El insensato Cromwell

Son muy pocos, poquísimos, los que se han atrevido a lo largo de la historia de Inglaterra a acabar con la monarquía. Una cosa es meterse con las orejas del príncipe Carlos y otra muy distinta tocarles la corona. El que lo ha intentado lo ha pagado caro, y el más famoso de todos ellos fue Oliver Cromwell. Después de hacerse con el poder y decapitar al rey Carlos I, consiguió que el Parlamento proclamara la Primera República de Inglaterra. La primera y la última, claro. Pero es que el 20 de abril de 1652 Cromwell, ya totalmente beodo de poder, además disolvió el Parlamento a lo bestia, al estilo Tejero. A Cromwell le salió bien.

En aquella época tan convulsa no tenía excesiva importancia la disolución de un Parlamento. Cuando no lo hacía uno lo hacía otro. Pero lo curioso es cómo lo hizo Oliver Cromwell: entró con sus soldados, llamó borrachos a unos parlamentarios, a otros los tildó de bandidos, luego los echó a todos a la calle, cerró las puertas, se guardó las llaves y al día siguiente colgó un cartel en la puerta que decía «Casa en alquiler». Nadie se atrevió ni a preguntar por cuánto al mes ni si hacía falta aval bancario.

La decisión de Cromwell fue del todo desproporcionada, sobre todo porque él había sido parlamentario y debería haber mostrado el máximo respeto por la institución a la que perteneció. Pero entre los fallos de Cromwell durante su carrera estuvo el de inclinarse más hacia el ejército que hacia la política, con lo cual en vez de usar la diplomacia en sus decisiones, las hacía cumplir manu militari. Llegó a creer que el ejército era el instrumento elegido por Dios para mantener el orden y una gobernación sensatos. Es más, Dios le había elegido a él para comandar ese ejército.

Cuando se proclamó la república, Cromwell ejerció el poder sin que nadie le hubiera dicho que lo hiciera, y cuando el Parlamento le recordó que él no mandaba tanto como se creía, se mosqueó y lo disolvió. Entonces se hizo nombrar Lord Protector. Líbrenos, precisamente Dios, si es que puede, de tantos y tan desquiciados salvapatrias.