(264) |
Si eres un guía, |
(265) |
escucha serenamente el discurso de quien te dirige una petición; |
(266) |
no lo rechaces, hasta que haya purgado su vientre [169] |
(267) |
de lo que tenía intención de decirte. |
(268) |
Quien se encuentra abrumado por la injusticia[170] desea que su corazón sea lavado, |
(269) |
más (aún) que la realización de aquello por lo que ha venido[171]. |
(273) |
En cuanto a quien rechaza al que le dirige peticiones, |
(274) |
se dirá (con reprobación): «¿por qué motivo las rechaza?» |
(275) |
(Ciertamente), no es posible que todas las peticiones lleguen a término, |
(276) |
pero una buena escucha aplana el corazón[172]l67. |