Oh, agotadora condición humana,

nacida bajo una ley, destinada a cumplir otra;

engendrada con una vanidad que no obstante se le prohíbe,

concebida enferma y a la que se ordena vivir sana.

FULKE GREVILLE, Mustapha

¿Y de verdad crees que Dios confió a unas hordas

agusanadas, fanáticas y muertas de hambre como vosotros

semejante secreto y me lo negó a mí?

Muy bien, muy bien, ¿qué importa? ¡Creed también en eso!

OMAR JAYYAM, Rubaiyyat

Morirán en paz, se extinguirán dulcemente, pensando en ti. Y en el más allá solo encontrarán la muerte. […] Pero nosotros los mantendremos en la ignorancia sobre este punto, los arrullaremos prometiéndoles, para su felicidad, una recompensa eterna en el cielo.

El gran inquisidor a su «salvador» en Los hermanos Karamazov.