El compromiso de Aldo Moro

Durante cincuenta y cinco días el mundo entero cruzó los dedos para que el político italiano Aldo Moro salvara la vida. Pero pedir cordura a una banda terrorista es pedir peras al olmo, y el 9 de mayo de 1978 apareció desmadejado y envuelto en una manta, dentro del maletero de un coche, el cadáver de Aldo Moro. El golpe de efecto puso en la picota de la actualidad mundial a la banda terrorista Brigadas Rojas, porque eso era lo que buscaban: ser famosos. Pero el asesinato de Aldo Moro fue el principio de su fin, porque las Brigadas Rojas perdieron el poco apoyo político que tenían. Terrorismo y política son polos opuestos. En pleno siglo XXI algunos no se han enterado.

El secuestro se produjo a mediados de marzo, cuando Aldo Moro, presidente de la Democracia Cristiana y primer ministro en dos ocasiones, se dirigía al Parlamento italiano para votar un asunto clave para el país: la formación de un nuevo gobierno democristiano que impulsaría el llamado Compromiso Histórico. Una especie de alianza entre todas, absolutamente todas, las fuerzas políticas italianas para sacar a la nación de una crisis que arrastraba desde hacía años.

El principal artífice de este Compromiso Histórico era Aldo Moro, que había conseguido implicar en esta unión política incluso al Partido Comunista. Pero, claro, no más a la izquierda del Partido Comunista, sino veinte pueblos más allá estaban las ultraizquierdistas y descerebradas Brigadas Rojas, que lo último que aceptaban, como les ocurre a todas las bandas terroristas, era negociar sin sangre. O se hacía como ellas decían, o no se hacía. Así que, un comando de locos secuestró al político, asesinó a sus cinco guardaespaldas y luego ejecutó a sangre fría a Aldo Moro.

Lo hicieron, según dijeron, en defensa de la revolución proletaria de Italia, aunque las Brigadas Rojas no llamaban al país Italia; lo llamaban Estado Imperialista de las Multinacionales. A los terroristas italianos se les acabó el rollo cuando su brazo político les dijo que por ese camino iban mal. Les negó su apoyo y las Brigadas murieron de inanición social.