Custer en la batalla de Little Bighorn

Un puñado de líneas más atrás recordaba aquella batalla en la que el célebre busca glorias general Custer logró una dudosa fama al atacar un campamento de cheyenes a orillas del río Washita, ocupado sobre todo por mujeres, ancianos y niños. Custer se quedó tan a gusto tras la masacre, pero dos jefazos indios, Caballo Loco y Toro Sentado, se la juraron por un ataque tan desproporcionado y sangriento. Y la venganza llegó en la batalla de Little Bighorn el 25 de junio de 1876. Custer calculó mal sus fuerzas y, lo que es peor, contó indios de menos. Creyó que su Séptimo de Caballería se merendaría a mil quinientos cuando en realidad había cuatro mil.

La batalla de Little Bighorn se produjo porque en el territorio que ocupaban los indios en Montana apareció oro. Hasta allí llegaron colonos en masa y, aunque los sioux vivían en aquella zona con el beneplácito del gobierno, ante la presencia de oro se les pidió que se largaran a una reserva para poder sacar el vil metal. Los indios dijeron que ya estaba bien de tanto acoso y que a la reserva se fuera el padre del hombre blanco.

La única solución fue desalojarlos a la fuerza, y a por ellos se fueron tres columnas del ejército. En una de ellas iba Custer al mando del Séptimo de Caballería. Pero como además de mal estratega era un impaciente, en lugar de esperar al resto del ejército, decidió atacar por su cuenta para llevarse la gloria.

El poblado que decidió atacar tenía, según sus cuentas, mil quinientos guerreros, pero por algo fue el último de su promoción en West Point, porque allí había cuatro mil pieles rojas armados hasta la pluma, con Caballo Loco y Toro Sentado al frente y con el único objetivo de hacerse con la cabellera de Custer. Los sioux acabaron en un pispás con el Séptimo de Caballería, acorralaron a Custer y, efectivamente, le arrancaron sus melenas largas y rubias. Toro Sentado contó años después que Custer murió con la sonrisa puesta porque la última bala de su revólver la empleó en matar a un indio. La batalla de Little Bighorn fue el mayor desastre que sufrieron los estadounidenses en las guerras indias, pero a la vista está que al final ganaron los rostros pálidos.