La muerte del infante Alfonso sigue siendo un caso abierto. Se largó de este mundo con sólo catorce años, exactamente el 5 de julio de 1468, y, pese a morir a tan corta edad, se vio envuelto en uno de los mayores chanchullos monárquicos de este país. ¿Creemos a quien asegura que murió de peste aunque el médico aseguró que no tenía el más mínimo síntoma? ¿O hacemos caso de quienes dicen que lo quitó de en medio su hermana Isabel? Isabel la Católica, la que luego se subió al trono. Hace cinco siglos que esto huele a chamusquina.
Deshagamos la madeja. Juan II de Castilla tuvo tres hijos: Enrique, Isabel y Alfonso. Como Enrique era el mayor, fue el que subió al trono castellano con el nombre de Enrique IV, y que a su vez tuvo una hija, la famosa Juana la Beltraneja, a la que todos señalaban como hija de otro hombre. A esto le daban importancia cuando venía bien que así fuera, porque a ver de cuándo a esta parte los reyes se han estado quietos en su cama. Pero, bueno, en aquel momento interesaba insistir en el tema. ¿Por qué? Porque los nobles castellanos querían derrocar a Enrique IV para poner en su lugar a un rey-títere, a un fantoche al que poder manejar a su antojo. Y ese rey era el infante Alfonso, el hermano pequeño del rey, un chavalín de once años que ni pinchaba ni cortaba.
Enrique IV no aceptó el arreglo porque él defendía a su hija Juana como legítima heredera, así que se metieron a batallar por ver quién se quedaba con el trono, si los partidarios de Enrique o los de su hermano Alfonso, al que los nobles proclamaron como Alfonso XII en mitad de una farsa de chiste. Con lo que no contaron los defensores de Alfonso es que el chaval se iba a morir sólo tres años después.
Pero ahí estaba Isabel para subir en el escalafón y convertirse en la favorita de los nobles castellanos rebeldes en sustitución del difunto Alfonso. Como el chaval se murió no se sabe cómo ni a cuenta de qué, aún hoy se mantienen las sospechas de que la hermanísima le dio matarile para ser ella la candidata a reinar. El resto de la historia ya la conocen.