El buen ojo de los Lumière

Los hermanos Lumière, Louis y Auguste, inventaron el cinematógrafo, pero, como suele ocurrir, no alcanzaron a ver las posibilidades de su descubrimiento. Fueron, como su apellido indica, unos iluminados, pero al principio ni se enteraron. El 22 de marzo de 1895 los hermanos Lumière presentaron a un grupo de empresarios en la Sociedad de Fomento a la Industria Nacional, en París, una peliculita de quince minutos titulada Salida de los obreros de una fábrica. Sólo se veía eso, obreros saliendo de una fábrica, pero se les veía moverse, y eso sí que fue lo nunca visto.

Después de aquella proyección a los empresarios, un industrial francés se dirigió a Auguste Lumière para ver cómo se podía explotar aquel invento comercialmente. Auguste respondió al industrial lo siguiente: «Nuestro descubrimiento no está en venta. Y puede usted estar contento, porque se arruinaría. Como curiosidad científica vale, pero no tiene futuro comercial». Auguste Lumière se percató años después de que aquélla había sido la mayor tontería que había dicho en su vida.

El invento del cinematógrafo consistía en la proyección de dieciséis imágenes por segundo y, en realidad, era un paso más allá del invento que unos años antes había presentado Thomas Alva Edison, aquel que lo inventó todo. El de Edison se llamaba el kinetoscopio y era un artilugio que también mostraba imágenes en movimiento, pero había que mirar a través de una ventanita.

Los Lumière perfeccionaron el invento proyectando esas imágenes a una pantalla, pero lo único que se les ocurría hacer eran documentales. Los obreros, la llegada de un tren, la familia Lumière jugando a las cartas, un niño almorzando… Menos mal que meses después de aquella proyección a empresarios hubo otra pública en un café de París. A ella acudió Georges Meliès, y fue el primero en entender las posibilidades de aquel invento. Mientras los Lumière se fueron a recorrer mundo grabando documentales, George Meliès se dedicó a hacer cine. El cinematógrafo… de los Lumière. El cine… de Meliès.