AGRADECIMIENTOS

A principios de los años ochenta, mi amigo el productor de cine Félix Tusell me habló por primera vez de la historia de una española que se había casado con un maharajá. Para un enamorado de la India como yo era sin duda un tema muy atractivo. Félix me entregó una carpeta llena de fotos antiguas, artículos de periódicos y una copia del libro de Anita Delgado, Impressions de mes voyages en Inde, y me propuso escribir un guión para una película. Me puse manos a la obra y, mientras Félix se llevaba a su familia de vacaciones a Kenia, escribí un primer borrador. Pero nunca lo leyó, porque nunca regresó de aquel viaje. Murió en un accidente de tráfico en la carretera que une Mombasa con Nairobi. Desde estas páginas le dedico hoy un emocionado recuerdo.

Dejé aparcado el proyecto durante más de veinte años, hasta que Ana Rosa Semprún volvió a ponerme sobre su pista, de lo que le estoy muy agradecido. Como lo estoy a mis editores Adolfo García Ortega y Elena Ramírez, por su confianza y su aliento durante los largos meses de escritura.

Un libro así no se escribe sin la ayuda y el apoyo de mucha gente. Quiero agradecer especialmente a mi mujer Sita su paciencia y su buen humor. Embarazada de cinco meses, ha aguantado estoicamente las temperaturas de más de cuarenta grados que padecimos en nuestros viajes por el Punjab.

Gracias a Dominique Lapierre por el ánimo que siempre me ha transmitido para escribir sobre sus amigos los maharajás. Y a Larry Levene por el estímulo que me ha brindado y por sus perspicaces correcciones.

Quiero expresar mi enorme gratitud a Elisa Vázquez de Gey, autora de Anita Delgado, Maharaní de Kapurthala (Planeta, 1997) por su generosidad a la hora de compartir datos, ideas y contactos. Sin su colaboración mi trabajo hubiera sido mucho más arduo. Gracias también a Laura Garrido, Bernadette Lapierre, Carlos y Carolina Moro, Christian y Patricia Boyer, y Cristina Reguera de Air India en Madrid.

En Nueva Delhi, quiero mencionar especialmente a Amitabh Kant, ministro adjunto de turismo de la India, por su valiosa y siempre eficaz ayuda. Y a nuestros viejos amigos Kamal Pareek, Arvind y Jaya Shrivastava, Ashwini Kumar, Francis Wacziarg y Aman Nath, Niloufar Khan y Shahernaz Masood. Gracias a Karan Singh, hijo del maharajá de Cachemira, y a Madhukar Shah, heredero de la casa de Orcha, por su cálido recibimiento así como a todos los miembros de la familia real de Kapurthala que se prestaron a dar su testimonio: la princesa Usha, Martand Singh, Anita Singh, Vishwajit Singh, Sukhjit y Satrujit Singh… Gracias también a Rakesh y Sushila Dass por dejarme publicar algunas de sus fotos inéditas. En el Punjab, doy las gracias a Shri Madan Copal, antiguo jefe de la policía de Kapurthala, a Shivdular Dhillon de Patiala y a Jagjit Puri, jefe de la oficina de turismo de Chandighar. En Bombay, todo mi reconocimiento a Delna Jasoomoney y a la cadena de hoteles Taj por su apoyo y colaboración.

En Londres, estoy muy agradecido a Charles Alien, autor de los libros más exhaustivos escritos sobre los príncipes de la India como Lives of the Indian Punces o Raj, a scrapbook of British India, por sus contactos, sus consejos y su amistosa acogida.

Por último, gracias a Aurélie Maroniez, Susana Garcés y a la compañía aérea KLM, que hizo que toda la investigación de este libro fuera posible.