Pragmática Sanción

Isabel II llegó a reinar en España porque su padre, Fernando VII, firmó la Pragmática Sanción, aquella que tiró a la papelera la famosa ley sálica que prohibía reinar a las mujeres. Y la firmó en palacio el 29 de marzo de 1830; dos días después se leyó públicamente y el 3 de abril la publicó La Gaceta de Madrid. ¿Alguien cree que Fernando VII promulgó aquella Pragmática Sanción en defensa de la igualdad de hombres y mujeres? Pues no, lo hizo por pura desesperación, porque no atinaba a tener hijos, y cuando por fin apuntó bien, en pleno embarazo y sin saber si lo que venía era niño o niña, quiso asegurarse de que, fuera lo que fuese, reinara.

Fernando VII se casó tres veces con mujeres que murieron sin darle descendencia. En el cuarto matrimonio, con su sobrina María Cristina de Borbón, hubo suerte y la reina quedó embarazada. Pero, claro, Fernando VII estaba ya muy cascado y no podía asegurar un segundo embarazo. Así que tenía que dejar muy bien atado que la criatura que iba a nacer siete meses después llegara a reinar. Al final, fue niña y se llamó Isabel.

Pero las consecuencias de aquella Pragmática Sanción fueron terribles para España, porque había un señor al acecho del trono: Carlos María Isidro, que era hermano del rey Fernando VII y que ya estaba tomándose medidas para la corona, porque él era el siguiente en la línea de sucesión.

Cuando Fernando VII firmó la Pragmática los planes de Carlos María Isidro para reinar se fueron a hacer gárgaras. El rey lo expulsó del país, él se negó a jurar fidelidad a la futura reina y España se vio metida en la Primera Guerra Carlista. Luego vino la segunda y hasta una tercera, porque Carlos María Isidro tuvo descendencia que aún seguía aspirando al trono. Es más, los carlistas han seguido inasequibles al desaliento, erre que erre, casi hasta finales del siglo XX.