puede comprender: «porque sus máximas son perfectas». <<

[348] In, literalmente: «aportar». <<

[349] Siguiendo a Lichtheim. Ver Meeks, Année lexicographique, 2, 382, para sheser., «discurso, máxima». <<

[350] Literalmente: «es enseñar a un hombre hacia el acto de hablar a lo que viene después». <<

[351] O bien; «que se escuche», pero esta traducción apenas satisface. Brunner propone: «Meisterhörer». La idea de «artesano» significa que quien escucha bien deviene capaz de trabajar correctamente la palabra de sabiduría como un material. <<

[352] Traducimos el término ba por «capacidad de sublimación», en este contexto. El concepto de ba es simbolizado por un alma pájaro, capaz de desprenderse del cuerpo, de ir a buscar una energía en la luz, y de volver al mundo material. «El que conoce» es designado por el término rekh, su deber es el de ocuparse (sem) de su ba, haciendo este verbo un juego de sentidos con el sustantivo sem, «legumbres, plantas, hierbas», dicho de otro modo, los alimentos indispensables para subsistir, de donde nuestra traducción. <<

[353] Semen: «fijar, establecer, mantener, hacer durar». El término es utilizado para «instituir» las ofrendas, hacer durar las prácticas de un templo, afirmar el corazón, establecer la Regla. Hemos seguido el análisis de la frase escogido por Lichtheim. <<

[354] Nefer. <<

[355] La dificultad estriba en la traducción de la raíz sia, sai, que puede también significar «ser reconocido». Se podría comprenden «el conocedor es reconocido conforme a lo que conoce». <<

[356] Ser, «notable, magistral», haciendo un juego de sentidos con ser, «anunciar, predicar, mostrar (un camino)». <<

[357] Zába propone corregir mán en mákha, «igualar», «estar en armonía», y traduce: «su corazón está en equilibrio con su lengua». Brunner traduce: «es conforme a, corresponde a». Mas ¿no se trata acaso de una forma del verbo manen, «torcer, torsionar, trenzar» (Année lexicographique, I, 154)? La idea es la de que la lengua (la formulación) no debe traicionar al corazón (la conciencia). Nosotros proponemos «regular, controlan», sin que sea imposible una traducción: «que el corazón trence (es decir, construya armoniosamente) la lengua». <<

[358] Aqa: «justo, derecho». Lo contrario de los «labios mentidores». <<

[359] Para este significado, ver Faulkner, Concise Dictionary, 295. <<

[360] Ir Maât, literalmente: «hacer la rectitud». La expresión «estar exento de falsedad» se dice shoui («estar vacío, liberado de») gareg («mala fe, mentira»). La mentira, en el antiguo Egipto, era considerada una falta muy grave, en tanto que ruptura de la palabra y desviación de una energía esencial. <<

[361] Akh, «ser útil, provechoso, luminoso». La noción de plena eficacia va ligada a la de la luz y la irradiación. <<

[362] Variaciones de sentido, con formas gramaticales variadas, sobre el verbo sedjem, «escuchar, atender, obedecer». <<

[363] Hay que comprender: padre espiritual (el maestro) e hijo espiritual (el discípulo). <<

[364] Literalmente: «bajo eso». <<

[365] Traducción preferible a «aquél a quien Dios aborrece no entiende». Hay que sobrentender el sentido de «obedecer». La palabra «Dios» evoca a la vez a la potencia creadora y al Faraón, en quien ella se encarna. <<

[366] Todo depende, pues, de la calidad del «corazón», el deseo espiritual, la conciencia y la voluntad. <<

[367] Esta expresión ankh, oudja, seneb, «vida, prosperidad y salud» sigue normalmente al nombre del Faraón, que debe disponer de estas tres cualidades para reinar. La traducción habitual, «vida, salud, fuerza» es demasiado aproximativa. Ankh significa «vida»; oudja, «ser sano, próspero»; seneb, «estar en buena salud». Ptahhotep indica aquí que el corazón-conciencia, si se halla en rectitud, beneficia a su poseedor (su «dueño») de las cualidades excepcionales correspondientes al rey. <<

[368] O bien: «quien actúa conforme a lo dicho». <<

[369] Siempre el mismo verbo sedjem, «entender», aquí con el matiz más señalado de «obedecer a». Otra traducción: «qué bueno es, para un hijo, obedecer a su padre». <<

[370] Zába comprende: «y cuánto se regocija aquél a quien esto se dice». <<

[371] Án: «bello, agradable, benévolo». <<

[372] El término egipcio neb se traduce como «maestro de», «poseedor de», pues poseer realmente una cualidad implica su maestría. Introducimos aquí el matiz de capacidad de escucha, de aptitud para escuchar, que nos parece implícita en el texto egipcio. Se podría simplemente traducir: «en tanto que poseedor de la escucha». <<

[373] Menekh significa «eficaz, bien dispuesto, bien ajustado» y khet, «cuerpo, vientre», tomado aquí en la acepción «fuero interno» (ver Meeks, Année lexicographique, I, 289). Sólo la escucha permite a un ser construir armoniosa y sólidamente su interioridad. <<

[374] Traducimos por «bienaventurado» un término de una gran fuerza, «imakh», cuya etimología probable es «el que está en la luz (akh)». El estado de imakh es el más elevado estado espiritual concebible por un humano; se realiza sobre la tierra por el respeto a la Regla y la iniciación a los misterios, y perdura en el más allá. Devenir imakh junto al maestro equivale, para su discípulo, a ser reconocido como un ser realizado espiritualmente. <<

[375] Sekher: «plan, designio, consejo». <<

[376] Ptahhotep indica que, en todo ser, hay «quien escucha» y «quien no escucha». El segundo no puede ser educado y formado; dirigirse a él es inútil. Para despertar a un ser, la enseñanza debe tocar su capacidad de escucha. <<

[377] El verbo seshem significa «guiar, conducir, dirigir». «Guiar su boca» puede traducirse como «tener la maestría de su formulación, orientar correctamente su discurso». <<

[378] Otra traducción: «el que ve es el que entiende». <<

[379] El término utilizado es tjeni: «ser distinguido, notable, sublime», con el sentido primero de «elevar, levantar». La marcha de un hijo espiritual no debe ir hacia lo bajo y la mediocridad, sino hacia lo alto y lo excepcional. <<

[380] Nenem. «error, extravío, equivocación». El término implica una marcha errática y un comportamiento desordenado, debidos a la ignorancia de quien no ha escuchado los preceptos de sabiduría. <<

[381] El término utilizado, bes, es muy fuerte. Bes significa, en efecto, «entrar en, ser iniciado a», con el sentido primero de «emerger», de pasar de un estado a otro. Bes es utilizado para la iniciación del Faraón, del visir y de los grandes sacerdotes. Aquí, no es el conocimiento lo que «penetra» al justo, sino la equivocación que entra al interior de quien no escucha y lo condena al extravío, dicho de otro modo, lo inverso de una iniciación. <<

[382] La palabra utilizada para «levantarse temprano» (doua) es anónima de «orar, venerar». <<

[383] Brunner comprende: «mientras que el necio debe ejecutar servidos». Al conocedor se opone el oukha, «el ignorante, el insensato», literalmente: «el que busca mal» y que es de naturaleza nocturna (ukha), no luminosa. Las traducciones «estar acorralado», «estar muy encerrado, presionado» reposan sobre el significado negativo de medjed, cuyo sentido de base es «presionar, adherir». L1 da en variante «brincar». Ptahhotep opone el conocedor, que es estable y equilibrado, al ignorante, que no cesa de agitarse. <<

[384] Rekh, «conocer»; khem, «ignorar», sinónimo del verbo «demoler, hacer mal». <<

[385] Akhet, «lo útil, lo provechoso, lo luminoso»; menet, «lo pernicioso, lo penoso, lo doloroso». <<

[386] Lichtheim: «es maldecido cada día a causa de ello». <<

[387] Literalmente: «vive de: se muere bajo eso», «vive de aquello por lo que se muere». <<

[388] Aqou: «pan, provisiones, alimento», literalmente: «lo que entra (en la boca)». Kheben, que traducimos por «torcido», significa también «crimen». Khebety es «el fuera de la ley, el maldito», lo opuesto a maâty, «el que respeta la Regla, el justo». El que desnaturaliza la palabra y la vuelve torcida, traiciona la Regla, y se coloca en situación de ser condenado. <<

[389] Bi(a)t: «carácter», «rasgo sobresaliente», de donde «característica». <<

[390] Mout-ankh, «muerte-vida» o «muere estando vivo», o «su vida es muerte». Cualquiera que sea la interpretación gramatical, se indica que el ignorante es un muerto en un cuerpo aparentemente viviente. <<

[391] Soua: «disipar, omitir». Brunner entiende: «no se atenderá a su destreza». <<

[392] La frase subraya el carácter metafísico de las Máximas; «los seguidores de Horus» son los seres simbólicos que reinaron sobre Egipto en los tiempos primordiales, antes de transmitir la realeza a un representante de la especie humana. Estos «seguidores de Horus» pertenecen a la esfera de las potencias divinas. Es como decir que entender es una cualidad excepcional, ya que permite a un vivo penetrar en esta esfera. <<

[393] Hay que entender «niños espirituales», «discípulos». <<

[394] El discípulo, cuando transmite el mensaje recibido, no debe contentarse con ser un repetidor; tiene por función «renovarlo», descubrir una nueva formulación adaptada al momento y al lugar; es así como adquiere la maestría de la palabra viviente. <<

[395] Literalmente: «es enseñado tal como actúa». <<

[396] El término ádjet significa «ofensa, masacre, saqueo». Se le exige al sabio controlar sus instintos negativos y no destruir nada, sobre todo por la ofensa, considerada como un ataque injusto e injustificado. <<

[397] La expresión scroud Maât, «consolidar la rectitud, reforzar la Regla» es, al contrario de la actitud condenada en la frase precedente, el deber mayor del sabio. La idea es capital; ciertamente, la Regla existe por sí misma e independientemente de los hombres, ya que les sobrevivirá tras su desaparición. Pero, sobre la tierra, es preciso afirmar su expresión, volverla sólida y duradera para que la sociedad humana sea apacible y armoniosa. <<

[398] Isefet, «desorden, problema, mal», lo contrario de Maât. <<

[399] Nuestra traducción se apoya sobre el último ejemplo citado por Meeks, Année lexicographique, III, 144, y sobre el sentido que toma a veces pefa, «aquel», con connotación peyorativa, como el latino iste. Brunner entiende: «es ciertamente él». <<

[400] Ptahhotep insiste en que se identifique de manera formal al portador del desorden. El individuo hostil a la Regla es un grave peligro para la sociedad entera. <<

[401] ¿A quién envía «las»? Estimamos que Ptahhotep evoca las cualidades del sabio, rectitud y buen carácter. Para Brunner, se trata de «quienes escuchan», «quienes obedecen», a saber, los discípulos que devendrán sabios. Si la interpretación difiere en el detalle, el sentido general es el mismo. <<

[402] La multitud y la muchedumbre son consideradas por Egipto como portadoras de peligro y de desorden. Una sola actitud justa respecto a ellas: apaciguarlas, calmar sus pasiones y sus reacciones. <<

[403] La riqueza es aquí sinónimo de bienestar y de equilibrio social, imposibles de obtener sin la rectitud y la observancia de la Regla eterna. <<

[404] Zába: «no digas ahora esto, luego aquello». <<

[405] Zába: «no contundas una cosa con otra». <<

[406] El hombre debe desatar en él los cordajes que impiden la buena circulación de la energía y de la palabra. <<

[407] Mejor que «ten cuidado que un conocedor no diga», ya que el discurso que sigue es positivo. <<

[408] Literalmente: «cuando hayas entrado en la condición de artesano» (de la palabra). <<

[409] O: «todos tus planes (sekher) estarán en su (buen) lugar». <<

[410] Herep: «hundirse, tragarse, abismarse» (Meeks, Année lexicographique, I, 231); con ib, se traduce generalmente la expresión: «ocultar sus pensamientos, ser discreto» (Meeks, Année lexicographique, III, 180), pero nosotros hemos preferido conservar la expresión egipcia, que nos parece más rica de sentido. <<

[411] O bien: tu consejo será (escuchado) entre los grandes»; «tu manera de vivir será conocida de los nobles». <<

[412] Meter, «estar presente, informar, testimoniar»; her qed, literalmente: «sobre la forma», significa «íntegramente, completamente». <<

[413] Para un sabio, reconocer el valor de un hijo espiritual es una inmensa alegría que celebran los nobles, pues es la seguridad de que el mensaje será transmitido correctamente. <<

[414] A menudo traducido por «sé paciente», «sé reflexivo». <<

[415] Brunner entiende: «qué bueno es aquél al que su padre ha criado». <<

[416] Esta expresión no significa que se hable del hijo camal; hemos visto anteriormente que el visir Ptahhotep es el hijo «del cuerpo» del Faraón, es decir, salido de la corporación que rodea al rey. Aquí, «cuerpo» debe quizá comprenderse como «del ser» del padre espiritual. <<

[417] Pensamos en la estela del sabio Baki: «mi virtud estaba (ya) en el corazón de mi padre y de mi madre, su amor por mí estaba en su seno» (Assmann, Maât, 93), para una expresión análoga. El mensaje espiritual está ya presente en el alma del discípulo antes de su nacimiento terrestre; existe una forma de determinismo, que no es, sin embargo, una garantía absoluta del éxito. <<

[418] Ptahhotep insiste en múltiples ocasiones sobre el hecho de que el discípulo debe ir más lejos que su maestro, y servirse de la enseñanza recibida para mejorar su formulación. <<

[419] Para el sentido de la expresión di haou her, ver Faulkner, Concise Dictionary, 161. <<

[420] Esta indicación permite comprender que la máxima trata de una relación de enseñanza entre un maestro espiritual, el padre, y su discípulo, el hijo. <<

[421] Literalmente: «que haga (ir) Maât». <<

[422] Nemtet, «paso, marcha, caminar», que puede tener el sentido de «lugar, función». <<

[423] El texto pasa bruscamente de la tercera a la segunda persona, como si Ptahhotep, tras haber hablado del discípulo en general, se dirigiese a quien se encuentra de cara con él y a quien transmite sus máximas. La frase no es fácil de comprender, incluso si su sentido literal, que reproducimos, es seguro. Parece que el viejo sabio constata que su discípulo lo ha «alcanzado, reunido» (peh), es decir, igualado, y que, al término de este largo esfuerzo, se halla en perfecta salud física y moral, y por consiguiente apto para continuar sobre el camino de la sabiduría. Su cuerpo terrestre (háou) es sano, completo (oudja). <<

[424] El Faraón ha leído el texto de Ptahhotep y ha manifestado su satisfacción. <<

[425] El verbo utilizado es itj, «tomar, prender por la fuerza», lo que implica un vigoroso esfuerzo por adquirir tantos años de vida. Ciento diez años, como precisa más abajo, es la edad tradicional de los sabios. <<

[426] Sher, «pequeño, magro, corto». Ptahhotep no da pruebas de vanidad, sino que quiere señalar que la sabiduría que ha recibido y transmitido es de una gran importancia. <<

[427] O bien: «los honores sobrepasan a los de los ancestros». <<

[428] Quien cumple Maât para el Faraón, mediador entre el cielo y la tierra, y no para sí mismo, deviene un ser de luz. <<

[429] Estas dos últimas frases se deben al escriba que ha recopilado la enseñanza de Ptahhotep, y que precisa que ha respetado bien el texto original, transmitido íntegramente. <<