| (1)[5] | Sabiduría (o: enseñanza) del |
| (4) | director de la ciudad[6], el visir Ptahhotep, |
| (5) | bajo la Majestad de Aquel del junco y de la abeja[7], Isesi, que vive según la eternidad de los ciclos y la eternidad del instante[8], |
| (6) | el director de la ciudad, el visir Ptahhotep, dice: |
| (7) | Soberano, mi señor, |
| (8) | la vejez ha advenido, la ancianidad se ha abatido, |
| (9) | el agotamiento es llegado, la debilidad se renueva. |
| (10) | Él[9] (Ptahhotep) se pasa el día durmiendo, como si hubiese vuelto a la infancia. |
| (11) | La vista baja, deviene duro de oído[10], |
| (12) | la fuerza viene a faltarle, el corazón está fatigado, |
| (13) | la boca se halla silenciosa, ya no habla, |
| (16) | ya no está el corazón[11], ya no se acuerda del ayer, |
| (17) | todos los huesos hacen sufrir[12], |
| (18) | lo bueno se transforma en malo. |
| (19) | Todo gusto desaparece. |
| (20) | La acción de la vejez sobre el género humano |
| (21) | es mala bajo cualquier consideración. |
| (22) | La nariz está tapada, ya no respira, |
| (23) | es tan penoso levantarse como sentarse. |
| (28) | Sea decretado que el servidor aquí presente (Ptahhotep) forme un bastón de vejez[13]; |
| (30) | Pueda yo[14] decirle las palabras de quienes escuchan[15], |
| (31) | las directivas de quienes nos preceden[16] |
| (32) | y que, antaño, escucharon a las potencias divinas[17]. |
| (33) | Pueda hacerlo semejante para ti; |
| (34) | que los conflictos sean rechazados lejos de las gentes simples[18], |
| (35) | que las dos riberas [19] trabajen para ti. |
| (36) | La Majestad de este dios [20] ha dicho: |
| (37) | En cuanto a ti, enseña (a tu discípulo) la palabra de la tradición[21]. |
| (39) | Pueda él actuar como un modelo para los hijos de los grandes. |
| (40) | Que penetren en él el entendimiento y la justicia de todo corazón, de quien le habla, |
| (41) | pues no existe sabiduría de nacimiento[22]. |