Yuri Gagarin

El 12 de abril de 1961 John F. Kennedy se mordía los codos en la Casa Blanca. Los soviéticos habían mandado el primer hombre al espacio mientras ellos sólo habían podido enviar un par de monos cosmonautas. Yuri Gagarin despegó de Kazajistán aquel 12 de abril, dio una vuelta completa a la órbita terrestre y 1 hora y 48 minutos después ya estaba de regreso. Nunca ha sido más cierto eso de voy a dar una vuelta y enseguida vengo. Fue visto y no visto, porque conducía como loco, a 27.400 kilómetros por hora. Tardó menos en darse un garbeo alrededor de la Tierra que lo que tardaron en reaccionar en Washington. Había comenzado la carrera espacial. Unión Soviética uno, Estados Unidos cero.

Un año después los estadounidenses también mandaron a John Glenn a que se diera una vueltecita. Igualados a uno. Pero el desempate llegó cuando los soviéticos pusieron a la primera mujer en órbita. Dos a uno. Aunque el primer alunizaje se lo llevaron los americanos. Empate a dos. Al final se dejaron de tonterías y acabaron jugando juntos en la estación internacional MIR.

Pero el hito espacial por excelencia fue el de Yuri Gagarin, que además tiene el récord de ascensos en la carrera militar. Cuando despegó aquel 12 de abril era segundo teniente y cuando aterrizó, hora y pico después, ya era mayor. Los rusos no tenían muy claro que fuera a regresar vivo, así que lo ascendieron de rango en pleno vuelo para al menos enterrarlo, si lo recuperaban, con todos los honores.

Gagarin se convirtió en el héroe nacional y en un ídolo internacional. A partir de ese momento todos los niños del mundo quisieron ser astronautas. Yuri Gagarin debería haber muerto de viejo y disfrutar de su fama, pero no pudo ser. Pilotando un vulgar cazabombardero cayó desde el cielo y se hundió seis metros bajo tierra. Sigue siendo un héroe y como tal está enterrado en las murallas del Kremlin. Como cada 12 de abril, Rusia celebra fiesta nacional desde que Yuri Gagarin se dio un garbeo por el espacio.