III

(…) Ma io perché venirvi? O chi’l concede? Io non Enea, io non Paulo sono: me degno a ciò né io né altri’l crede. Per che, se del venire io m’abbandono, temo che la venuta non sia folie. Se’ savio; intendi me’ ch’i’ non ragiono.

(…) Pero yo, ¿por qué he de ir? ¿Quién me lo permite? Yo no soy Eneas ni San Pablo; ante nadie, ni ante mí mismo, me creo digno de tal honor, porque si me lanzo a tal empresa, temo por mi loco empeño. Puesto que eres sabio, comprenderás las razones que me callo.

Dante Alighieri «Infierno» II, 31 - 36