| (316) | No seas ávido de corazón en lo que concierne al reparto (de los bienes)[198], |
| (317) | no seas voraz[199] más que de tus bienes[200] personales. |
| (318) | No seas ávido de corazón hacia tu prójimo; |
| (319) | más amplia es la (justa) reivindicación del hombre dulce que la (injusta) del hombre rudo[201]. |
| (320) | A este último, bien poco le vendrá de parte de su prójimo[202], |
| (321) | pues está privado de lo que aporta la palabra[203]. |
| (322) | Un poco de avidez basta para hacer nacer el espíritu de querella en el hombre de vientre frío[204] |