Uno de los mayores revolcones que nos dio Napoleón se produjo el 16 de enero de 1809. En realidad el revolcón se lo dio a los ingleses, que habían venido a echarnos un cable contra los franceses en la Guerra de la Independencia. Fue la famosísima batalla de Elviña, la misma que los ingleses recuerdan como Battle of Coralina y a la que los franceses llaman Bataille de Corogne. Quede claro, de cualquier forma, que tuvo lugar en La Coruña, que nos dieron por delante, por detrás y por los lados y que en mitad de aquel desastre nació un héroe: el general sir John Moore. Cualquier inglés con estudios sabe que sir John Moore nació en Glasgow, pero que murió y está enterrado en Corunna, Coruña o Corogne.
Los ingleses vinieron a echarnos una mano contra Napoleón, no porque les preocupara que en adelante habláramos francés, sino porque al Bonaparte había que pararle los pies como fuera para que abandonara sus pretensiones de invadir Inglaterra. John Moore quedó al mando de las tropas inglesas en España, pero el endiablado avance napoleónico le obligó a replegarse hacia Galicia con la intención de embarcar allí a sus tropas y volver a casita. No tuvo suficiente tiempo, porque el general francés Soult le dio alcance. En el valle de Elviña, en Coruña, ingleses y franceses se vieron las caras.
John Moore intentó cubrir el embarque de sus hombres luchando en tierra con infantería ligera y aguantando el tipo en primera línea de fuego. Su heroicidad le valió recibir un balazo de cañón por cuyas consecuencias murió la tarde de aquel mismo 16 de enero. Es decir, que John Moore quedó como un héroe en España porque luchó como un jabato contra Napoleón, pero también fue un héroe en Inglaterra porque su estrategia permitió salvar la vida de la mayor parte de sus hombres.
E igualmente fue un héroe para los franceses, porque el general Soult, cuando supo que su enemigo Moore había muerto en plena batalla cubriendo la retirada de sus soldados, ordenó que se le construyera un sepulcro de honor en la ciudad y que fuera enterrado con todos los empaques militares. Y allí sigue Moore, en el parque de San Carlos de Coruña, Corunna o Corogne.