El hundimiento del Maine, el acorazado estadounidense que saltó por los aires en el puerto de La Habana (Cuba), ha pasado a la historia como una de las mayores fullerías perpetradas por Estados Unidos contra España. Ocurrió el 16 de febrero de 1898, todavía noche del 15 en La Habana. Aquel hundimiento le vino de perlas a Estados Unidos, que acusó a España del desastre, deseoso como estaba de enzarzarse en una guerra para echarnos de Cuba. Una comisión de investigación demostró que al Maine no lo había hundido nadie, que se había ido a pique él solito, porque prendió el carbón almacenado y el fuego alcanzó los depósitos de municiones. Estados Unidos dijo que de eso nada, que lo habíamos hundido nosotros. Y nos declararon la guerra.
Antecedentes del hecho: Cuba y España estaban enfrentadas por la independencia de la isla, y ojo avizor andaba Estados Unidos, que ayudaba bajo cuerda a los rebeldes cubanos para acabar con el dominio español y poder empezar a dominar ellos. En mitad de este fregado amarró en La Habana el acorazado Maine. Aquella noche de febrero, un monumental estruendo rompió la celebración del martes de Carnaval. El Maine había estallado. Washington acusó a España del atentado, pero España dijo que de qué estaban hablando, que nosotros no habíamos hundido nada. Estados Unidos buscaba una excusa para hacer la guerra y el hundimiento del Maine era inmejorable. Como las pruebas salvaban a España porque los daños del casco demostraban que la explosión había sido interna, Estados Unidos se buscó un gran aliado, la prensa.
Los dos más poderosos editores, William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer, intoxicaron todo lo que pudieron y más hasta conseguir que todos los estadounidenses señalaran a España como la asesina de los doscientos sesenta y seis marineros que murieron con el Maine. La guerra estaba servida. Ahora bien, peor fue lo de la prensa española, con titulares del tipo «Los estadounidenses desertarán al oír los primeros disparos españoles». Menudo ojo. A España le quedaban dos telediarios para perder Cuba, Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam. Fin del imperio colonial español.