El cobardón y traicionero general Petain entregó París a Hitler a la vez que aceptaba la ocupación alemana. Qué infamia ver al Führer y sus secuaces nazis paseando a sus anchas por debajo de la torre Eiffel camino de Trocadero. Pero además de millones de franceses, un personaje clave no estaba dispuesto a aceptar la ocupación sin plantar cara: el general Charles de Gaulle. Huyó a Londres y el 18 de junio de 1940 su voz sonó potente en las radios francesas a través de la BBC llamando a los militares y a los ciudadanos galos contra la invasión nazi: comenzaba a organizarse la resistencia francesa.
De Gaulle se convirtió por arte de birlibirloque en el representante internacional de la Francia Libre. No era nadie para ser reconocido como tal, pero es que no había otro; no había autoridad francesa alguna dispuesta a luchar contra los alemanes, porque el gobierno de Pétain cayó en los brazos nazis cual enamorada descerebrada. Así que fue De Gaulle el que se plantó en Londres delante de Winston Churchill y le pidió ayuda para luchar contra los alemanes. Bastante tenía Churchill con lo suyo y con defender el Reino Unido de Hitler como para facilitar ayuda a De Gaulle, pero al menos puso en sus manos el arma más mortífera y eficaz contra los nazis: la radio. Le prestó los micrófonos y las antenas de onda corta del segundo canal de la BBC, y desde la emisora transmitió De Gaulle sus arengas patrióticas, pidiendo la movilización de los militares de su país y de los ciudadanos.
No es que con aquella primera intervención radiofónica del 18 de junio naciera la resistencia, porque ya existía. Había nacido de forma espontánea desde el mismo momento en que llegó la amenaza nazi, pero estaba desorganizada y no daba pie con bola. El hecho de que De Gaulle se erigiera desde Londres como único líder de la Francia Libre y que avivara el patriotismo contra los invasores dio un impulso importante para que la resistencia comenzara a organizarse: sabotajes, propaganda, atentados, redes de evasión, refugios para los perseguidos… y al final, Hitler a freír espárragos.