| (119) | Si eres un hombre que forma parte de quienes se sientan |
| (120) | a la mesa [69] de alguien más grande que tú, |
| (121) | acepta lo que te da, de la manera en que se te ponga. |
| (123) | Observa lo que hay delante de ti, |
| (124) | no te disperses mirando muchas cosas[70]; |
| (125) | es la abominación de la energía (ka) ser molestado[71]. |
| (126) | No le dirijas la palabra (al señor del banquete), antes de que él te llame; |
| (127) | no sabemos si está en mala disposición de corazón[72]. |
| (129) | Habla cuando se dirija a ti, |
| (130) | y que tu discurso vuelva el corazón dichoso[73]. |
| (135) | En cuanto al grande, sentado tras los panes[74], |
| (136) | que su comportamiento se acomode a la directiva de su ka [75]. |
| (137) | Hará un don a aquél al que distingue; |
| (138) | es la costumbre, a la caída de la noche[76]. |
| (139) | Es la ka quien extiende sus brazos[77]. |
| (140) | El grande hace un presente a quien ha alcanzado la condición de hombre (de calidad)[78]. |
| (142) | Los panes son comidos conforme a la voluntad de Dios, |
| (144) | sería un ignorante quien se quejara de ello[79]. |