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Ya en la calle decide caminar. Tiene en el bolsillo los datos que le permitirán encontrar a Eva. Juquehy… Le gusta él nombre. El problema ahora es cómo juntar plata para ir. El Topo se esfumó y sé siente sin fuerzas, sin ganas de otra cosa que encontrar a Eva y ver si existe la posibilidad de comenzar una nueva vida con ella, en otro lugar. Eva es como la tierra prometida. Se le ocurre ir al banco y decirle a Fermín que ha localizado al Topo en Brasil y que necesita viajar para allá. Si no le puede sacar plata, es probable que no le niegue un pasaje a San Pablo. Una vez allá, se verá. No es la idea más honesta del mundo, pero tampoco le preocupa demasiado. En vano rebusca en los bolsillos la tarjeta de Fermín. Piensa que de todos modos es mejor ir personalmente. Con paso veloz se dirige hacia las oficinas del microcentro. Por el camino, va ensayando lo que dirá. Si le sale, bien, si no le sale, Dios proveerá.

En pocos minutos llega al edificio. Al entrar nota que ha cambiado todo el decorado. Ha desaparecido ese aire de cuartel posmoderno dejando lugar a una estética de peluquería cara. La gente de seguridad, los sheriffs que antes custodiaban el lugar han trasmutado en muchachitos de modales delicados, vestidos de azul y con el pelo húmedo. Los molinetes desaparecieron. El imponente escudo de la entidad bancaria ha sido reemplazado por la imagen de un sol iluminando una espiga de trigo rodeada por una banda en la que se lee «Banco del Pueblo». Lascano se dirige directamente a los ascensores, lo aborda junto a un grupo de boludos, eso no ha cambiado, y pulsa el cinco. Cuando llega no hay nada allí. El piso está totalmente desmantelado, con sus cuatro paredes desnudas. Dos obreros están juntando sus herramientas.

Se abre el ascensor y aparece un petiso petulante mojándose los dedos con saliva y se pone a contar billetes de un grueso fajo. Advierte la presencia de Lascano, el conteo se detiene y queda en suspenso un instante. Lo mira de arriba abajo y lo saca enseguida: es policía. Se pregunta qué querrá. Por las dudas le dice que lo espere un segundo. Le paga a los obreros y los despide.