¿Qué pintan los yanquis instalados tan cómodamente en el feudo de Fidel Castro, en Guantánamo, sin que nadie les tosa? El origen está en el 23 de febrero de 1903. Hace más de un siglo Cuba firmó un acuerdo con Estados Unidos por el que le otorgaba el derecho perpetuo a mantener una base naval en la bahía de Guantánamo. Tiene guasa que la canción cubana más célebre (Guantanamera) se refiera a la provincia ocupada por los estadounidenses. La historia une a extraños compañeros de viaje.
La manita que les echaron los estadounidenses a los cubanos para independizarse de España tuvo un precio: instalarse ellos. Fue algo así como quítate tú que me pongo yo. Lo cierto es que los cubanos estuvieron tontos, porque ya nos tenían ganada la guerra sin necesidad de que interviniera Estados Unidos, pero los yanquis se les colaron por una rendija y, cuando ya estaban acomodados, comenzaron a poner condiciones. Estados Unidos reconoció la soberanía de Cuba, pero previo pago de los servicios prestados. Y el precio era que la primera Constitución cubana incluyera un apéndice conocido como la enmienda Platt.
Constaba de ocho artículos. El primero prohibía al gobierno de Cuba concertar tratados con otros países que menoscabaran su independencia y que implicaran la cesión de parte de su territorio. Pero es que el artículo séptimo obligaba a Cuba a ceder porciones de suelo cubano para la ubicación de estaciones navales o carboneras norteamericanas. Qué gracioso, lo que prohibía el primer artículo lo contradecía el séptimo.
Estados Unidos le echó el ojo a la bahía de Guantánamo, una importante escala en la ruta marítima entre el imperio y el Canal de Panamá. Aquel 23 de febrero de 1903 se hizo efectivo el acuerdo de la cesión del terrenito a los estadounidenses como base naval y, tiempo después, en 1934, el acuerdo se sustituyó por un tratado que arrendaba para los restos el emplazamiento de la base.
Estados Unidos paga 4.000 dólares al año por el arrendamiento de Guantánamo, dinero que Cuba se niega a recibir, pero que no por ello los yanquis dejan de pagar. Puntualmente lo ingresan en un banco suizo a nombre del gobierno cubano. Es de chiste.