Para ti, Viking, compañero de cada día, que emprendiste los hermosos caminos de Occidente un 3 de noviembre, día en que se escribieron las primeras páginas de este libro; para ti, que fuiste bondad, fidelidad y disponibilidad y cuyo papel consiste en abrir las rutas del otro mundo por donde, como el Anubis de Tutankamón, nos guiarás.