Epílogo 5
MÁXIMA 42
De los deberes y el destino del hijo espiritual

(588) Un hijo que entiende es un seguidor de Horus[392]
(589) y es bueno para él haber entendido.
(590) Cuando es viejo, alcanza el estado de bienaventurado.
(591) Que transmita el mismo mensaje a sus niños[393]
(592) renovando la enseñanza de su padre[394].
(593) Todo hombre recibe la enseñanza de acuerdo con su acción[395];
(594) pueda él efectuar un acto de transmisión hacia sus niños.
(595) de suerte que ellos puedan hablar a sus niños.
(596) Forma el carácter, no des curso libre a la destrucción[396]
(597) consolida la rectitud [397] y tu descendencia (espiritual) vivirá.
(598-9) En cuanto al primero que viniera portando el desorden[398],
(600) puedan los hombres decir lo que verán:
(601) «¡Eso es conforme a este miserable!» [399].
(602) Que sea dicho a quienes escucharán:
(603) «¡Eso es conforme a este miserable!» [400].
(604-6) Que todo el mundo las vea (la rectitud y el buen carácter)[401] y la multitud será apaciguada[402].
(607) Sin ellas, la riqueza no se realizará[403].