Alguien se preguntará de dónde viene esto de retrasar una hora los relojes en octubre y volverlos a adelantar en marzo. Pues venir viene de lejos, de principios del siglo XX, y el argumento oficial era el mismo que el de ahora: se trata de aprovechar más horas de sol y ahorrar energía. Los tres primeros países del mundo que adoptaron el cambio de hora fueron Inglaterra, Irlanda y Francia, y el 5 de junio de 1916 aprobó la medida oficialmente uno de ellos: Francia.
La Asamblea francesa acordó como medida de ahorro el adelanto de una hora, para disgusto de los franceses, a quienes molestó sobremanera que les tocaran los relojes. España también se sumó poco después al cambio horario, y con ella varios países, hasta que llegó la Segunda Guerra Mundial y los horarios de invierno y verano se fueron al garete. Bastante tenían los europeos esquivando bombas como para estar pendientes de los relojes.
En 1974, como consecuencia de la crisis del petróleo, la mayor parte de los países industrializados volvió a tomar la misma medida. Todos, salvo uno, el de siempre, Suiza. Los suizos se negaron a cambiar la hora y se convirtieron en un islote horario europeo. Dijeron que ellos no tenían por qué seguir las sugerencias de la Comunidad Econ ómica Europea porque iban por libre y eran más ricos que nadie. Ya. Pues muy ricos y muy independientes, pero acabaron hechos un lío en los aeropuertos y las estaciones de tren, porque las salidas de sus transportes no coincidían con las de los países vecinos. Al final se rindieron y, en 1981, dieron el brazo a torcer.
Pero aunque los ajustes horarios son del siglo XX, las preocupaciones por el ahorro energético vienen de antes, del siglo XVIII, y el primero en dar ideas para aprovechar más el sol y ahorrar energía fue Benjamín Franklin. Lo que pasa es que el señor Benjamín era un poco drástico en sus propuestas. Una de ellas decía que todas las campanas de las iglesias repicaran a la misma hora para que todo el mundo se levantara a la vez. Claro, como él madrugaba mucho porque estaba inventando el pararrayos…