Notas

[P_i] [Nota de los traductores] Aunque en español la sinonimia entre estas tres voces no se dé realmente en la práctica corriente, se han traducido de este modo las equivalencias terminológicas en función del vocabulario que hoy se acepta en castellano en la esfera de las ciencias estadísticas y matemáticas. <<

[1.1] La muerte de Bayes y el perfil de su persona se hallan lastrados por dos errores muy difundidos. En primer lugar, Bayes falleció el día 7 de abril del año 1761, según las actas de defunción que constan en el cementerio en el que fue enterrado así como en otros de los documentos que han logrado reunir Andrew Dale y David Bellhouse, los biógrafos de Bayes. Thomas Bayes recibiría sepultura el 15 de abril, y con mucha frecuencia se ha confundido esta fecha con la de su muerte. Es posible que el deteriorado estado en que se encuentra su panteón haya contribuido a crear ese malentendido.

En segundo lugar, sabemos con una seguridad prácticamente total que el retrato de Bayes que con tanta frecuencia suele reproducirse es el de otra persona llamada «T. Bayes». El grabado con su imagen se publicó por primera vez en el año 1936, en la History of Life Insurance in its Formative Years de Terence O’Donnell. No obstante, el pie de foto que aparece junto a la lámina de la página 335, donde figura su efigie, señala que el busto dibujado pertenece al «Reverendo T. Bayes, autor del perfeccionamiento del Método Columnar desarrollado por Barrett», y lo cierto es que Barrett no vendría a poner a punto el susodicho método sino en el año 1810, esto es, medio siglo después del fallecimiento de «nuestro» Reverendo Thomas Bayes.

David Bellhouse sería el primero en percatarse, en su obra del año 2004, de que el corte de pelo de la persona que aparece en el retrato resulta anacrónico. Sharon North, conservadora de la sección de Vestimenta y Moda del londinense Museo de Victoria y Alberto, concuerda con este parecer: «El peinado que puede observarse en esta representación tiene un aspecto muy parecido a los del siglo XX […]. Las vestimentas clericales siempre plantean dificultades [de datación], dado que las sotanas y los rabats (o golillas del cuello) cambian muy poco con el paso de los años. No obstante, yo diría que el peinado del hombre dibujado en la imagen […] no se corresponde en modo alguno con la moda que imperaba en la década de 1750». Teniendo en cuenta que se trata de un retrato, lo lógico es que llevara puesta una peluca. Los clérigos solían emplear una variante de la peluca de pelo corto (a la que terminaría conociéndose justamente con el nombre de «peluca clerical»), caracterizada por estar hecha con cabello equino muy cardado y empolvado de blanco. <<

[1.2] Dale (1999), p. 15. <<

[1.3] Todas las citas de Bayle y Price proceden de su ensayo. <<

[2.1] Para los detalles relacionados con la peripecia personal de Laplace me he basado en Hahn (2004, 2005). En el año 1925, al quedar destruido por un incendio el domicilio de uno de los descendientes del eminente matemático francés, se pensó que se habían perdido todos los documentos asociados con la vida de Laplace. No obstante, Hahn lograría localizar con gran esfuerzo un gran número de documentos originales que no sólo vendrían a revelar nuevos hechos sino que también contribuirían a corregir los anteriores supuestos relacionados con la biografía y la obra de Laplace. <<

[2.2] «…la curiosidad casi vertiginosa [de la época]» es precisamente la frase que emplea originalmente Daniel Roche en su ya clásica obra titulada France in the Enlightenment. <<

[2.3] Voltaire, op. cit., pág. 24. <<

[2.4] Koda y Bolton, op. cit., pág. 21. <<

[2.5] Stigler (1978), op. cit., págs. 234-235. <<

[2.6] Véase Laplace (1774), Œuvres Complètes de Laplace, volumen 8, pág. 27; junto con Laplace (1783/1786), Œuvres Complètes, volumen 11, pág. 37, y Stigler (1986), op. cit., pág. 359. <<

[2.7] Laplace (1776), pág. 113. La traducción inglesa pertenece a Hahn y se encuentra en la obra de Lindberg, D. C. y Numbers R. L. (comps.), titulada God and Nature: Historical Essays on the Encounter between Christianity and Science, 1986, págs. 268-270. <<

[2.8] Laplace (1783), Œuvres Complètes, volumen 10, pág. 301. <<

[2.9] La cita es de Laplace y se encuentra en la traducción de Dale (1994), op. cit., pág. 120, en la sección titulada «Historical note on the probability calculus». <<

[2.10] Gillispie (1997), op. cit., pág. 23. <<

[2.11] Laplace (1782-1785), Œuvres Complètes, volumen 10, págs. 209340. <<

[2.12] Véase Laplace (1778-1781), Œuvres Complètes, volumen 9, pág. 429 y (1783/1786), Œuvres Complètes, volumen 10, pág. 319. <<

[2.13] Laplace (1778-1781), Œuvres Complètes, volumen 9, pág. 429. <<

[2.14] «…resulta fácil de comprender, fácil de ampliar y fácil de aplicar, luego es obvio que…»: la cita pertenece a Laplace (1778/1781), Œuvres Complètes, volumen 9, págs. 383-485. El estudiante en cuestión era Jean-Baptiste Biot. <<

[2.15] Stigler (1986), op. cit., pág. 135. <<

[2.16] Gillispie (1997), op. cit., pág. 81. <<

[2.17] Laplace (1783/1786), Œuvres Complètes, volumen 10, págs. 295-338. <<

[2.18] Véase Hald (1998), op. cit., pág. 236; y para un examen más detallado relacionado con los estudios demográficos de Laplace, véanse también las páginas 230 a 245. <<

[2.19] La cita es de Laplace y se encuentra en su Philosophical Essay on Probabilities, op. cit., traducción inglesa de Dale, pág. 77. <<

[2.20] Hahn (2004), op. cit., pág. 104. <<

[2.21] Sir William Herschel redactaría en su diario un informe de primera mano sobre el particular. Véase Dreyer, op. cit., volumen I, pág. lxii, y Hahn, «Laplace and the vanishing role of God in the physical universe», en The Analytic Spirit, Harry Woolf (comp.), 1981, págs. 85-95. <<

[2.22] Laplace. Cita tomada de su Exposition du Système du Monde, en Crosland, The Society of Arcueil; A View of French Science at the Time of Napoleon I, 1967, pág. 90. <<

[2.23] Declaraciones de Glenn Shafer en una entrevista. <<

[2.24] Véase Laplace, Essai Philosophique, traducción inglesa de Hahn (2005), op. cit., pág. 189; también puede encontrarse en Dale (1995), op. cit., pág. 124. <<

[3.1] Clerke, op. cit., págs. 200-203. <<

[3.2] Bell, op. cit., págs. ix y 172-182. <<

[3.3] David, op. cit., pág. 30. <<

[3.4] Gillispie (1997), op. cit., págs. 67, 276-277. <<

[3.5] Pearson (1929), op. cit., pág. 208. <<

[3.6] Porter (1986), op. cit., pág. 36. <<

[3.7] La cita de John Stuart Mill aparece en Gigerenzer et al., (1989), op. cit., pág. 33. <<

[3.8] Cita tomada de Dale (1998), op. cit., pág. 261. <<

[3.9] Esta cita de George Chrystal se encuentra en Hald (1998), op. cit., pág. 275. <<

[3.10] Véase Le procès Dreyfus, volumen 3, pág. 237-231. <<

[3.i] [Nota de los traductores] También denominada «Casa de Morgan»: éste era el nombre con el que se conocía coloquialmente al característico edificio que poseía la banca de inversiones J. P. Morgan y Compañía en el 23 de Wall Street, en Nueva York. <<

[3.11] Esta cita de Edward C. Molina se encuentra en Bailey (1950), op. cit., págs. 95-96. <<

[3.12] Véase Rubinow (1914), op. cit., pág. 13. <<

[3.13] Véase Rubinow (1917), op. cit., pág. 35. <<

[3.14] Rubinow (1914-1915), op. cit., pág. 14. <<

[3.15] Rubinow (1917), pág. 42. <<

[3.16] Rubinow (1914-1915), pág. 14. <<

[3.17] Comentario anónimo que figura en Pruitt (1964), op. cit., pág. 151. <<

[3.18] Véase Whitney (1918), op. cit., pág. 287. <<

[3.19] Pruitt, pág. 169. <<

[3.20] Ibíd., pág. 170. <<

[3.21] Ibíd. <<

[3.22] Esta cita de Pearson se encuentra en MacKenzie (1981), op. cit., pág. 204. <<

[3.23] Las palabras de J. L. Coolidge figuran en Hald (1998), op. cit., pág. 163. <<

[3.24] Kruskal, op. cit., pág. 1026. <<

[3.25] Savage (1976), op. cit., págs. 445-446. <<

[3.26] La cita es de Leonard Darwin, y puede verse en MacKenzie (1981), op. cit., pág. 19. <<

[3.27] El comentario de Fisher aparece en Box (2006), op. cit., pág. 127. <<

[3.28] Fisher (1925), op. cit., pág. 1. <<

[3.29] Kruskal, pág. 1026. <<

[3.30] Ibíd., pág. 1029. <<

[3.31] Afirmación de Fisher que se encuentra en Breakthroughs in Statistics I, N. L. Johnson y S. Kotz, 1957, pág. 13. <<

[3.32] Manifestación de Fisher en Gill, op. cit., pág. 122. <<

[3.33] Véase Fisher (1925), op. cit., págs. 9-11. <<

[3.34] Hald (1998), op. cit., pág. 733. <<

[3.35] Savage (1976), op. cit., pág. 446. <<

[3.36] Cita de E. Pearson tomada de Reid, op. cit., págs. 55-56. <<

[3.37] Perks, pág. 286. <<

[3.ii] [Nota de los traductores] Se trata de un tipo de matriz de n x n elementos cuyas casillas están ocupadas de manera que cada uno de los n símbolos figure una vez, y una sola, en cada columna y en cada fila. <<

[3.38] Estas declaraciones de Fisher aparecen en Neyman, J., «Statistical problems in agricultural experiment. With discussion», Supplement to the JRSS (Supl.), 2: 2, 1934, págs. 154-157. <<

[3.39] Esta frase la habría pronunciado Tukey, según me indica Brillinger en un correo electrónico. <<

[3.40] Véase la siguiente dirección electrónica: aip.org/history/curie/scandal. El último acceso se realizó el 18 de abril de 2006. <<

[3.41] De Finetti (1972). <<

[3.42] Según una carta enviada por Lindley a la autora. <<

[3.43] El comentario es de Essen-Möller, y aparece en Kaye (2004), op. cit. <<

[3.44] Huzurbazar, op. cit., pág. 19. <<

[3.45] Lindley (1983), op. cit., pág. 14. <<

[3.46] Howie, pág. 126. <<

[3.47] Ibíd., pág. 210. <<

[3.48] Jeffreys (1939), op. cit., pág. 99. <<

[3.49] Lindley (1991), op. cit., pág. 11. <<

[3.50] Ibíd., pág. 391. <<

[3.51] Jeffreys (1938), op. cit., pág. 718. <<

[3.52] Jeffreys (1939), op. cit., pág. v. <<

[3.53] Goodman (2005), op. cit., pág. 284. <<

[3.54] Howie, pág. 165. <<

[3.55] Box (1978), op. cit., pág. 441. <<

[3.56] Lindley (1986a), op. cit., pág. 43. <<

[3.57] Jeffreys (1961), op. cit., pág. 432. <<

[3.58] Lindley (1983), op. cit., pág. 8. <<

[3.59] Lindley (1991), op. cit., pág. 10. <<

[4.1] Churchill, op. cit., pág. 598. <<

[4.i] [Nota de los traductores] Valdría decir «ataques relámpago». <<

[4.2] Esta afirmación de Peter Twinn se encuentra en Copeland (2006), op. cit., pág. 567. <<

[4.3] Atkinson y Feinberg, op. cit., pág. 36. <<

[4.4] D. G. Kendall en ibíd., pág. 48. <<

[4.5] Así se expresa Alastair Denniston en Copeland (2006), op. cit., pág. 57 y (2004), pág. 219. <<

[4.6] El comentario es de Patrick Mahon y se encuentra en Copeland (2004), pág. 271. <<

[4.7] Ibíd., pág. 279. <<

[4.8] Opinión de Max Newman, tomada de Gandy y Yates (2001), op. cit., pág. 7. <<

[4.9] Copeland (2006), op. cit., pág. 379. <<

[4.10] Copeland (2004), pág. 258. <<

[4.11] Copeland (2006), pág. 379. <<

[4.12] Copeland (2004), pág. 281. <<

[4.13] Good (1979), op. cit., pág. 394. <<

[4.14] Este párrafo le ha sido confiado a la autora por una persona que prefiere guardar el anonimato. <<

[4.ii] [Nota de los traductores] La denominación corresponde a las siglas inglesas del Women’s Royal Naval Service, al que los soldados denominan amistosamente «Wrens» (que es, entre otras cosas, el nombre de un ave). <<

[4.15] Britton, op. cit., pág. 214. <<

[4.16] Véase Hinsley y Stripp, op. cit., pág. 155. <<

[4.17] Datos tomados de la entrevista realizada a I. J. «Jack» Good. <<

[4.18] Información obtenida del borrador de un capítulo que prepara Michie y de la entrevista con Good. <<

[4.19] Copeland (2004), pág. 279. <<

[4.20] Ibíd., págs. 287-288. <<

[4.21] Ibíd., pág. 292. <<

[4.22] Ibíd., pág. 289. <<

[4.23] Ibíd., pág. 260. <<

[4.24] Para mayor información sobre el conjunto del episodio relacionado con la carta, véase ibíd., págs. 336-337. <<

[4.25] Shiryaev (1991), op. cit., pág. 313. <<

[4.26] Id. loc. <<

[4.27] Kolmogórov (1942), op. cit. <<

[4.28] Arnold. <<

[4.29] Copeland (2006), pág. 383. <<

[4.30] Copeland (2006), págs. 380-382. <<

[4.31] Turing (1942). <<

[4.iii] [Nota de los traductores] El comentario se debe posiblemente a la sonoridad de las voces sig, similar a sigh, suspirar, y Saly, que recuerda a «Sally», el diminutivo cariñoso de Sarah, Sandra y otros nombres femeninos ingleses. No obstante, el origen del término es perfectamente técnico, ya que el prefijo «SIG» se empleaba comúnmente para denominar a la División de Señales del Ejército estadounidense, conocido como Army Signal Corps. <<

[4.32] Son manifestaciones de Shannon que pueden encontrarse em Kahn (1967), op. cit., pág. 744. <<

[4.33] Véase Waddington, pág. 27. <<

[4.34] Koopman (1946), op. cit., pág. 771. <<

[4.35] Koopman (1980), op. cit., pág. 17. <<

[4.36] Ibíd., pág. 18. <<

[4.37] Ibíd., págs. 60-61. <<

[4.38] Andresen, op. cit., págs. 82-83. <<

[4.39] Copeland (2006), págs. 80-81. <<

[4.40] Información proporcionada por Michie en Copeland (2006), pág. 380. <<

[4.41] Ibíd., pág. 244. <<

[4.42] Datos sacados de una carta de Edward H. Simpson dirigida a la autora. <<

[4.43] Ibíd. <<

[4.44] Declaraciones de Good en Britton, op. cit., pág. 221. <<

[4.iv] [Nota de los traductores] Conocido con el nombre de ENIAC (Electronic Numerical Integrator and Computer), este aparato lleva fama de ser la primera computadora electrónica de aplicación genérica. Se trataba de un ordenador digital que, basado en los sistemas de Turing, tenía la posibilidad de ser reprogramado a fin de resolver una amplia gama de problemas de cálculo. La máquina, dada a conocer en el año 1946, fue diseñada por el Laboratorio de Investigación Balística del Ejército de Estados Unidos, país que de este modo se rodeaba de una inmerecida aureola de pionero de la informática. <<

[4.45] Véase Hodges (2000), op. cit., pág. 290. <<

[4.46] Según una carta enviada a la autora por Dennis Lindley. <<

[4.47] Hilton, op. cit., pág. 7. <<

[5.1] Información procedente de la entrevista efectuada a Good. <<

[5.2] Véase Sampson et al., op. cit., pág. 135. <<

[5.3] Comentarios obtenidos en la entrevista realizada a John W. Pratt. <<

[5.4] Perks, op. cit., pág. 286. <<

[5.5] DeGroot (1986a), op. cit., págs. 40-53. <<

[5.6] Véase Johnson N. L. y Kotz S. (comps.), Breakthroughs in Statistics, volumen I, pág. xxxviii. <<

[5.7] Comentario anónimo citado en Reid, pág. 273. <<

[6.1] He logrado obtener estos detalles biográficos gracias a distintas entrevistas realizadas a su hijo y a su nuera, Robert A. y Shirley Bailey, así como a través de la correspondencia mantenida con ellos. <<

[6.2] Véase Bailey (1942, 1943), op. cit., págs. 31-32. <<

[6.3] Hewitt (1969), pág. 80. <<

[6.4] Bailey (1950), op. cit., pág. 7. <<

[6.5] Ibíd., págs. 31-32. <<

[6.6] Ibíd., págs. 7-9. <<

[6.7] Pruitt, op. cit., pág. 165. <<

[6.i] [Nota de los traductores] Evangelio según san Marcos, IX, 22-23, en Biblia de Jerusalén, traducción de Pedro Núñez, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1976. <<

[6.8] Bailey (1950), pág. 8. <<

[6.9] Actas de la Sociedad Actuarial de Compañías Aseguradoras de Accidentes Laborales, n.º 37, págs. 94-115. <<

[6.10] El episodio de L. H. Longley-Cook se encuentra en Carr, op. cit., págs. 241-243. <<

[6.11] Información procedente de una entrevista con Charles C. Hewitt, hijo. <<

[6.12] Este comentario se encuentra en una carta dirigida por Hans Bühlmann a la autora. <<

[7.1] Véase Stephan et al., op. cit., pág. 953. <<

[7.2] Entrevista con Good. <<

[7.3] Reid, op. cit., pág. 216. <<

[7.4] Fisher (1958), op. cit., pág. 274. <<

[7.5] Reid, pág. 256. <<

[7.6] Ibíd., pág. 226. <<

[7.7] Ibíd., pág. 274. <<

[7.i] [Nota de los traductores] Para los que alcancen a recordarlo (o los que quieran buscarlo en Internet), las tiras cómicas de Rube Goldberg a las que se refiere la autora tendrían en nuestro país un equivalente idéntico en los llamados «Grandes Inventos del TBO». <<

[7.8] Estas opiniones de Good pueden verse en Johnson N. L. y Kotz S. (comps.), op. cit., volumen I, pág. 380. <<

[7.9] Véase Fienberg (2006), op. cit., pág. 19. <<

[7.10] Así se expresa Lindley en Smith (1995), op. cit., pág. 312. <<

[7.11] Éste es el parecer de Donald Michie, cita tomada de Copeland (2006), op. cit., pág. 240. <<

[7.12] Entrevista con Stephen Fienberg. <<

[7.13] Entrevista con George E. P. Box. <<

[7.14] Smith (1995), pág. 308. <<

[7.15] Sampson (1999), op. cit., págs. 126-127. <<

[7.16] Ibíd., pág. 128. <<

[7.17] Véase Johnson, N. L. y Kotz, S. (comps.), op. cit., volumen I, pág. 520. <<

[7.18] Lindley (1989), op. cit., pág. 14. <<

[7.19] Savage (1956). <<

[7.20] La frase es de Lindley, y se encuentra en Erickson, op. cit., pág. 49. <<

[7.21] Según las manifestaciones de Savage en Fienberg (2006), op. cit., págs. 16-19. <<

[7.22] Véase Schrödinger, op. cit., pág. 704. <<

[7.23] Éste es el parecer de Savage en Erickson, pág. 297. <<

[7.24] Según una entrevista realizada por la autora a David Spiegelhalter. <<

[7.25] Entrevista a Robert E. Kass. <<

[7.26] Comentario anónimo. <<

[7.27] Véase Maurice G. Kendall, op. cit., pág. 185. <<

[7.28] Es la opinión de Kruskal, y puede consultarse en el texto de Internet de Brooks titulado «Tales of Statisticians: Frederick Mosteller»: www.UMass.edu/wsp/statistics/tales/mosteller.html. <<

[7.29] Son manifestaciones realizadas por Savage, según el comentario que realiza Lindley en una carta enviada a la autora. <<

[7.ii] [Nota de los traductores] «Cómo especular con los juegos de azar si no le queda más remedio». <<

[7.30] Rivett. <<

[7.31] Carta de Lindley a la autora. <<

[7.32] Véase Smith (1995), op. cit., pág. 312. <<

[7.33] Carta de Lindley a la autora. <<

[8.1] Información procedente de la entrevista realizada a Marvin Hoffenberg. <<

[8.2] Ibíd. <<

[8.3] Cornfield (1975), op. cit., pág. 14. <<

[8.4] Véase el Memorial Symposium, n.º 55. <<

[8.5] Gail, op. cit., pág. 9. <<

[8.6] Ibíd. <<

[8.7] Gail, pág. 10. <<

[8.8] Relatos sacados del Memorial Symposium, n.os 52 y 56. <<

[8.9] Véase Cornfield (1962), op. cit., pág. 58. <<

[8.10] Gail, pág. 5. <<

[8.11] Cornfield (1967), op. cit., pág. 41. <<

[8.12] Cornfield (1975), op. cit., págs. 9-11. <<

[8.13] Memorial Symposium, n.º 52. <<

[8.14] Datos sacados de una entrevista con Ellen Cornfield. <<

[9.1] Véase Jardini, op. cit., pág. 119. <<

[9.2] Harken. <<

[9.3] Información obtenida tras la entrevista realizada a Albert Madansky. <<

[9.4] Iklé (1958), op. cit., pág. 3. <<

[9.5] Ibíd., pág. 73. <<

[9.6] Ibíd., págs. 8 y 114. <<

[9.7] Iklé (1958), op. cit., pág. 74. <<

[9.8] Datos conseguidos en una entrevista con Albert Madansky. <<

[9.9] Véase Lindley (1985), op. cit., pág. 104. <<

[9.10] Información obtenida tras la entrevista mantenida con Albert Madansky. <<

[9.11] Ibíd. <<

[9.12] Ibíd. <<

[9.13] Iklé (1958), op. cit., pág. 54. <<

[9.14] Ibíd., págs. 53-54. <<

[9.15] Datos conseguidos en la entrevista mantenida con Albert Madansky. <<

[9.i] [Nota de los traductores] «Sobre el riesgo de una detonación nuclear accidental o no autorizada. Proyecto de la Corporación RAND de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos n.o RM2251». <<

[9.ii] [Nota de los traductores] El autor se refiere al llamado «incidente de Palomares», ocurrido en la pequeña población almeriense de ese nombre el 17 de enero del año 1966. La noticia, que causó obviamente un gran revuelo en la prensa internacional, se produjo al «perder» la Fuerza Aérea estadounidense un bombardero estratégico y las cuatro bombas termonucleares que transportaba, cayendo tres de ellas en tierra y una en el mar. El explosivo convencional estalló y se produjo una nube de partículas de elementos transuránicos, aunque las autoridades, tanto españolas como estadounidenses, negaron entonces toda contaminación radiactiva. Los detalles del suceso aparecen referidos más adelante, en la página 342 y siguientes. <<

[9.16] Iklé (1958), op. cit., pág. 153. <<

[9.17] Iklé (2006), op. cit., págs. 46-47. <<

[9.18] Ibíd. <<

[9.19] Ibíd. <<

[10.1] Véase Good (1971), op. cit., págs. 62-63. <<

[10.i] [Nota de los traductores] Hay aquí un juego de palabras, ya que el término «posterior» remite en inglés tanto a las probabilidades a posteriori características del análisis bayesiano como a nuestro castizo «trasero». Aunque el diccionario de María Moliner admita esa acepción para la palabra española «posterior», lo cierto es que parece haber caído en desuso. <<

[10.2] Esta información procede de una entrevista con Glenn Shafer. <<

[10.3] Datos sacados de una carta enviada por Lindley a la autora. <<

[10.4] Datos recabados por medio de la entrevista realizada a Box. <<

[10.5] Ibíd. <<

[10.6] El comentario procede tanto de la obra publicada por Efron en el año 1977 como de la información obtenida en una entrevista mantenida con dicho autor. <<

[10.7] Según la entrevista realizada a Box. <<

[10.8] Box (2006), op. cit., págs. 555-556. <<

[10.9] Bross (1962), op. cit., págs. 309-310. <<

[10.10] Savage (1962), op. cit., pág. 307. <<

[10.11] Ericson (1981), op. cit., pág. 299. <<

[10.12] La información procede de la entrevista mantenida con Box. <<

[10.13] «…algo que a mi juicio suponía un error tan fundamental […]. Fisher se enfureció conmigo […] yo no comprendí […] la auténtica magnitud de su enfado […] tenía motivos para mostrarse algo disgustado […]. La ira de Fisher va a cernirse amenazadoramente sobre nuestras cabezas». Comentario dirigido por Lindley a Smith en su obra del año 1995, op. cit., págs. 310-311. <<

[10.14] Véase Bennett, pág. 36. <<

[10.15] Smith (1995), op. cit., pág. 311. <<

[10.16] Información obtenida tras la entrevista realizada a Box. <<

[10.17] Ibíd. <<

[10.18] Datos sacados de la entrevista mantenida con Homer Warner. <<

[10.19] Véase Leahy (1960), op. cit., pág. 50. <<

[10.20] Tribe (1971a), op. cit., pág. 1376. <<

[11.1] Fienberg (1990), op. cit., pág. 206. <<

[11.2] Información obtenida tras una entrevista mantenida con Schleifer. <<

[11.3] El comentario procede de una entrevista realizada a Pratt. <<

[11.i] [Nota de los traductores] Sociedad honorífica del mundo académico estadounidense. Constituida en el año 1776 con el objetivo de «honrar y promover la excelencia», sus iniciales corresponden al lema griego Philosophia Biou Kybernētēs, es decir, «El amor al saber es la guía de la vida». <<

[11.4] Véase Pratt, Raiffa y Schlaifer, Introduction to Statistical Decision Theory, 1965, op. cit., 1.1. <<

[11.5] Datos procedentes de una carta de Savage contenida en su obra del año 1956, op. cit. <<

[11.6] Carta de Schlaifer fechada el 22 de agosto del año 1956. <<

[11.7] Véase el «Memorial Service» del año 1994. <<

[11.8] Información obtenida tras una entrevista mantenida con Arthur Schleifer. <<

[11.ii] [Nota de los traductores] Literalmente «Liga de la hiedra». Con este nombre se conoce a un grupo de ocho universidades privadas del noreste de los Estados Unidos —entre las cuales se encuentran las más antiguas del país, fundadas por los británicos antes de la independencia (de hecho, la alusión a la hiedra apunta a la que crece en los muros de estos centros, símbolo de su antigüedad)—. La Ivy League es sinónimo de excelencia, dado que las instituciones que la integran se cuentan entre las mejores del mundo. <<

[11.9] Cita de Raiffa tomada de Fienberg (2008), op. cit., pág. 137. <<

[11.10] Ibíd., pág. 138. <<

[11.11] Ibíd., pág. 139. <<

[11.iii] [Nota de los traductores] O Hilda Geiringer (1893-1973), pues ése era su apellido de soltera, esto es, antes de contraer matrimonio con el físico austrohúngaro Richard Edler von Mises. <<

[11.12] Ibíd., pág. 141. <<

[11.13] Véase Fienberg (2006), op. cit., pág. 10. <<

[11.14] Raiffa (1968), op. cit., pág. 283. <<

[11.iv] [Nota de los traductores] Es decir, prohibida. <<

[11.15] Información obtenida tras la entrevista realizada a Raiffa. <<

[11.16] Raiffa (2006), op. cit., pág. 32. <<

[11.17] Véase Fienberg (2008), op. cit., pág. 10. <<

[11.18] Datos procedentes de la entrevista mantenida con Raiffa. <<

[11.19] «Memorial Service», op. cit. <<

[11.20] Fienberg (2008), op. cit., pág. 142. <<

[11.21] Pratt, «Memorial Service». <<

[11.22] «Memorial Service». <<

[11.23] Información conseguida en una entrevista con Arthur Schleifer. <<

[11.24] Ibíd. <<

[11.25] Ibíd. <<

[11.26] Véase Fienberg (2006), op. cit., pág. 18. <<

[11.27] Raiffa (2006), op. cit., págs. 48, 51. <<

[11.28] Entrevista con Raiffa. <<

[11.29] De acuerdo con los datos de la entrevista concedida por Schleifer. <<

[11.v] [Nota de los traductores] Poderosa empresa estadounidense que se dedica principalmente a la industria química y ha desarrollado distintos materiales, algunos de ellos muy conocidos, como el neopreno, el nylon, el plexiglás, el teflón o el kevlar. <<

[11.30] Véase Raiffa, «Memorial Service», op. cit. <<

[11.31] Raiffa (1968), op. cit. <<

[11.32] Así lo manifiesta Lindley en Smith (1995), op. cit., pág. 312. <<

[11.vi] [Nota de los traductores] Es decir, «lobreguez», «oscuridad», «tinieblas». <<

[11.33] McGinnis. <<

[11.34] Raiffa y Pratt (1995), op. cit. <<

[12.1] La mayor parte de las citas del texto de Mosteller y Wallace que aparecen en este capítulo proceden de su principal obra —la cual sería publicada, con títulos diferentes, tanto en 1964 como en 1984—. Se señalarán debidamente los comentarios que supongan una excepción a lo anterior. <<

[12.2] Información conseguida en la entrevista realizada a David L. Wallace. <<

[12.3] Véase Fienberg et al., pág. 147. <<

[12.4] Ibíd., pág. 192. <<

[12.i] [Nota de los traductores] Hay aquí un juego de palabras intraducible rebosante de socarronería. La frase original dice lo siguiente: «I am in a lonely hotel room, surrounded by whiches» (la cursiva es nuestra). Lo que Mosteller pretende hacer es ver que el alumno ha saturado sus frases de whiches (plural jocoso del pronombre relativo which que se presta a confusión fonética con witches, es decir, «brujas»). De este modo, el abuso de oraciones subordinadas introducidas por which permite a Mosteller sugerir la imagen de una persona en peligro: sola y rodeada de seres malévolos que son a la vez «brujas» y «errores sintácticos». La gracia de la frase se ve reforzada por el hecho de que podría corresponder al arranque de cualquier cuento de terror… <<

[12.5] Petrosino. <<

[12.6] Kolata, op. cit., pág. 397. <<

[12.7] Véase DeGroot (1986c), op. cit., pág. 322. <<

[12.8] Albers et al., (1990), op. cit., pág. 256-257. <<

[12.9] Kolata, pág. 398. <<

[12.10] Información obtenida tras la entrevista realizada a Robert E. Kass. <<

[13.1] Bamford, op. cit., págs. 430-431. La autora ha publicado los datos relativos a esta controversia en el Times de Trenton, Nueva Jersey. <<

[13.2] Datos derivados tanto de una entrevista mantenida con Stephen Fienberg como de la información transmitida por correo electrónico. <<

[13.3] Así se expresa Brillinger en su obra de 2002a, op. cit., pág. 1549. <<

[13.4] Anscombe, op. cit., pág. 296. <<

[13.5] Cita de Wheeler tomada de Brillinger (2002b), op. cit., pág. 193. <<

[13.6] Los distintos fragmentos que componen la semblanza de Tukey emanan tanto del texto de Anscombe, «Quiet contributor», op. cit., pág. 289, como de la información obtenida en la entrevista realizada a Bradford Murphy y del artículo de McCullagh, «John Wilder Tukey», publicado en las Biographical Memoirs of the Fellows of the Royal Society of London, op. cit., pág. 541. <<

[13.7] La cita —de Elizabeth y John W. Tukey— puede encontrarse en Brillinger (2002a), op. cit., págs. 1561-1562. <<

[13.i] [Nota de los traductores] La región de Nueva Inglaterra fue el lugar de asentamiento de las primeras colonias inglesas, ya que en ella se instalarían los Padres fundadores, o Peregrinos, y más tarde los puritanos, decididos, respectivamente, a fundar en Norteamérica una «Nueva Jerusalén» y un espacio de libertad en el que practicar estrictamente su religión. Esto ha dado lugar, en la cultura estadounidense, a una cierta idea popular de que los habitantes de esa zona poseen un «temple» especial. Entre los New Englanders más destacados, cabe citar a Ralph Waldo Emerson, Henry David Thoreau, Nathaniel Hawthorne o Henry Wadsworth Longfellow, por ejemplo. <<

[13.8] John Chambers, Laboratorios Bell. <<

[13.9] Ibíd. <<

[13.10] John W. Tukey (1962), op. cit., págs. 5 y 7. <<

[13.11] Véase Johnson, N. L. y Kotz, S. (comps.), Breakthroughs in Statistics, volumen II, pág. 449. <<

[13.12] Anscombe, op. cit., pág. 294. <<

[13.13] Bell Labs News (1985), n.º 25, pág. 18, y Brillinger (2002a), op. cit., pág. 1556. <<

[13.ii] [Nota de los traductores] Fecha del enfrentamiento en las urnas entre el demócrata Woodrow Wilson y el republicano Charles E. Hughes, saldado con el triunfo del primero, aunque por escaso margen. <<

[13.iii] [Nota de los traductores] Véase la nota de traducción de la página 160. <<

[13.14] Cita de Tukey tomada de Brillinger (2002a), op. cit., pág. 1561. <<

[13.15] Información obtenida tras la entrevista realizada a Wallace. <<

[13.16] Fienberg (2006), op. cit., pág. 24. <<

[13.17] Véase Wainer, op. cit., pág. 285, así como Anscombe, op. cit., pág. 290, y los datos recabados en la entrevista mantenida con Wallace. <<

[13.18] Información obtenida tras las entrevistas concedidas por George E. P. Box y Edgar Gilbert a la autora. Véase también, respectivamente, McCullagh, op. cit., págs. 544 y 554, junto con los datos recabados tras la entrevista realizada a Pratt. <<

[13.19] Cita de un párrafo presente en Tukey (1967) y tomada de Lyle V. Jones (comp.), The Collected Works of John W. Tukey, 1986, op. cit., volumen IV, pág. 589. <<

[13.20] Citas de Tukey tomadas de Lyle V. Jones (comp.), The Collected Works of John W. Tukey, 1986, volumen III, pág. 108; volumen IV, op. cit., pág. xiv; volumen III, pág. 188; y volumen III, pág. 394, respectivamente. <<

[13.21] Véase Brillinger (2002a), op. cit., pág. 1561; junto con Lyle V. Jones (1986), volumen IV, op. cit., págs. 771-772; y Casella, op. cit., pág. 312, respectivamente. La cita que habla del «…natural, pero peligroso deseo de un enfoque unificado […] puede acabar embutiéndose en un único marco cuantitativo» se encuentra en Casella, op. cit., pág. 312. <<

[13.22] Véase Casella, pág. 332, y McCullagh, op. cit., pág. 547, respectivamente. <<

[13.23] Lyle V. Jones, volumen III, op. cit., pág. 277. <<

[13.iv] [Nota de los traductores] Variaciones fonéticas y morfológicas de safe cracking, frequency y analysis, respectivamente. La explicación de estas inversiones es notablemente técnica, pero en esencia parte del concepto de cepstrum (término en el que también se transponen las cuatro primeras letras de la voz spectrum), que es el resultado de tomar la transformada inversa de Fourier (de ahí el vuelco de letras) del logaritmo del espectro de una señal dada. En este ámbito, el estudio de la «frecuencia» o su «análisis» también invierten el orden de las sílabas con el mismo fin de señalar el uso de la mencionada transformada inversa. <<

[13.24] Éstas son las manifestaciones de Wallace, comunicadas en una entrevista concedida a la autora. <<

[13.25] Gnanadesikan. <<

[13.26] Véase Lyle V. Jones, volumen IV, op. cit., pág. 589. <<

[13.27] Información obtenida gracias a una entrevista con Brillinger. <<

[13.28] Anscombe, op. cit., pág. 300. <<

[13.29] Datos derivados de la entrevista con Wallace. <<

[13.30] Extremo comunicado por Brillinger en un correo electrónico enviado a la autora. <<

[13.31] Comentarios realizados por Wallace en la entrevista concedida a la autora. <<

[14.1] Esta información se encuentra en Lyle V. Jones, volumen IV, op. cit., pág. 686. Véase también Box y Tiao (1973), pág. 1. <<

[14.2] Estos datos proceden del texto de Bather, op. cit., págs. 346-347, y de la entrevista mantenida con Holmes, respectivamente. <<

[14.3] Tanto Diaconis como Lindley recordaban perfectamente este incidente en la entrevista que mantuve con ellos. <<

[14.4] Véase Efron (1978), op. cit., pág. 232. <<

[14.5] Así se lo comentaría Lindley a Smith en la obra que este último publicara en el año 1995, pág. 313. <<

[14.i] [Nota de los traductores] Denominado así en función de las siglas inglesas de «SuperSonic Transport». <<

[14.ii] [Nota de los traductores] Equivalente a nuestro «Nucleares, no gracias». <<

[14.6] Estos datos proceden de la entrevista mantenida con Apostalakis. <<

[15.1] Las citas de John Craven proceden —salvo indicación en contrario— de la entrevista mantenida con la autora. <<

[15.2] Craven redactaría el texto de The Silent War: The Cold War Battle Beneath the Sea a instancias de la armada, haciéndolo además en dos semanas y sin recurrir a ningún tipo de nota preparatoria. Si imprimió tanta celeridad a su trabajo fue para rebatir las tesis contenidas en un libro que había alcanzado una notable popularidad: el titulado Blind Man’s Bluff: The Untold Story of American Submarine Espionage, de Sontag y Drew, 1998. En su recién publicada obra, Craven manifestaba haber asistido a las conferencias de Raiffa, aunque más tarde me señalaría que lo más probable es que hubiera oído hablar de los trabajos de Raiffa a otros colegas del Instituto Tecnológico de Massachusetts. <<

[15.3] Wagner, 1988, op. cit. <<

[15.4] Ibíd., pág. 9. <<

[15.5] Las citas de Henry R. Richardson (apodado «Tony»), proceden de las varias entrevistas que tuvo a bien concederme este autor. <<

[15.6] Esta información procede de un correo electrónico enviado por el capitán Frank A. Andrews. <<

[15.7] Estos datos proceden de las entrevistas mantenidas con Richardson. <<

[15.8] Véase Lewis, op. cit., págs. 99-100, 133, 165 y 168. Por regla general se considera que el libro con el que esta autora ganó el premio Pulitzer constituye la mejor fuente disponible en Internet sobre este asunto. [Sharon Bertsch McGrayne alude en este pasaje a la estrofa de My Fair Lady que dice: «The rain in Spain stays mainly in the plain», y que los manifestantes transformaron, según la versión inglesa, en: «The bomb in Spain lies mainly in the drain». En la traducción española de esta comedia musical se dan dos variantes de este estribillo: el conocido «La lluvia en Sevilla es una pura maravilla» y «La lluvia en España bellos valles baña». Nuestra traducción del eslogan de los manifestantes es libre, ya que no se ha encontrado constancia del mismo. (N. de los t.).] <<

[15.9] Craven, op. cit., pág. 173. <<

[15.10] Véase Lewis, op. cit., págs. 206 y 208. <<

[15.11] Wagner, op. cit., pág. 10. <<

[15.12] Craven, págs. 205-207. <<

[15.i] [Nota de los traductores] Es claro que en este caso la voz blip tiene carácter onomatopéyico, aludiendo al sonido de las señales sonoras de posición de la nave hundida, pero el lector inglés verá aquí una sutil ironía, ya que en lenguaje coloquial blip significa también «accidente» o «problema». <<

[15.ii] [Nota de los traductores] Literalmente «un volcado de cerebro» (a brain dump), queriéndose decir con ello que le confió todo cuanto sabía. <<

[15.13] Stone (1975), op. cit., pág. 54. <<

[15.14] Craven, págs. 202-203. <<

[15.15] Véase Stone et al. (1999), op. cit., pág. ix. <<

[15.16] Obtuve esta información en el transcurso de una entrevista mantenida con Joseph H. Discenza. <<

[15.17] Stone (1999), op. cit., pág. ix y (1983), pág. 209. <<

[15.18] Ibíd., (1999), pág. ix. <<

[15.19] Información derivada de la entrevista realizada al vicealmirante John Nicholson, apodado «Nick». <<

[15.20] Datos derivados de la entrevista mantenida con Ray Hilborn. <<

[16.1] De acuerdo con la entrevista que me concedió A. Philip Dawid. <<

[16.2] Así puede leerse en Donald Owen (1976), op. cit., pág. 421. <<

[16.3] Véase Cooke, op. cit., pág. 20. <<

[16.4] Estos datos proceden de la entrevista mantenida con Jeffrey E. Harris. <<

[16.5] Información obtenida en una entrevista con Adrian Raftery. <<

[16.6] Raftery (1986), op. cit., pág. 145-46. <<

[16.7] Según una entrevista con Stuart Geman. <<

[16.8] Véase Shafer (1990), op. cit., pág. 440; y las manifestaciones que hace Diaconis en DeGroot (1986c), op. cit., pág. 334, respectivamente. <<

[16.9] Así lo afirmará Lindley, tanto en Diaconis y Holmes (1996), op. cit., pág. 5, como en una carta dirigida a la autora. <<

[16.10] Véase Adrian F. M. Smith (1984), op. cit., págs. 245 y 255. <<

[16.11] Estos datos proceden de la entrevista mantenida con Alan Gelfand. <<

[16.12] Christian Robert y George Casella. <<

[16.13] El comentario es de Mayer, y puede encontrarse en Householder, op. cit., pág. 19. <<

[16.i] [Nota de los traductores] Los estadísticos dan ese nombre, «Montecarlo del pobre», al método manual para señalar que una persona de escasos recursos económicos no podría permitirse el uso de la costosa maquinaria informática preconizada por otros colegas (lo cual era también una forma de señalar que no en todos los casos se justificaba el uso de los ordenadores, debiendo quedar éstos reservados para aquellas circunstancias en que los cálculos se revelaran realmente complicados). <<

[16.14] Según la entrevista concedida a la autora por W. Keith Hastings. <<

[16.15] Entrevista con S. Gelfand. <<

[16.16] Véase Robert y Casella, op. cit., 2008. <<

[16.17] Gelfand et al., 1990. <<

[16.18] Gill, op. cit., pág. 332. <<

[16.19] Kuhn. <<

[16.20] Estos datos proceden de la entrevista mantenida con David Spiegelhalter. <<

[16.21] Spiegelhalter, Abrams y Myles. <<

[16.22] Taylor y Gerrodette (1993), op. cit. <<

[16.23] Entrevista con Raftery. <<

[16.24] Según la entrevista concedida por Paul R. Wade. <<

[16.25] Así lo sostiene Blackwell en DeGroot, (1986a), op. cit. <<

[16.ii] [Nota de los traductores] Conocido matemático e ilusionista estadounidense, catedrático de estadística y matemáticas de la Universidad de Stanford. Ha estudiado particularmente los problemas de la aleatoriedad relacionados con el acto de lanzar una moneda o de barajar las cartas. <<

[16.26] Véase Diaconis y Holmes (1996), op. cit., pág. 5. <<

[16.27] Haciendo referencia a sir John Russell y a William Gladstone en el siglo xix, y a Harold Wilson en el XX. <<

[17.i] [Nota de los traductores] Prácticamente todas las citas de este capítulo proceden de distintas entrevistas concedidas a la autora por los propios interesados. Los casos excepcionales aparecerán convenientemente señalados. <<

[17.1] Véase Unwin, op. cit., pág. 190; junto con Schneider; y Ludlum, op. cit., pág. 394. Suele atribuirse en ocasiones la frase «Hoy somos todos bayesianos» a John Maynard Keynes, pero es muy posible que dicha afirmación apareciera por primera vez en el año 1976, en un artículo de John C. Henretta y Richard T. Campbell titulado «Status Attainment and Status Maintenance: A Study of Stratification in Old Age», que sería publicado en la American Sociological Review, n.º 41, págs. 981-992. Para complicar todavía más el asunto, ha de tenerse en cuenta que Campbell se limitaba a parafrasear en realidad una expresión popular anterior —la de que «Hoy somos todos keynesianos»—, aserto cuya autoría ha solido asociarse tradicionalmente con Milton Friedman, quien la habría pronunciado en el año 1966, encargándose posteriormente de «popularizarla», ya en 1971, el presidente Richard Nixon.

Quisiera agradecer tanto a Stephen Senn como a Michael Campbell y a Wikipedia la ayuda brindada en la elucidación de los orígenes de la cita que hace referencia al «keynesianismo». <<

[17.2] Así lo manifiesta Dawid en Swinburne (2002), op. cit., pág. 84. <<

[17.ii] [Nota de los traductores] Así se llamaba la residencia que tenía Thomas Jefferson cerca de Charlottesville, en el estado de Virginia, en cuyas plantaciones trabajaba su esclava y amante Sarah Hemings, apodada «Sally». <<

[17.iii] [Nota de los traductores] Ése fue al menos su título en el estado español. En Latinoamérica se la conoce bajo el rótulo de Una mente brillante. <<

[17.3] Greenspan. <<

[17.4] Ibíd. <<

[17.5] New York Times, 4 de enero de 2009. <<

[17.iv] [Nota de los traductores] Ya que debería decir «Would you like some help?». <<

[17.6] Weaver, op. cit., pág. 15. <<

[17.v] [Nota de los traductores] Cantalupo, variedad de melón muy aromática, llamada así por los melones asiáticos que se consumían en el castillo de Cantalupo, en el Lacio italiano. <<

[AA.i] [Nota de los traductores] Debe tenerse presente el juego de palabras que permite en este caso la lengua inglesa, puesto que en ella los a priori bayesianos son priors, homónimo de «abates», y que todos los adjetivos atribuidos a esos «monjes» designan, además de características humanas como la vagancia o la «impropiedad», otras tantas modalidades de a priori estadísticos. <<