El 12 de febrero de 1932 fue un buen día en Francia, pero lo fue sólo un rato. Aquel día, por fin, después de muchos años de lucha, la Asamblea Nacional francesa aprobaba el voto femenino… se aceptaba el sufragio universal. Pero el triunfo duró menos que un globo de cumpleaños, porque luego llegó el Senado y dijo que qué era eso de que las mujeres votaran, así que tiró la ley a la basura.. ¿Dónde está la maldita gracia de la efeméride? En que las francesas fueron las primeras en empezar a luchar por el sufragio universal y acabaron siendo de las últimas en conseguirlo.
La primera lucha del mundo por el voto femenino precisamente comenzó en plena Revolución francesa, en 1789. Porque mucha liberté, mucha egalité y mucha fraternité, pero sólo para los señores. Comenzaron las primeras protestas, argumentando que si las mujeres podían ser guillotinadas por sus actividades políticas, no tenía sentido que no pudieran votar. Ni caso.
De hecho, la principal sufragista de aquella época, llamada Olimpia de Gouges, murió guillotinada por decir tonterías. Luego llegó Napoleón y su código civil, donde dejó muy clarito que el hogar era el ámbito exclusivo de la actuación femenina. Fuera de él, las mujeres sólo podían pasear palmito, a ser posible, empujando el carrito de un bebé.
Las sufragistas francesas tampoco tuvieron mucho apoyo del exterior. Por referir sólo un caso, el poeta, periodista y diplomático nicaragüense Rubén Darío, después de una gira por Francia, dejó escrita su opinión sobre las sufragistas. Escribió el diplomático: «Tengo a la vista unas cuantas fotografías de esas políticas. Como lo podréis adivinar, todas son feas y la mayor parte más que jamonas. Estos marimachos merecen el escarmiento».
Las francesas no consiguieron su derecho a votar hasta 1945, después de la Segunda Guerra Mundial. Hasta las españolas pudieron votar antes que ellas, lo que pasa es que luego Franco llegó con las rebajas y volvió a impedirlo, aunque bien es cierto que iban en el mismo saco hombres y mujeres. Pero la verdad es que daba igual. Total, no había nada que votar.