DERECHOS HUMANOS TRAS LAS CIFRAS

Una experiencia profesional sobre la Ley de Violencia de Género

Desde hace años soy un ferviente defensor de la lucha por la igualdad de trato entre todos los seres humanos. Con la igualdad hemos logrado, en países civilizados, cambiar los tratamientos y el respeto a los derechos humanos de enfermos mentales, personas que no tienen las mismas capacidades (denominadas discapacitadas), adecuar el trato a jóvenes delincuentes que viven en contextos sociales poco saludables, etc.

Me planteé desde siempre, en mi función como abogado, el desarrollo del trato igualitario a los que son diferentes, o sufrían algún tipo de discriminación, incluyendo en este grupo de personas a un determinado grupo de mujeres que vivían bajo el yugo del denominado machismo.

Hoy, las supuestas feministas que critican el uso de las herramientas y estrategias del machismo por el efecto devastador en los derechos de las mujeres, y en base a un teórico derecho a la igualdad de trato, adquieren dichas herramientas y estrategias para ejercer un poder que lo contradice en su concepto primigenio. Este feminismo, instaurado ahora en todos los ámbitos de la sociedad, esconde tras la lucha por la igualdad de trato un fin que ellas mismas critican: el poder de decidir sobre los demás, que es lo que históricamente ha hecho el machismo. Basta ver las últimas leyes propuestas desde los Ministerios de Igualdad y otros, con las que se quiere imponer un pensamiento único, una forma de ver las cosas, y todo aquel que opine lo contrario es simplemente tachado de machista e incluso de terrorista.

Estas autodenominadas feministas, al trasmitir a las mujeres una ideología del poder, femenino, hacen que muchas mujeres rechacen valores como la empatía, la sensibilidad social, la solidaridad, el altruismo, etc., rompiendo el equilibrio moral de la sociedad. Sobre todo porque, en este camino, no se ha contado con los hombres, salvo con unos pocos autodenominados profeministas, que visionaron una forma de vida en apuntarse a ello. No existe ningún profeminista en España en paro, y la única asociación de hombres que existe en España que recibe subvenciones del Gobierno es una profeminista, la de hombres por la igualdad de género (AHIGE). Para comprobarlo basta ver el BOE de 5 de enero de 2010 en el apartado subvenciones del Ministerio de Igualdad.

Actualmente, en las sociedades occidentales, los hombres han captado el mensaje, y viven bajo el clima del miedo ora a ser tachados de machistas, ora a mantener una relación desigualitaria con la mujer. Porque estas feministas no son mujeres igualitarias, sino que por un lado quieren seguir manteniendo aquello que les da poder desde las estructuras sociales tradicionales (matrimonio, custodia de los hijos, derecho a percibir pensiones de sus ex-maridos y un largo etcétera) y además quieren el poder de estructuras no patriarcales. Como abogado he visto a demasiadas mujeres decir que eran igualitarias, y luego no querer renunciar al poder que les otorga la custodia exclusiva de los hijos en un divorcio.

Se ha criticado mucho a G. W. Bush, a Aznar y a Tony Blair por la manipulación de la sociedad sobre la transmisión del miedo para lograr meterse en una guerra sin sentido en Irak, por un puñado de petrodólares, como decía el título de una película, pero ¿acaso no es la misma estrategia del miedo la que sigue el movimiento feminista en este país precisamente para obtener lo mismo? Un puñado de euros (más que un puñado) de los fondos europeos o del estado, para obtener más poder, político, mediático, social, etc.

Pero toda lucha por el poder (empoderamiento de las mujeres como se denomina ahora) tiene sus víctimas: mujeres, hombres y niños víctimas de la ley integral de violencia de género aprobada hace ahora cinco años por el Gobierno del PSOE con el apoyo de todos los demás partidos. Y me pregunto, como me decía no hace mucho un parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya ¿Quién narices se iba a oponer a su aprobación? Si lo hacías, eras un cadáver político. Nuevamente el miedo.

Veamos algunos casos —profesionalmente he conocido a víctimas de esta ley— sólo a título de ejemplo, para comprobar hasta qué punto, estas leyes aprobadas por nuestro gobierno son insensatas, no democráticas, irrespetuosas con los derechos humanos y, a menudo, tan surrealistas que sus víctimas pasan por un estado de shock emocional muy fuerte al descubrir una realidad que ignoraban y que cambia por completo sus vidas:

Caso 1. Chico estudiante (19 años) con una medio novia (17) de su pandilla. Chico se enamora de otra chica de la pandilla (18) y deja a la primera. La primera interpone una denuncia por malos tratos y violación contra su ex-novio. Más tarde, gracias a un mensaje de SMS descubrimos que era un plan de venganza por haberle abandonado. Chico ingresa en prisión preventiva, es violado en ella y, tras lograr que salga de preventivo, cae en una profunda depresión reactiva y se ahorca. Muere.

¿Quién puso la soga sobre su cuello? La respuesta es obvia: la ley aprobada por nuestros/as representantes políticos, que permite que una chica de 17 años pueda acusar sin prueba alguna a su ex-novio por despecho, y que éste sea tratado como un peligroso delincuente sin prueba alguna.

Caso 2. Mujer con pareja con problemas de comunidad con sus únicos vecinos de arriba. Los vecinos llaman un día a la policía diciendo que hay una agresión a una mujer en el piso de abajo. La Policía (siguiendo el protocolo aprobado por el Ministerio del Interior, que parecen copia de los protocolos usados por los nazis cuando iban de caza de judíos) llega y detiene a la pareja (hombre) de esta mujer pese a que ella dice que no ha pasado nada. La policía, al darse cuenta que han cometido un error, se inventa una declaración del hombre detenido en calabozos, diciendo que les ha confesado en los calabozos, y sin estar presente ningún abogado, que ha agredido a la mujer. La mujer lo niega. La juez lo condena en base a la declaración de un policía que dice que él lo confesó todo en el calabozo. Sentencia de alejamiento, por los que los vecinos de arriba se han salido con la suya y ha fastidiado bien a sus vecinos de abajo.

Caso 3. Pareja que discute en la calle por una tontería de si ir a ver una película u otra. Unos chicos deciden hacerse los héroes y llaman a la policía diciendo que la mujer estaba siendo agredida y golpeada con los pies, mientras ella está en el suelo. La mujer golpeada llama a su agresor Paco, y dice «Paco, no me pegues más». El hombre supuesto agresor se llama Juan. La policía ve a la pareja que sigue por allí, incluso se acercan a ver qué pasa con tanta policía en la plaza, los chicos los señalan y la policía detiene al hombre y pregunta a la mujer. Ésta dice que estaban discutiendo sobre si ir a ver una película u otra. Como la mujer no tiene señales de ninguna agresión, no la llevan al hospital. La mujer niega que haya ninguna agresión. La policía se enfada porque han detenido a un hombre inocente. Pero no obstante siguen adelante con el protocolo de malos tratos y deciden que para meter miedo a la pareja involucrada, acusar al hombre de secuestro también. Los chicos cambian la versión tras hablar con la policía y deciden declarar que la mujer estaba siendo sujetada contra su voluntad por el hombre.

Juicio: los chicos no pudieron identificar ni al hombre ni a la mujer supuesta víctima. Insistieron que ella decía Paco, no sabían que el acusado se llamaba Juan. Tampoco sabían la hora y el lugar exacto de la supuesta agresión. La mujer supuestamente agredida por su novio, niega todo lo denunciado. Los policías, no sabían más que lo que dijeron los testigos. No pudieron explicar porque una mujer que estaba siendo golpeada y pateada en el suelo no tenía ni la ropa sucia y menos aún, ninguna señal en su cuerpo. Resultado: una condena de nueve meses, ya que como dijo una funcionaria del juzgado a este abogado, si la Jueza lo hubiera absuelto, el caso hubiera sido de detención ilegal y todo un escándalo mediático sobre la ley Integral de Violencia de Género, y la jueza tuvo miedo de absolverlo.

Caso 4. Hombre con dos hijos y tres años divorciado. Recibe una denuncia de malos tratos por insultos y amenazas de muerte contra su ex-mujer. 72 horas en un calabozo, una orden de alejamiento inmediato (sin juicio) que le va suponer no ver a sus hijos durante unos meses. En el juicio demuestra el hombre que la ex-mujer, se había metido en problemas económicos y no puede pagar la hipoteca de su casa y la va perder. La mujer se había informado que tenía derecho a cobrar una ayuda del gobierno si era víctima (poner una denuncia tan solo) de malos tratos. El abogado de oficio que le lleva el tema es quien se indigna y deja el caso, no antes de informarnos a nosotros de lo que había pasado. La nueva abogada de una afamada asociación de juristas, de esta mujer «oficialmente y estadísticamente maltratada» negocia con nosotros que a cambio de una cantidad de 18 000 euros, retiran la denuncia. Logramos firmar un preacuerdo en dicho sentido, y ello permitió que nuestro cliente no fuera condenado, aunque sí juzgado, porque la Fiscalía tiene órdenes de seguir adelante aunque haya indicios de que todo es una farsa. Lógicamente el acuerdo no se ha cumplido por esta parte porque el consentimiento es nulo, esto es, el hombre firmó bajo amenazas.

Caso 5. Mujer casada con dos hijos. Lleva quince años soportando cosas como: no vales para nada, eres una inútil, e insultos continuos. En los últimos tiempos el marido pierde su trabajo en la construcción y bebe alcohol con más frecuencia de la habitual, y cuando llega a casa está más agresivo. El hijo de trece años se mete en las discusiones, el padre agrede al hijo y la mujer se interpone. Surgen agresiones menores a la mujer que ésta disculpa por el alcohol y el desempleo de su marido, hasta que un día, la agresión termina con la mujer en el hospital. Ella sufre contusiones leves varias y un ataque de ansiedad. En el Juzgado, donde ha sido citada de inmediato, solicitamos una orden de alejamiento. Son las doce menos cuarto de la noche. La juez nos niega la orden de alejamiento inmediato, porque es tarde y que ya se sabe este truco de poner una denuncia el viernes por la tarde-noche.

Salimos del juzgado con la mujer y sus dos hijos muertos de miedo, pero logramos convencer al abogado de oficio del marido para le convenciera que se fuera de casa a casa de sus padres ese fin de semana, a fin de evitar males mayores.

Esta mujer no obtuvo la respuesta oficial que se vende en los medios y por el gobierno, porque los juzgados están colapsados y ya hay demasiados jueces saturados de despropósitos.

En los últimos cinco años el número de mujeres muertas a manos de sus parejas o ex-parejas ha sido muy similar, yendo en aumento desde que se aprobó la susodicha ley, aunque en 2009 parece que han sido manipuladas las cifras oficiales para que, oficialmente, no aumenten. Todo para acallar opiniones como las que vierto en este texto.

Y me pregunto, a modo de reflexión final:

¿Es responsable civil subsidiario este gobierno del aumento de estas muertes provocando un efecto Werther?

¿Es responsable este gobierno y el parlamento así como las CCAA y sus gobernantes que han aprobado leyes similares de la detención de miles de hombres inocentes?

¿A quién beneficia todo esto y cuánto dinero están sacando de todo esto?

¿Hasta cuándo?

JOSÉ LUIS SARIEGO MORILLO

Abogado de Familia y Gestor de Conflictos Familiares Ex Asesor del CGPJ en materia de violencia intrafamiliar (1998-2000)