A la caza del nazi Eichmann

Israel nunca se ha dado un respiro a la hora de dar caza a los nazis responsables del holocausto, y el 21 de mayo de 1960 logró uno de sus mayores triunfos al secuestrar y sacar de incógnito de Argentina a uno de los nazis más buscados: Adolf Eichmann, el arquitecto del Holocausto, el tipo que organizó todo para dar con la llamada «Solución Final», con el exterminio. Como la vida da muchas vueltas, acabó siendo el exterminador exterminado.

Israel estuvo durante cuarenta y cinco años cantando el pío, pío que yo no he sido y manteniendo que el secuestro lo llevaron a cabo caza-nazis ajenos al gobierno. Pero, por fin, en el año 2005 reconoció que fueron, sus servicios secretos, el Mosad, los que orquestaron toda la maniobra para localizar a Eichmann en Argentina, sacarlo ilegalmente del país, trasladarlo a Tel' Aviv, juzgarlo y ejecutarlo. ¿Por qué no se utilizó la vía diplomática para lograr la extradición del criminal nazi? Porque ya se había intentado con el perturbado de Joseph Menguele y la Argentina de Perón, gran admirador del fascismo, había denegado la entrega. Así que, Israel sabía que o lo hacía por las bravas, o nunca conseguiría ejecutar a un nazi con sus propias manos.

Eichmann llevaba años viviendo de incógnito en Argentina, como muchos otros nazis, gracias a los documentos falsos que la Asociación San Rafael, una organización que operaba desde el Vaticano, proporcionaba a los criminales de guerra para ponerse a salvo. Y en Argentina vivió Eichmann feliz y contento, con identidad falsa, durante dieciséis años, hasta que el Mosad dio con él y aquel 21 de mayo lo subió a un avión con destino a Israel.

El gobierno argentino se agarró un cabreo impresionante y exigió a través de la ONU las disculpas de Israel. Pero los judíos no estaban dispuestos a pedir escusas por haber cazado a un asesino. Apenas un año después, Eichmann fue juzgado durante un proceso de tremenda repercusión internacional, sentenciado a la horca, incinerado y sus cenizas arrojadas al Mediterráneo. Fue la primera y última vez que Israel aplicó la pena de muerte. Oficialmente, se entiende.