Se llamaba Lucio Domicio Ahenobarbo y vino al mundo el 15 de diciembre del año 37. Nació de pie, dicen que un signo de éxito en la vida, y cierto es que, justo hasta el momento en que se murió, todo le fue bien. El nombre de Nerón no lo recibió hasta unos añitos después de nacer, cuando se lo puso su padre adoptivo, Claudio. Ahora, el nombre de Nerón es un sinónimo de chiflado, pirómano, asesino, desviado sexual, megalómano, suicida y, lo peor, un pelmazo.
Nerón llegó a emperador con sólo dieciséis años, gracias a que su madre, la maléfica Agripina, se cargó a Claudio y logró que su hijo fuera aclamado por el Senado y la guardia pretoriana. En la Roma de aquel siglo primero esto no era difícil. Bastaba presentarte en los cuarteles y prometer todo tipo de favores a soldados y oficiales, repartir trigo y dinero entre el pueblo y tener contentos a los senadores. Y la verdad es que cumplió todas sus promesas. De hecho, durante sus primeros cinco años de gobierno fue un emperador modélico.
Buscó la paz, redujo los impuestos, estableció un ecuánime modelo de justicia para todo el mundo, recortó los gastos ostentosos de palacio… ¿En qué momento se le fue la cabeza? Pues no está claro, pero se le fue del todo. A partir de ahí le dio por matar a todo el mundo que amenazara su poder o le llevara la contraria.
Pero el peor castigo que sufrió el pueblo de Roma con Nerón fueron sus supuestas dotes artísticas. La primera vez que actuó fue en Nápoles. Estuvo cantando y tocando la cítara durante varios días. Él paraba y descansaba, pero ordenó el cierre del teatro para que nadie pudiera abandonarlo. Las crónicas cuentan que algunas mujeres dieron a luz durante su soporífera actuación y que algunos espectadores se hicieron los muertos para que retiraran sus cadáveres y así poder huir del castigo.
Lo malo es que Nerón estaba convencido de haber nacido para el arte y la declamación. La última frase que pronunció demuestra que no se apeó del burro ni siquiera en su último momento. Dijo: «Qué gran artista muere conmigo». Lo dicho, un pelmazo.