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con un semblante más preocupado que los de Zedd o Nathan, Nicci no parecía ni con mucho tan escéptica o desdeñosa. Kahlan sabía que Nicci había llegado a confiar en Richard, a creer en él, ciegamente. Kahlan, por supuesto, sentía esa confianza aún más profunda en Richard que sólo el amor incondicional puede proporcionar. Zedd podía decirse que había criado a Richard, de modo que lo conocía lo bastante bien para saber mejor que Nicci hasta qué punto estaba justificada la confianza en la palabra de su nieto, pero puesto que había criado a Richard, le costaba admitirlo en voz alta, o abstenerse de interrogarlo para estar seguro.
Nicci no se tomaba a la ligera nada de lo que decía Richard, y por lo tanto quiso insistir.
—¿Por qué no funciona el libro del modo en que debería? ¿Qué falta?
Richard exhaló un suspiro.
—No lo sé.
Nicci no se quedó satisfecha.
—Tienes que haber averiguado algo.
Richard pasó una mano por encima del libro abierto.
—Por todo lo que puedo ver debería funcionar, pero sencillamente no lo hace. Berdine y yo le hemos estado dando vueltas y no hemos logrado nada. En esencia, el libro dice: «Cuando se combina con estos elementos de este modo, este emblema significa esto». Pero cuando aplicas las normas, la secuencia de símbolos acaba siendo un disparate. Por más que lo intento no consigo entender por qué no funciona del modo en que se supone que debería.
Zedd indicó el libro con un gesto desdeñoso.
—A lo mejor este libro, Regula, en realidad no tiene nada que ver con la máquina, como tú piensas, o al menos no tanto como crees. Al fin y al cabo, con una máquina escondida durante un tiempo incalculable, y un libro de origen desconocido al que le falta la mitad, ¿cómo puedes saber con seguridad que existe una conexión directa entre los dos?
Richard se encogió de hombros.
—Es sencillo. —Pasó las páginas de vuelta al principio e hizo girar el libro de cara a su abuelo—. Este emblema de aquí, que ocupa toda la página inicial, es el mismo símbolo que hay en el lomo. Define qué es este libro, de qué trata. Y es el mismo símbolo que aparece en los cuatro lados de la máquina.
—¿El mismo símbolo está en ambas cosas… el libro y la máquina?
Richard lo confirmó con un movimiento de cabeza.
Zedd lo meditó un momento.
—¿Tienes alguna pista en cuanto a lo que significa el emblema?
—Me temo que no.
Zedd deambuló de un lado a otro muy agitado.
—¿Esto aparece en la máquina? ¿Este mismo dibujo? ¿Todo él, exactamente como este, con todos los detalles idénticos?
—Exactamente el mismo —respondió Richard—. Todo el emblema, cada línea, cada motivo, cada detalle. Intenté descifrarlo a partir de las traducciones del libro, pero no consigo interpretarlo, tampoco. Parece como si tuviera que funcionar, pero no lo hace. —Dio unos golpecitos en la parte central del diseño—. Este símbolo, este de aquí, en el centro, parece que podría ser un número nueve estilizado.
Zedd lo contempló entristecido.
—Ya lo creo que lo parece.
—¿Por qué tendría que haber un nueve en el centro de esto? —preguntó Kahlan, pues le parecía una cosa curiosa. En especial no le gustaba el modo en que la parte superior del nueve parecía hecha a partir de una cabeza de serpiente. Odiaba las serpientes.
Zedd echó un vistazo al complejo símbolo.
—El nueve es un importante elemento detonante. Enlaza varias leyes de la magia que tienen una influencia poderosa sobre acontecimientos. El número tres es primordial. Entre otras cosas, se utiliza para impermeabilizar magia. El tres construye nueves; tres veces tres da nueve. Da poder a los nueves, ayuda a convertirlos en un elemento creativo. —Movió un dedo en sentido circular sobre el dibujo—. Ese es probablemente el propósito tras el triángulo, aquí, a su alrededor. Tiene tres lados. Debo decirte, Richard, que los múltiplos de tres a menudo significan problemas.
—¿Te refieres a lo mismo que los tres hijos de la desgracia? ¿Que las malas noticias vienen de tres en tres? ¿Cosas así?
Zedd asintió.
—Creo que ese es el origen del dicho. Estos tres símbolos en los extremos del triángulo son los elementos de sostén en la telaraña mágica. Ayudan a enlazarla al nueve para reforzar el vínculo, para hacerlo más poderoso.
—Así pues, ¿tienes alguna conjetura sobre lo que podría significar? —preguntó Richard.
Zedd se rascó la cabeza.
—No tengo ni la más remota idea.
Nicci se inclinó al frente, resiguiendo con un dedo la cifra sin tocarla.
—¿Veis el modo en que este nueve finaliza en el centro con un gancho?
Con aquella tranquila pregunta fue como si Nicci se hubiera puesto las ropas de la profesora que había sido en una ocasión para Richard, su instructora en el uso de su don. Había resultado un esfuerzo inútil, pero no debido a ninguna deficiencia por parte de Nicci. Sencillamente el don de Richard no se parecía al de nadie más. Puesto que nadie lo comprendía ni sabía cómo funcionaba, no podían enseñarle nada sobre cómo usarlo.
Por la leve alteración en el porte de Nicci, Kahlan sospechó que la hechicera sabía algo sobre la figura en el centro del emblema.
También le quedó claro a Kahlan que Richard sospechaba lo mismo.
—¿Qué pasa con ello?
—Bueno, ¿qué te dice ese gancho? ¿Qué sugiere? ¿Por qué tendría que terminar con un gancho?
—Un nueve ganchudo hace que esto sea más que una telaraña mágica que usa simplemente el número nueve —respondió Richard, pensando en voz alta—. Así pues, su propósito es enganchar algo, o engancharlo a algo.
—Está ahí por una razón —apuntó Nicci.
—Todo esto está enganchando… —Zedd pasó la mano con irritación alrededor del emblema—, sea lo que sea.
—O lo está enganchando a un portador —repuso Nicci con calmada autoridad.
Richard alzó la mirada del emblema.
—¿Un portador?
Nicci había estado esperando su mirada.
—Quienquiera, o lo que sea, a lo que va dirigido esto. Un huésped. Está pensado para engancharlo bien fuerte. Así pues, ¿cuál es la naturaleza del gancho?
—¿La naturaleza del gancho?
Richard estaba concentrado aun cuando todavía no podía captar todo el significado de las palabras de Nicci.
—¿Qué dijo Zedd sobre esta figura?
Richard echó una mirada a su abuelo antes de devolver la atención a Nicci.
—Dijo que era creativa.
—¿Y qué te dice eso?
Richard apoyó la barbilla en una mano mientras contemplaba el rizo del nueve.
—Eso tiene sentido —dijo, medio para sí—. Tiene que ver con la Creación. El número nueve parece casi un embrión…
—¿Y el gancho? —inquirió Nicci en una voz tan queda que Kahlan supo que las palabras iban dirigidas sólo a él.
—El nueve es la Creación, la vida —respondió Richard entre dientes—. La vida es un ciclo. Nacimiento, vida, muerte. Vida y muerte juntas. La Creación necesita muerte para posibilitar que la vida siga existiendo, para que siga sucediendo. La muerte debe seguir a la Creación a la larga.
Alzó la mirada de improviso.
—El gancho es la muerte.
En la habitación reinó un silencio sepulcral.
La mirada de Richard permaneció clavada en Nicci.
—El gancho es la representación simbólica de la muerte, del Custodio del inframundo, siempre a la espera para finalmente recolectar a los vivos.
Kahlan sintió que se le ponía la carne de gallina en los brazos.
Los ojos azules de la hechicera revelaron la íntima satisfacción que sentía ante la repentina perspicacia de su alumno.
—Muy bien, Richard.
En aquel instante, mientras Richard y ella, el mago y la hechicera, se miraban a los ojos, fue como si no hubiera nadie más en la habitación, como si no existiera nadie más. Kahlan se preguntó si Zedd conocía los matices de significado que Nicci acababa de enseñar a Richard respecto a aquella figura.
La sonrisa de Nicci desapareció.
—No me gusta esto, Richard. No me gusta ni una pizca. La gente no se toma tantas molestias y esfuerzo con cosas así, sólo para enterrarlas… a menos que hubiera resultado ser un gran problema. Ver tales elementos operando con poderes tan siniestros en el centro de todo ello lo confirma.
Richard contempló el símbolo con perplejidad.
—¿Por qué está invertido el nueve?
Todo el mundo se inclinó hacia adelante, mirándolo fijamente, como si lo vieran por primera vez. Nathan contempló el libro con rostro enojado, incapaz de ofrecer una razón. Nicci negó con la cabeza, sin ser capaz siquiera de aventurar una suposición.
—¿Invertido? —preguntó Zedd a la vez que miraba con detenimiento el símbolo.
—Sí, todo el emblema está al revés. Fíjate en que el nueve también está invertido.
—Buena pregunta —dijo su abuelo—. Yo simplemente asumí que se suponía que tenía que ser así. Pero ahora que lo mencionas, sí que parece estar invertido.
Richard contempló el dibujo durante un largo rato. De repente alzó los ojos hacia su abuelo.
—¡Invertido… eso es! —Se levantó de un salto—. ¡Zedd, eres un genio!
—Sí, soy muy consciente de eso —ladeó la cabeza—. Pero… ¿cómo exactamente me he superado a mí mismo esta vez?
—Acabas de ayudarme a deducir cómo funciona el libro. Me has dado la llave para abrir todas las cerraduras. —Bajó la mirada hacia Berdine—. Está invertido. Todo en este libro está invertido.
Berdine hizo una mueca.
—¿Invertido?
Richard asintió, luego se volvió de nuevo hacia su abuelo.
—Las reglas que hemos estado aplicando no funcionan, y en consecuencia las traducciones no sirven. Debería ser un proceso relativamente simple traducir los elementos de modo que podamos empezar a comprender el lenguaje que aparece en las tiras, pero las traducciones no cuadran. Acabas de ayudarme a averiguar el motivo.
Zedd parecía un poco suspicaz.
—¿Y cuál sería el motivo?
—Es un truco pensado para proteger la información. —Richard se dejó caer en su silla—. Está todo invertido respecto al modo en que la máquina ve el emblema.
—¿Qué quieres decir con el modo en que la máquina ve el emblema? —preguntó Nicci en un tono cauteloso.