Cólera

Tremendo alboroto el que se montó en Madrid el 21 de junio de 1885. La Dirección General de Sanidad declaró oficialmente el cólera en la capital y, en consecuencia, el Círculo de la Unión Mercantil ordenó el cierre de comercios, bares y tabernas. Si a eso se añade que antes se habían cerrado talleres y fábricas y que el comercio y las transacciones se habían paralizado, los vecinos de Madrid, encolerizados, hambrientos y sin trabajo, se amotinaron y se echaron a la calle a montar bulla.

La culpable de todo era una bacteria muy puñetera y viajera llamada vibrio cholerae, un bicho que salta de humano en humano con una facilidad pasmosa, siempre que el humano sea pobre. Una bestia microscópica que meses antes había desembarcado en Alicante procedente de Argelia. Por el Levante andaban segadores y arrieros que habían ido a recoger las cosechas y que luego se trasladaron a Castilla, Aragón y Andalucía para buscar nuevos tajos en otras recolecciones. Y con ellos viajó la bacteria, que fue empadronándose a la chita callando en una cuarta parte de los municipios españoles. Las cuarentenas en las poblaciones provocaron el cierre de las fábricas y el aumento del desempleo, y, como dos y dos son cuatro, llegaron también el hambre y la desesperación.

La provincia de Madrid no fue de las más castigadas. Al fin y al cabo sólo murieron tres mil y pico en la epidemia de 1885, y la mayoría fuera de la capital. Pero a los castizos se les cruzaron los cables cuando les cerraron lo último que quedaba por cerrar, bares y tabernas. Ni siquiera podían ahogar las penas con un chato de vino.

Encima, el cólera no atacaba a todas las clases sociales, sólo a las más bajas, con lo cual llovía sobre mojado. Además de pobres y hambrientos, enfermos. El cólera y la cólera hicieron buenas migas y los madrileños organizaron la marimorena en las calles. Durante todo aquel 21 de junio se sucedieron las cargas de la Guardia Civil, pero la cosa no se calmó hasta que apareció el general Pavía con el ejército para repartir candela. Amotinados al general Pavía… si era el mismo que había dado el golpe de Estado para acabar con la Primera República.