| (618) | Sumerge tu corazón[410] controla tu boca, |
| (619) | y tu condición será la de estar entre los nobles[411]. |
| (620) | Que tu testimonio sea completo[412], en presencia de tu maestro. |
| (621) | Actúa de tal manera que él diga: «Ése es un hijo», |
| (622) | y que quienes escuchan eso digan: |
| (623) | «¡dichoso aquél por el que es nacido!»[413]. |
| (624) | Reposa tu corazón [414] en el momento en que hablas, |
| (625) | pronuncia palabras elevadas, |
| (626) | de suerte que los nobles que te escuchen digan: «¡Qué bello es lo que sale de su boca!» |