La maléfica Legión Cóndor

El 16 de noviembre de 1936 los sevillanos se quedaron a cuadros. Tuvieron el dudoso privilegio de recibir a los 697 hombres que formaban la primera expedición de la Legión Cóndor, los alemanes que pilotarían en ayuda de Franco los temibles cazas que bombardearon y arrasaron toda la España republicana. Gernika también.

Franco necesitaba ayuda para que su golpe de Estado triunfara, y cuando alguien necesita ayuda la pide a conocidos y amiguetes. Igual que la República solicitó ayuda a Stalin para defenderse, Franco se la pidió a Hitler para atacar. La verdad es que, con amigos como ellos, quién necesitaba enemigos…

Aquellos 697 hombres de la Legión Cóndor que llegaron a Sevilla sólo eran los primeros. Todavía faltaban por llegar seis mil más, aunque Alemania se pasó toda la guerra diciendo que no los conocía de nada.

Hitler exigió que la ayuda alemana a Franco se hiciera de forma discreta y que quedara perfectamente claro que Alemania no estaba ayudando al golpe de Estado contra la República. Estaba ayudando a Franco de forma personal. Pues vale, para él la perra gorda.

El nombre que se dio a la operación especial de ayuda a Franco, no a la rebelión franquista, fue Fuego Mágico. Y es que Hitler, en el fondo, era un poeta. La noche que accedió a apoyar a Franco, no a la rebelión franquista, había visto la ópera La Valkiria, de Wagner, y en el tercer acto se ve a Brunilda rodeada por un fuego mágico que la protege del ataque de los dioses. Pues ya está, dijo Hitler, «Operación Fuego Mágico» será el nombre, y dentro de ella estaba la Legión Cóndor.

Lo que Alemania hizo con este ejército de especialistas en España fue ensayar su armamento y sus tácticas, lo cual le vino de perlas de cara a la Segunda Guerra Mundial. Las masacres de la Legión Cóndor son de sobra conocidas, aunque una se ha llevado la fama y otras han cardado la lana. En Gernika arrasó la ciudad y la vida de cientos de personas. Pero cuando bombardeó a miles de familias malagueñas que huían por la carretera de la costa camino de Almería, se perdió la cuenta de los muertos. No bajaron de cinco mil.