| (277) | Si deseas hacer perdurar la amistad,[173] |
| (278) | en una morada [174] en la que has entrado, |
| (279) | como maestro, como hermano [175] o como amigo, |
| (280) | o en todo lugar en que hayas entrado, |
| (281) | guárdate de acercarte a las mujeres (para tocarlas)[176] |
| (282) | No es bueno, donde se produce ese hecho. |
| (283) | La vista[177] (de quien entra en una casa) nunca está lo bastante aguzada cuando las señala (a las mujeres)[178]. |
| (284) | Miles de hombres se han desviado (así) de lo que les es provechoso [179] (dejándose cazar en la trampa de la seducción). |
| (287) | ¡Un corto instante (de placer)[180], semejante a un sueño [181], |
| (288) | y la muerte te alcanzará por haberlas conocido (a esas mujeres)![182]. |
| (292) | Es una mala máxima la de: «lanza una flecha al adversario»[183]; |
| (293) | cuando uno se apresta a actuar así, que el corazón aparte (esta intención)[184]. |
| (296) | En cuanto a quien sucumbe continuamente codiciándolas (a las mujeres), |
| (297) | ninguno de sus designios tendrá éxito[185]. |