¿Quién mató al comendador? Ese mismo en el que están pensando. En la madrugada del día 23 de abril del año 1476 los vecinos de un pueblo cordobés asaltaron el palacio del comendador Fernán de Guzmán, mataron a los catorce criados que intentaban cortarles el paso y finalmente se cargaron y mutilaron a su señor. Fue la rebelión del pueblo cordobés de Fuenteovejuna. Lope de Vega inmortalizó el episodio, pero lo hizo de aquella manera, porque parece que entre lo ocurrido y lo narrado cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
La historia es fácilmente manipulable según cómo respiren los cronistas encargados de transmitirla, y con la rebelión de Fuenteovejuna hay un enredo considerable. Existen tres versiones históricas de lo que allí ocurrió: una que dice que los vecinos, hasta el gorro del tiránico comendador de la Orden de Calatrava Fernán de Guzmán, que se dedicaba sólo a cobrar impuestos y a violar jovencitas, se fueron a por él y lo mataron. Así lo trasladó un fraile cronista y de él recogió todos los datos Lope de Vega para escribir su drama.
Otro cronista, en cambio, escribió que el comendador era buena persona, afable, piadoso y solidario, pero que los vecinos, manipulados por un enemigo del noble, lo mataron. Y luego hay una tercera versión, al parecer la más aceptada por la historiografía moderna, que dice que el episodio fue más político que popular. En aquel siglo XV la villa de Fuenteovejuna pasaba de mano en mano: tan pronto pertenecía a Córdoba, como era entregada a la Orden de Calatrava. Enrique IV la cambió tres veces de dueño y luego llegaron los Reyes Católicos y la entregaron definitivamente a Córdoba. Como la Orden de Calatrava no la soltaba, Córdoba azuzó a los vecinos contra el comendador, que, ayudados por soldados, lo mataron. ¿Qué ocurrió de verdad? ¿Fernán de Guzmán fue buena gente o un villano? ¿Nos engañó Lope de Vega por beber en fuentes contaminadas? Vaya usted a saber. Eso sí, en el final de la historia, coinciden todas las versiones. ¿Quién mató al comendador? Fuenteovejuna, señor.