Epílogo 7
MÁXIMA 44
De la palabra justa (continuación)

(618) Sumerge tu corazón[410] controla tu boca,
(619) y tu condición será la de estar entre los nobles[411].
(620) Que tu testimonio sea completo[412], en presencia de tu maestro.
(621) Actúa de tal manera que él diga: «Ése es un hijo»,
(622) y que quienes escuchan eso digan:
(623) «¡dichoso aquél por el que es nacido!»[413].
(624) Reposa tu corazón [414] en el momento en que hablas,
(625) pronuncia palabras elevadas,
(626) de suerte que los nobles que te escuchen digan: «¡Qué bello es lo que sale de su boca!»